No cabe duda de que el fenómeno del año es PlayerUnknown's Battlegrounds (PUBG), título desarrollado por PUBG Corporation (antes conocidos como Bluehole). Desde que fuese lanzado el pasado mes de marzo en acceso anticipado para Steam, se ha evidenciado una mejora en el rendimiento, un refinamiento jugable e incorporado nuevo contenido, destacando la inminente llegada del mapa desértico. Ahora es el turno para la versión de Xbox One, la cual aparece con la etiqueta de preview y con la vitola de ser uno de los grandes exclusivos del año para la consola de Microsoft.
La fórmula del éxito
PlayerUnknown's Battlegrounds es un PVP online en el que 100 jugadores se adentran en un enorme mapa con el único objetivo de sobrevivir. Para ello tendremos que saltar desde un avión y recoger del entorno armas, munición, protecciones, botiquines y un montón de objetos que serán de gran utilidad en el campo de batalla.
Para añadir más emoción a las partidas aparecerá de forma aleatoria un círculo que se irá cerrando hasta delimitar una pequeña zona de acción, muriendo todos aquellos jugadores que queden fuera de dicho radio. De esta forma, ya sea en solitario, en dúo o por escuadras, los últimos en pie serán los vencedores.
Con este sencillo planteamiento jugable se crea una experiencia divertida, exigente y cargada de emoción que ha mantenido toda su esencia con su llegada a Xbox One. El gran cambio aparece con el uso del mando, ya que la propuesta originalmente estaba diseñada para teclado y ratón. En este sentido encontramos una efectiva sensibilidad de las armas, un sistema de apuntado preciso (y sin ayudas) y una buena movilidad, consiguiendo con ello que las bases jugables permanezcan casi intactas.
Una vez más podremos alternar entre las vistas en primera y tercera persona, lo que permitirá ciertas ventajas o desventajas según la situación. En ambos puntos de vista el feeling es muy parecido al de PC, por lo que dependerá de cada jugador decantarse por una u otra opción. En lo que respecta a la interacción con los escenarios nos moveremos con agilidad, aunque las caídas constantes en la tasa fotogramas por segundo y cierto retraso en los movimientos por el lag, impiden disfrutar en algunos momentos de un rendimiento óptimo.
Gracias al buen control con el mando no tendremos problemas a la hora de desplegar todas las opciones disponibles, aunque aquellos que vengan de la versión de PC notarán algunas diferencias. La más significativa surge al interactuar con los menús, ya que la velocidad de gestión del ratón se sustituye por un desplazamiento más tosco con el mando. Modificar los complementos de las armas, gestionar el inventario o utilizar objetos de curación serán ahora procesos más lentos.
En lo que respecta a la conducción de vehículos tanto terrestres como marítimos el control sigue siendo muy parecido, aunque gracias a la precisión de los sticks sentiremos que el manejo es algo mejor. Por último, debemos indicar que el mapeado de algunas acciones en el mando no es el más adecuado, provocando con ello cierta confusión y una jugabilidad algo menos dinámica.
Mal comienzo
A la hora de jugar es importante que el rendimiento de los servidores y la estabilidad del servicio en línea sean los adecuados. Durante estas primeras horas hemos tenido problemas para encontrar partidas, aunque una vez dentro no se han producido desconexiones. Por su parte, la estabilidad del servicio tampoco ha sido las más idónea debido a los constantes y muy molestos problemas de lag, algo que puede afectar gravemente a la experiencia.
En cuanto al rendimiento gráfico, lo cierto es que PUBG sigue ofreciendo una buena calidad, sin embargo, la versión de Xbox One X (en la que hemos jugado y en la que debería rendir mejor debido al parche de optimización) presenta problemas evidentes en la carga de texturas, un popping notable y el motor de iluminación se comporta de forma muy extraña, provocando con ello distracciones constantes y errores de bulto.
Además de todos estos defectos encontramos una gran limitación visual y jugable debido a su poco estable tasa de 30 fotogramas por segundo. Durante las partidas no será raro jugar tramos completos a 20 o menos fps, algo que se verá agravado si nuestra consola es una Xbox One o Xbox One S. Esta falta de fluidez resta agilidad a la movilidad y disminuye la precisión en los momentos de más acción.
No debemos olvidar que PUBG está en su versión preview y que estos defectos son lógicos a estas alturas, sin embargo, las deficiencias visuales y de rendimiento afectan claramente a la experiencia, y eso en títulos online de estas características es inadmisible. Sin duda, hubiese sido preferible reducir la resolución o la calidad gráfica para garantizar una buena tasa de fotogramas por segundo, y posteriormente ir optimizando el apartado visual con sucesivos parches. Todo esto no quiere decir que el título no sea disfrutable, simplemente la experiencia no está tan cuidada como debería en uno de los títulos más importantes del año para Xbox One.
Respecto al sonido encontramos un apartado sobresaliente, notando la contundencia de las armas y utilizando toda la información sonora del entorno para sobrevivir. Por último, el videojuego llega traducido parcialmente al castellano porque, aunque la mayoría de términos aparecen en nuestro idioma, otros muchos aún no han sido traducidos y estarán en inglés.
En lo que respecta al sistema de evolución PUBG sigue las mismas directrices que su versión de PC, obteniendo BP (Battlegrounds Points) al disputar partidas y según nuestro rendimiento. Con estas monedas podremos comprar cajas de recompensas que nos darán materiales estéticos para personalizar a nuestro avatar, no obteniendo aquí ninguna ventaja jugable. Todo el inventario podrá ser gestionado desde el menú de personalización, pudiendo también cambiar la apariencia visual.
Un largo camino por delante
A día de hoy no podemos valorar a PlayerUnknown's Battlegrounds como un producto final porque llega a Xbox One con la etiqueta de preview. Esto abre la posibilidad de que a medida que lleguen actualizaciones se vayan subsanando los evidentes problemas gráficos, mejorando el rendimiento, aumentando la tasa de fotogramas por segundo, optimizando la gestión de los menús y consiguiendo un sistema online más rápido y estable.
Pese a todos estos problemas, lo cierto es que PUBG sigue manteniendo intacta su fantástica esencia jugable, y su experiencia multijugador es tan adictiva y divertida como siempre. Sin duda, un título que ha conseguido atraer a más de 20 millones de jugadores a nivel mundial en tan solo unos meses debe tener algo especial y su llegada en exclusiva para Xbox One (al menos de momento) es una de las mejores noticias del año para los usuarios de Microsoft.
Hemos realizado estas impresiones con un código que nos ha proporcionado Microsoft.