Hay algunas personalidades en el mundo de los videojuegos que hacen que suba el pan cuando dicen algo. Es el caso de Peter Molyneux, creador de Black and White o la saga Fable y que siempre ha tenido grandes ideas en la cabeza que, lamentablemente, muchas veces no han llegado a cumplirse del todo. Una de esas ideas era la de que cualquier acción que hicieses tuviese repercusiones en el juego, llegando hasta el más mínimo detalle. Esa era la base jugable de Fable, aunque, y a pesar de ser un buen juego, no llegó a cumplirse del todo. Tras dos entregas de la serie, una para la primera Xbox y otra para Xbox 360, nos llega la tercera parte, de nuevo para Xbox 360, que promete llevar el concepto un paso más allá.
A rey muerto rey puesto
El juego nos sitúa en el reino de Albión, una tierra que está siendo gobernada por un rey déspota que tiene muy infelices a sus súbditos. El protagonista, como buen héroe que es, deberá unirse a la resistencia para poder destronar a su monarca para después, subir él mismo al trono. Así, el juego tendrá dos partes claramente diferenciadas, el luchar para quitar al rey del otro y la segunda el gobernar nuestro reino.
El comienzo del juego se centrará en el viaje del héroe para hacerse más fuerte y derrotar a su enemigo, momento en el que, comienza una segunda parte que lo diferencia de la mayoría de los juegos (y es que hasta este momento es muy parecido a lo que nos encontramos en cualquier título). Como monarcas deberemos decidir como gobernar, si de forma justa o déspota, aunque nuestras acciones tendrán sus consecuencias. Para ganar seguidores podremos realizar misiones o simplemente cumplir las promesas que hemos hecho como rey, aunque si rompemos nuestra palabra, perderemos fieles.
Una de las novedades del juego y que estará muy relacionada con las consecuencias de nuestros actos, es que se ha sustituido la experiencia del personaje por los seguidores. Ahora, cuantos más seguidores tengamos, seremos más poderosos, aunque deberemos cuidarles, pues si actuamos de una forma que no les guste, los perderemos. Y al contrario, si nos portamos como ellos quieren, no sólo mantendremos su fidelidad, sino que sus amigos comenzarán a seguirnos también. Pero el que el personaje no gane experiencia no significa que haya desaparecido, pues ahora pasa del protagonista a las armas y hechizos, que si que podrán ir subiendo de nivel. Esta experiencia se ganará según juguemos, pudiendo llegar a cambiar físicamente las armas. Esto hará que tengamos nuestras armas personalizadas que, según se nos ha dicho, podremos compartir con otros usuarios.
Otra novedad es el menú de opciones, que ha cambiado totalmente. Ahora, cuando pulsemos Start, nos teletransportaremos a una sala en la que tendremos un mapa en el centro (en concreto, una mesa de madera con un mapa encima) que nos permitirá ver las distintas ciudades del reino y las misiones que tenemos activas y varias habitaciones alrededor. Cada una de estas salas guardará las cosas que podamos coleccionar, como la ropa, las armas o los objetos, pudiendo ver las cosas sobre maniquíes, de forma que sea todo mucho más visual. Queda por ver si el sistema, aunque mucho más lucido, pueda ser más lento que el acceso a un menú clásico (ya que hay que entrar en la sala principal, movernos hasta la que queramos y luego ya ver los objetos) y si puede llegar a casar.
Parecido pero mejor
Gráficamente el juego sigue la estela de su antecesor, aunque se aprecian bastantes mejoras que, aunque no son nada exageradas, si hace que el juego nos haya parecido mucho más sólido. Por una parte tenemos que se ha mejorado la generación de elementos cercanos y ya no se aprecia el efecto, lo que se agradece bastante. También nos encontramos con que en general el juego se ve mejor, con una mayor variedad de animaciones, aunque apreciamos ralentizaciones cuando combatíamos con muchos enemigos al mismo tiempo. En el apartado artístico nos encontramos con más de lo que vimos en Fable II, algo que sin duda es una buena noticia, pues tenía un estilo visual muy peculiar y atractivo, ofreciéndonos parajes realmente hermosos.
Fable III promete ir un paso más allá de lo que nos ofrecieron los otros dos juegos, ya que por una parte nos ofrece lo mismo que estos (en lo que sería la primera parte del juego, desde el comienzo hasta que conseguimos derrocar al rey), pero añadiéndole un bloque totalmente nuevo en el que nuestras decisiones podrán tener consecuencias mucho mayores. Además, se han hecho una serie de mejoras y cambios en el diseño de juego que tratar de mejorar la experiencia, haciéndola más atractiva para todos. Queda todavía por ver en que quedará todo y en si realmente nuestras decisiones tendrán consecuencias reales sobre todo lo que nos rodea, como nos proponen, pero de momento podemos decir que el juego, que saldrá para Xbox 360 y PC, no tiene mala pinta.