Kirby es uno de los personajes con los que más ha experimentado Nintendo, y fruto de esta libertad creativa han salido juegos más o menos acertados y en algunos casos bastante originales. Uno de los mejores ejemplos es Kirby: El Pincel del poder -Kirby: Canvas Curse en América-, un juego lanzado en 2005 para Nintendo DS, en el primer año de la consola, que explotaba una de las características más innovadoras del nuevo hardware, su pantalla táctil. A través de ella teníamos que ir trazando líneas de colores a modo de plataformas, que ayudaban a Kirby a avanzar y a evitar multitud de obstáculos y enemigos, en un juego muy entretenido y fresco, cuando todavía no estábamos tan acostumbrados a todo tipo de interfaces táctiles.
Ahora diez años después nos llega su sucesor espiritual, Kirby y el Pincel Arcoíris, que mantiene la misma base jugable pero se lanza en una consola de sobremesa, Wii U, y apuesta por ofrecer un curioso mundo de plastilina, muy vistoso aunque no demasiado importante en el terreno jugable. La base jugable es la misma, y tenemos que a través de la pantalla táctil del GamePad ir dibujando cuerdas arcoíris, para que Kirby pueda rodar a través de ellas y también para bloquear obstáculos y enemigos.
Kirby: El Pincel del poder se lanzó hace una década en Nintendo DS, y estos días lo hemos vuelto a jugar, descubriendo que hay más diferencias entre ambos títulos de las que puede parecer a simple vista, pareciéndonos el juego de Wii U más sencillo y menos complejo, como si hubieran simplificado lo que ofrecía el título de NDS. Por ejemplo en el juego de la portátil de Nintendo podíamos interactuar con el entorno de muchas maneras, destruyendo elementos o atontando a los enemigos, mientras que ahora nuestra interacción queda prácticamente reducida a trazar las líneas y tocar a Kirby.
Algo parecido pasa con las transformaciones, un clásico de la saga, que en Kirby: El Pincel del poder estaban perfectamente integradas a lo largo de la aventura, e incluso podíamos desactivarlas a placer, y ahora en Kirby y el Pincel Arcoíris tan solo hay tres transformaciones, y solo se activan en momentos muy puntuales, en fases específicas dedicadas a ellas, en las que no tenemos elección de jugarlas de otra manera. Por tanto a los que os gustó mucho el juego de Nintendo DS, y no entendéis muy bien por qué la recepción de este no ha sido tan positiva, tenéis que saber que realmente no estamos ante más de lo mismo, sino ante algo ligeramente diferente, y en nuestra opinión, más sencillo y limitado.
Tocando a Kirby con el lápiz conseguimos que se impulse, lo que sirve para avanzar, para romper bloques y para derrotar enemigos, y dibujando líneas en cualquier lugar de la pantalla creamos las cuerdas arcoíris, que tienen multitud de usos, y que debemos gestionar con cabeza, ya que hay un medidor que se consume mientras dibujamos. Este se recarga muy rápido cuando tocamos el suelo, pero de manera mucho más lenta en el aire, por lo que a la hora de elevar a Kirby tendremos que tener cuidado y dibujar de manera coherente.
Hay jefes finales, muy sencillos, momentos en los que hay que conseguir llaves para seguir avanzando, algún que otro puzle incluso, también bastante fáciles, y las mecánicas básicas se mantienen prácticamente inalteradas desde el principio al final del juego, no conseguimos nuevas habilidades o movimientos. El único ataque especial, el turbo estelar, lo podemos realizar cuando conseguimos 100 estrellas, y con este movimiento arrollas a todo tipo de enemigos e incluso destruyes bloques duros, que de otra manera no puedes romper. Los únicos momentos que se salen de la norma y que aportan variedad son las transformaciones, en tanque, submarino y cohete, que como hemos dicho antes protagonizan sus propias fases, y no están integradas en el resto del juego.
Como en todo buen Kirby pasarse las fases no es complicado, pero sí lo es un poco más encontrar todos sus coleccionables, aquí una serie de cofres escondidos en cada nivel, que nos obligan a explorar los escenarios prestando mucha atención para no dejarnos alguno, y que desbloquean canciones y figuras de los personajes en una galería. Además del modo Historia también tenemos los Desafíos, 48 pruebas de un minuto divididas en cuatro pequeñas salas en las que en menos de 15 segundos tienes que cumplir un objetivo concreto para obtener un cofre.
La mayor novedad de esta secuela, además de su aspecto de plastilina, es su modo multijugador para cuatro jugadores, con uno controlando a Kirby, o mejor dicho el Pincel Arcoíris, y los otros tres jugando como Waddle Dees, que pueden saltar, atacar con su lanza, coger objetos, agarrar a Kirby y llevarlo en volandas y lanzarlo, e incluso correr por las cuerdas arcoíris. Un modo cooperativo muy entretenido como en todos los juegos de Nintendo, y que facilita bastante las cosas, aunque aparecen nuevos peligros, como Tomanita, una mano voladora que ataca a Kirby y de la que se tienen que deshacer los Waddle Dees.
Kirby y el Pincel Arcoíris también es compatible con los amiibo, como imaginamos lo van a ser a partir de ahora todos los juegos de Nintendo, y concretamente con tres: Kirby, Rey Dedede y Meta Knight. Estas nos proporcionan una serie de mejoras, como turbos estelares ilimitados, aumentar la salud o incrementar la velocidad del movimiento turbo carga, pero solo se pueden utilizar una vez al día, y en una única fase, hasta que pierdas una vida. No es una implementación especialmente elaborada la verdad.
Los gráficos como podéis ver son muy bonitos y coloridos, con un aspecto muy original gracias a la plastilina, aunque pasados unos minutos te acabas acostumbrando y no se le saca tanto partido a este material como sí se conseguía aprovechar en Kirby's Epic Yarn su mundo de telas y tejidos, mucho más imaginativo e ingenioso a la hora de diseñar enemigos, escenarios y situaciones. Ya que se juega todo el rato en la pantalla del GamePad, en el modo para un jugador no es necesario mirar la pantalla del televisor, e incluso hemos llegado a apagarla, ya que el juego se ve genial en la pantalla del mando. Lo que nunca falla en esta saga es la banda sonora, genial, con temas originales y melodías de siempre que suenan estupendamente en sus nuevas interpretaciones.
Vuelve Kirby, ahora de plastilina
Fiel a su estilo, Kirby vuelve con una nueva aventura para toda la familia, que incluye como mayores novedades respecto al título de Nintendo DS un nuevo y original aspecto de plastilina, y un entretenido modo multijugador para cuatro jugadores. Disponible desde el mes de febrero en Estados Unidos, llegará el próximo 8 de mayo a Europa, y seguro que ante la escasez de lanzamientos a los usuarios de Wii U les sabe a gloria, un título poco ambicioso pero que como siempre ocurre en esta serie, entretiene de principio a fin y se juega con una sonrisa en los labios.
