La llegada de PlayStation 5 y Xbox Scarlett puede parecer todavía algo lejana en el horizonte, pero las compañías están dando sus primeros movimientos alrededor del nuevo hardware que definirá el mundo de los videojuegos en los próximos años. Hace unos días, varios desarrolladores explicaban sus deseos alrededor de estos sistemas, que pueden tener el potencial para cambiar el negocio de las consolas con su tecnología. Ahora son los responsables de Outward, Guillaume Boucher-Vidal de Nine Dots Studio, los que piensan que las máquinas deben tener más potencia de la habitual para modificar tanto jugabilidad como los gráficos para bien.
Más potencia, tecnología en la nube y otros cambios
"Honestamente, solo quiero más potencia. Como PlayStation 4 y Xbox One ya se encuentran relativamente débiles y por debajo de los estándares, y con X y Pro estando atadas a las mismas, al final todo sigue igual", explica Boucher-Vidal.
"Sí, las resoluciones más altas y los framerates más estables son buenos extras, pero significan muy poco para la mayoría de los jugadores. Si las consolas base son potentes, podemos usar esa potencia extra para la jugabilidad más allá de únicamente mostrar pequeños ajustes visuales", añade.
Para Boucher-Vidal, la entrada de la tecnología en la nube, así como el juego en streaming en las nuevas consolas, puede ser el verdadero vuelco a nivel global en términos de aceptación y democratización de los videojuegos en todo tipo de público, sin importar procedencia o lugar. "Quizás esto de la potencia sea irrelevante, sin embargo, si la industria se mueve al completo a jugar completamente en la nube, acabaremos confiando en tecnologías de conexión más importantes a través de internet en lugar de un hardware más potente", añade. "La nube podría ser más importante que cualquier otro cambio en la industria del videojuego en los últimos años", concluía.
Outward es un juego de rol sobre mundo abierto que ofrece una profunda simulación y capacidad de inmersión. Los jugadores desempeñarán el papel de un verdadero habitante de un mundo en plena expansión, que requiere de un mantenimiento biológico y autoconservación ante un entorno hostil e insensible. Llegará el 26 de marzo.