"Hay un plan. No os preocupéis. Esto no es una locura total". Esas son las palabras de Chris Roberts, fundador de Cloud Imperium Games y máximo responsable de Star Citizen. Unas palabras que parecen vacuas teniendo en cuenta los problemas de gestión que está atravesando el juego.
Un desarrollo problemático de dimensiones galácticas
Si no os suena el nombre, os ponemos rápidamente en contexto: se trata del juego microfinanciado de mayor recaudación de la historia. Con la friolera de 288 millones de dólares en el bolsillo, el título promete ser una epopeya de ciencia ficción y simulación espacial.
Sin embargo, siete años y una plantilla de 537 empleados después... el título sigue sin lanzarse. Los patrocinadores siguen sin poder disfrutar de esos "100 sistemas estelares" prometidos y, por supuesto, Star Citizen no cuenta con fecha de salida próxima.
¿El problema? Según indica Forbes, que se han puesto en contacto con una veintena de empleados de Cloud Imperium Games, la principal traba del desarrollo del juego la encontramos en Chris Roberts. Señalan que el padre de Wing Commander no es, precisamente, el mejor gestor de recursos.
Sí. Es posible que Roberts "tenga un plan" pero, desde luego, gran parte del dinero recaudado se ha ido. Y Star Citizen sigue sin estar terminado. Tal y como informa Forbes, a finales de 2017, Roberts contaba con sólo 14 millones de dólares en el banco. Desde entonces ha recaudado más dinero. "¿Dónde están esos 100 sistemas estelares?", se preguntan Matt Perez y Nathan Vardi, autores del artículo. "No ha completado ni uno solo. Hasta ahora, tiene sólo dos planetas, nueve lunas y un asteroide."
Un ambiente de trabajo "caótico"
"A medida que el dinero se iba acumulando, aparecieron lo que considero que son algunos de los viejos y malos hábitos de Roberts", señala Mark Day, un productor de Wing Commander IV y que trabajó en Star Citizen en 2013 y 2014. "Se fue de las manos, en mi opinión. Me quedé impactado con las promesas que se estaban haciendo."
Una cosa es cierta: Roberts está trabajando en el juego. Pero Forbes califica su incompetencia de "escala galáctica". Algo que pesa en los bolsillos de aquellos usuarios que aportaron, incluso, miles de dólares al proyecto desde que puso en marcha su campaña de Kickstarter en 2012.
Perez y Vardi, eso sí, señalan que Roberts ha sido transparente respecto a las finanzas del desarrollo del juego. Aunque a medias. Si bien ha estado actualizando el estado de las cuentas del juego... "no dijo cuánto han ganado él u otros altos ejecutivos de Cloud Imperium con el proyecto. Su esposa y su hermano trabajan en altos puestos de la empresa."
"Star Citizen es una flipada", dice Jesse Schell, destacado desarrollador de videojuegos y profesor en la Universidad Carnegie Mellon. "Es inusual en cinco dimensiones. Es muy raro estar desarrollando un videojuego durante 7 años. No es así como funciona. No es normal en absoluto."
Una campaña de micromecenazgo ambiciosa
La campaña original de Kickstarter para Star Citizen fue, cuanto menos exitosa. Del objetivo de 500.000 dólares, Cloud Imperium Games consiguió recaudar 6,2 millones de dólares iniciales. Pero, como suele ocurrir, esta cifra no fue suficiente.
Roberts y Sandi Gardiner, su esposa y cofundadora de Cloud Imperium Games, querían más. Y a ambos se les ocurrió una brillante idea: vender naves espaciales.
Forbes señala que Cloud Imperium ha vendido 135 modelos de naves espaciales diferentes cuyo valor llega a ascender hasta los 3000 dólares cada uno. 87 de estas naves parecen ya funcionales; las 48 restantes parece que son sólo una imagen inalcanzable a nivel jugable.
"Nadie está obligado a comprar más que solo la nave de inicio", dice Gardiner. "Todo el marketing lo hacen los fans de forma viral, y muchos de esas naves se deben a que la comunidad las ha pedido".
"El marketing del juego ha sido un éxito objetivo, ya que somos los más financiados mediante fondos colectivos, que fueron supervisados por Sandi", dice Roberts. "No me corresponde a mí decir en qué se gasta la gente el dinero", agrega Gardiner.
Y, mientras tanto, aparecen las voces de los primeros descontentos. "El juego que nos prometieron ni siquiera funciona. El rendimiento es terrible y todavía está en un estado alfa", se quejaba un residente de Florida que señaló haber gastado 1000 dólares en el juego. "Nos mintieron."
Cloud Imperium, por su parte, afirma que su política de ofrecer reembolsos a los fans que realicen la solicitud dentro de un plazo de 30 días "es justa"; además, señalan que están siendo transparentes respecto al desarrollo del juego.
"Star Citizen es jugable", insiste Roberts, por su parte. "Tiene más funcionalidad y contenido que muchos juegos terminados".
El máximo responsable del juego agrega que cerca de 40.000 personas disfrutaron del juego recientemente, y que las críticas al trabajo de desarrollo de Cloud Imperium son impulsadas por trolls de Internet. De hecho, hay muchos seguidores que se mantienen fieles a Star Citizen.
"Tengo una fe total", dice Dan Paulsen, fan de Star Citizen desde 2016. "Si hay un retraso, es por una buena razón. Es porque quieren que sea un mejor proyecto ".
Mientras tanto, 7 años, 500 empleados, naves espaciales y casi 300 millones de dólares recaudados después, Star Citizen sigue sin ver la luz. Podéis leer el artículo completo de Forbes en el siguiente enlace.