La existencia de Wii Music se conoce desde hace dos años, y estaba claro que iba a llegar, pero nadie sabía en qué consistía ni cómo se jugaría exactamente. Tras su papel estelar en la presentación de Nintendo, y jugarlo tras un buen rato en el E3, la idea nos ha quedado clara: Wii Music no pretende ser un juego de habilidad y maestría como Guitar Hero, aunque tiene parte de ello, sino un título de entretenimiento desenfadado, muy variado, que nos permita tocar, sin demasiado esfuerzo, todo tipo de canciones con un muy variado número de instrumentos.
Como se mostró en la conferencia de Nintendo, para tocar los más de 60 instrumentos de Wii Music solo hace falta simular el movimiento real del instrumento y seguir el ritmo de la canción que intentamos emular, que en la demo solo eran cinco diferentes, entre ellas Yankee Doodle, la canción folk americana, y la melodía de Mario Bros.
Jugamos a Wii Music en un grupo de tres, encargándonos de la percusión, la armonía y la melodía principal, en las diferentes canciones, y eligiendo entre la enorme variedad de instrumentos que incluye el juego. Éstos van desde maracas y baterías en el caso de la percusión, hasta cosas más variopintas como un gong, palmas o unas castañuelas, incluyendo un zapateado y un grito de "olé" como movimiento especial.
Las canciones se tocan, como decíamos antes, siguiendo el ritmo y simulando que estamos tocando el instrumento real, teniendo además ciertos movimientos especiales si mantenemos pulsado el botón C o el botón Z, como ya hemos comentado antes, y pudiendo además mover a nuestro Mii usando el stick del nunchaku, contando con diferentes movimientos dependiendo del instrumento.
Lo que más nos sorprendió de este modo de Wii Music es la sencillez con la que todo funciona, y lo tremendamente fácil que es "tocar" medianamente bien, es decir, que la melodía se oiga más o menos; la calidad de esta depende del ritmo, pero por muy mal que lo hagamos, siempre se oirá algo, lo que encaja con lo comentado por Nintendo en la conferencia de no hacer un juego que requiera gran habilidad, que incluya puntuaciones o en el que haya un ganador, sino un juego divertido para toda la familia.
Existe además la posibilidad de grabar nuestras propias interpretaciones, ya sea en grupo, o grabando independientemente cada una de las pistas, para luego juntarlas todas en una interpretación protagonizada exclusivamente por uno mismo.
La batería es un mundo aparte. Además de contar con ella como instrumento para el modo principal del juego, cuenta con un modo exclusivo, mostrado en la conferencia, y para un solo jugador, en el que nos encontramos con una batería completa frente a nosotros y, usando el Wii Balance Board para accionar los pedales, y los dos mandos a modo de baquetas, podemos tocar la batería como si del instrumento real se tratase. Lo complicado de esto es que el tambor o platillo que toquemos no viene determinado por la dirección del movimiento, por hacia donde golpeemos, sino que tendremos que hacerlo con combinaciones de botones (cinco por mando) que a priori, a no ser que uno haya tocado la batería anteriormente, son difíciles de aprender.
Aún así, y con cierto tiempo de desarrollo todavía pendiente, y algún que otro modo de juego extra por anunciar, Wii Music resulta una experiencia curiosa. No sabemos si se puede llamar juego exactamente, pero que es divertido, y atraerá a todos los públicos, es una realidad. Si se convierte en un fenómeno como Wii Fit o en una anécdota que demuestre una vez más la creatividad de Nintendo es algo que se sabrá cuando salga en 2009.