Las acciones de los dos principales empresas de videojuegos, Sony y Nintendo, han caído con bastante fuerza tras el anuncio de Google. Stadia, la plataforma de videojuegos en streaming que promete cambiar la bases de la industria, ha sido un terremoto en los mercados.
La industria que más factura recibe a un nuevo competidor
Se viven momentos de cierta incertidumbre en el mercado del videojuego. A comienzos de febrero, las principales compañías de videojuegos sufrieron un duro retroceso. El fin de la generación de las actuales consolas está próximo, y los títulos que esperaban salvar trimestres fiscales o cuadrar las cuentas de los grandes estudios, no han terminado de cuajar. A ello hay que sumarle un cambio de modelo de negocio presente desde hace varios meses, el streaming, que parece haber venido para quedarse en los videojuegos.
Con este precedente, la irrupción de Google en el negocio de los videojuegos a través de Stadia, su plataforma de streaming, ha sentado como un jarro de agua fría a los principales gigantes del videojuego japonés. Sony y Nintendo han amanecido con importantes caídas en su cotización en bolsa.
Siendo más específicos, las acciones de Sony y Nintendo han caído más de un 3% en la bolsa japonesa, desplomándose un 30% y un 39% respectivamente en comparación a sus máximos en 2018.
¿Significa esto que los inversores desean que estas dos empresas, tradicionales en sus planteamientos, se suban al carro de las nuevas tendencias de mercado en el videojuego? Es probable. El éxito de plataformas como Netflix, Spotify y otros servicios bajo demanda han ganado enteros y popularidad en los últimos años, cambiando la forma en la que se consume el ocio a día de hoy. La propuesta de Google es el primer paso oficial hacia el streaming en los videojuegos, pero no es el único. Sony tiene PS Now, recientemente llegado a nuestro país, y Microsoft prepara xCloud, una idea similar a la de Stadia.