Fallout es una licencia con gran historia en el mundo del PC, pero desaparecida tras la quiebra de Interplay, sus creadores; ahora, Bethesda Softworks se ha hecho con la licencia y, pese a las críticas de sus seguidores más acérrimos, ha decidido convertir este juego de rol post apocalíptico en una especie de Oblivion futurista, lo que desde el primer momento generó muchísimas expectativas que, según hemos comprobado durante una fructífera media hora de juego, estaban más que fundamentadas. Fallout 3 es uno de los títulos más atractivos mostrados en este E3, y de primeras uno de los candidatos a juego del año.
Entre los motivos para aseverar esto no solo está su sistema de juego, su mundo abierto y su diseño como juego de rol, sino también, y en primer lugar, pues es lo primero que nos encontramos, su ambientación. La historia de Fallout 3 es seria, pero ciertas formas de contarla, así como gran parte de su interfaz, es cómico, jugando con la idea de una empresa que vende refugios para Apocalipsis nucleares en los Estados Unidos de los años 50.
Con eslóganes como "no mate a su familia, contrátenos" o un gracioso muñequito cincuentero como icono para casi todas las habilidades del juego, este tipo de humor negro / parodia está muy presente a lo largo del juego, y recuerda en parte, lejanamente, a Bioshock, especialmente por cómo los detalles de la historia marcan también el interfaz del juego.
Más allá de esto, Fallout 3 es un juego de rol de mundo abierto en primera persona como lo era Oblivion y, como éste, también tiene una vista en tercera persona a la que podemos cambiar si lo deseamos. En la demo que probamos salíamos del refugio por primera vez y nos encontrábamos con una ciudad de Washington D.C., y sus alrededores, devastada todavía tras más de 200 años después del holocausto nuclear. La acción tiene lugar en este escenario, la antigua capital de los Estados Unidos y los alrededores, constituyendo un enorme entorno de juego. La tentación evidente era ir a la capital, pero un empleado de Bethesda Softworks nos advirtió que, con nuestro flamante nivel 2 y nuestra pistolita ridícula, no duraríamos mucho en la zona más peligrosa del juego. Por lo tanto nos adentramos en los alrededores del refugio para experimentar con el sistema de combate, lo único que pudimos probar en profundidad, aparte de unos pocos diálogos en los que podemos usar nuestras habilidades de persuasión, en la línea de Caballeros de la Antigua República.
El sistema de combate es sin duda lo que más llama la atención y, aunque solo pudimos probarlo contra enemigos de poca alcurnia como hormigas gigantes, topos-rata y merodeadores, la idea del combate cinemática nos quedó bien clara. Aparte de la acción en primera persona clásica, tanto con armas cuerpo a cuerpo como con pistolas, contamos con la opción de "parar el tiempo" y seleccionar objetivos, gastando puntos de habilidad que luego se regenerarán con el paso del tiempo.
Este sistema de parar el tiempo hace zoom sobre el enemigo, o el grupo de ellos, y nos permite seleccionar diferentes partes de ellos, contando con un porcentaje de acierto en cada caso, pudiendo fijar los blancos para que, cuando todo esté listo, pulsemos el botón y se desencadene una secuencia cinemática donde nuestro personaje dispara, y vemos los resultados de forma espectacular. No sabemos hasta qué punto se podrá usar esto en el juego, ya que en la demo la barra de energía se regeneraba de forma exageradamente rápida, ni cómo influirá en la forma de jugar, pero es realmente espectacular y divertido usarlo.
El combate tradicional funciona como un juego de acción en primera persona, contando debajo de cada enemigo, cuando lo enfoquemos, con un indicador de cuánta vida le queda. Podremos dispararles con varios tipos de arma (no tuvimos tiempo de lograr el minidispositivo nuclear), tanto de alcance como de combate a cuerpo a cuerpo, siendo éste bastante parecido al visto en The Elder Scrolls: Oblivion.
En cuanto a los escenarios, lo poco que pudimos ver mostraba un altísimo nivel de detalle multitud de elementos en pantalla, y un aire completamente abandonado y apocalíptico, como es de esperar. Puentes partidos en pedazos se hundían en el mar, rodeados de chatarra y plantas moribundas. Las ciudades, medio destrozadas, contaban con detalles llamativos como unos columpios que habían quedado intactos o monumentos rotos, dando una imagen de decadencia, corrupción y completo caos. El tono de lo que pudimos ver era muy similar, sobre todo marrón y grisáceo, y no pudimos ver más del mapeado para comprobar si habrá algo más de variedad.
Fallout 3 resulta uno de los títulos más prometedores tanto por su diseño, su profundidad como juego de rol y sus original sistema de combate. A finales de este año llegará a Xbox 360, PlayStation 3 y PC.
