El 30 de abril de 1999, Pokémon daba el salto de Game Boy y sus dos dimensiones para adentrarse por primera vez en las tres dimensiones. Nacía Pokémon Stadium en Japón, uno de los videojuegos más recordados de la saga, así como uno de los títulos más queridos de Nintendo 64. Se cumplen 20 años de este juego que cambió para siempre la concepción de la serie en muchos aficionados, que vieron cómo los monstruos de bolsillo cobraban vida.
Un juego que marcó a una generación
Pokémon Stadium fue un videojuego que, apostando por una vertiente competitiva y centrada en el combate, nos permitió experimentar las clásicas batallas entre estas criaturas de un modo espectacular y que, a su vez, nos permitió disfrutar de una compatibilidad entre los cartuchos de la edición Roja, Azul y Amarilla, ofreciéndonos la posibilidad de transferir nuestros Pokémon al videojuego de Nintendo 64.
Esta opción, una revolución tecnológica para la época, cobró vida con el llamado Transfer Pak, un accesorio gracias al cual podíamos usar a los Pokémon que hubiésemos capturado y entrenado en nuestros cartuchos de las ediciones originales de la saga.
La conexión se hacía de forma cómoda y a través de la bahía de expansión de propio mando de la consola, e incluso, potenciaba a que le sacásemos partido al juego de Game Boy con nuevos equipos, Pokémon entrenados de una manera especial o similares.
Si bien había minijuegos, modos de juego distintos y combates multijugador a nivel local, Pokémon Stadium también nos invitaba a jugar en las versiones de Game Boy en el televisor. Sin embargo, como os comentábamos en nuestro especial, lo que más llamaba la atención de todo el conjunto del juego fuese su espectacular apartado gráfico, mostrando recreaciones muy fieles y detalladas de los 151 Pokémon de la primera generación, todos ellos perfectamente animados y con multitud de efectos para cada movimiento que ponían en práctica.
