Después de los tiroteos del fin de semana pasado en El Paso (Texas) y Dayton (Ohio), los videojuegos vuelven a encontrarse una vez más en el centro del huracán. Varios políticos estadounidenses, entre los que se encuentra el presidente Donald Trump, han demonizado a este medio de entretenimiento responsabilizándolo de haber motivado los ataques.
Los videojuegos: tan peligrosos como los plátanos que incitan al suicidio
En declaraciones a The New York Times, el Dr. Chris Ferguson (profesor de psicología en la Universidad de Stetson) se ha encargado de alejar por completo al mundo del videojuego de estos lamentables hechos. Ferguson rechaza la idea de que jugar a videojuegos te lleve a convertirte en un asesino.
"Los datos sobre los plátanos que provocan suicidio son prácticamente igual de concluyentes. Literalmente.
Los números funcionan casi igual", expresó Ferguson tirando por el suelo los argumentos esgrimidos por Donald Trump y su partido contra los videojuegos, a los que culpan de "glorificar" la violencia en nuestra sociedad.
James Ivory, profesor y director de investigación de Virginia Tech, otra fuente consultada por The New York Times, ofreció un punto de vista parecido al de Ferguson. "Es muy similar a decir que el autor usa zapatos. Los usa, claro, pero también los usa la población en general".
La defensa de la industria
Esta exposición de los hechos coincide con el mensaje emitido por Entertainment Software Association (ESA) para defender a la industria: "Más de 165 millones de estadounidenses disfrutan de los videojuegos y miles de millones de personas juegan a los videojuegos en todo el mundo", dijo un portavoz de la ESA. "Sin embargo, otras sociedades, donde los videojuegos se consumen con avidez, no lidian con los trágicos niveles de violencia que se dan en los Estados Unidos".
Otras voces importantes de la industria, como la de Reggie Fils-Aime, expresidente de Nintendo of America, también han empleado una defensa similar: "Los hechos son que los países con altos ingresos por juego per cápita tienen menos muertes por disparos de armas. Excepto los Estados Unidos, donde el 4% de la población posee el 43% de las armas", expresaba Fils-Aime.