Phil Spencer, el jefe de la división de Xbox de Microsoft, ha asegurado que no van a dejar a Kinect de lado y que el periférico sigue siendo una parte muy importante de los planes de la compañía.
"Kinect no está abandonado", dijo Spencer. "Seguiremos creando funcionalidades para hacer de él una parte valiosa de nuestro ecosistema".
Según ha comentado, el hecho de que comenzaran a vender Xbox One sin Kinect 2.0 se debió a que querían ofrecer la consola a un precio más económico para poder competir en el mercado y, de paso, dar la opción a los compradores de escoger entre un pack con o sin él, dependiendo de lo interesados que estuvieran en el dispositivo.
Xbox One puede comprarse actualmente tanto en pack con Kinect (499,95 euros) como sin él (399,95 euros).
