Es difícil pararse a cuestionar la función de un producto como Chop Till You Drop sin pensar en el fan. Si Capcom ha realizado un videojuego personal, auténtico y con gancho en esta generación ése ha sido Dead Rising, tanto por la polarización del público como por sus conceptos arriesgados. Es aún más peligroso ponernos en situación. Por un lado, Dead Rising llegó con la generación de la alta definición y sus posibilidades: decenas de zombies en pantalla, texturas de infarto que dibujaban un centro comercial hiperrrealista y una interactividad con el escenario revolucionaria. A estas alturas, todos conocemos las posibilidades y limitaciones de Wii tecnológicamente, lo que carga de morbo esta conversión.
Pues bien, nuestro primer contacto resulta honestamente favorable.
Antes de posicionarnos, el usuario de Wii que no haya disfrutado de Dead Rising encontrará un caramelo que no debería menospreciar, mientras que el jugador abierto a reinterpretaciones encontrará valores positivos en "Chop Till You Drop".
Volvemos al 19 de septiembre del 2006, a un supermercado de Colorado, donde ha ocurrido una catástrofe aún no ha sido esclarecida por los medios de comunicación. En la propia secuencia inicial comienzan los cambios: no seremos un fotoperiodista de riesgo, sino un articulista de prestigio y no iremos fotografiando los sucesos (como podíamos hacer en el original de Xbox 360), si no avanzando en la trama para escribir un reportaje. Esta decisión es cuestionable, pero resulta intrínseca en la filosofía de esta edición: no estamos ante el mismo Dead Rising y varios factores fundamentales han desaparecido.
Muchos usuarios, tras probar la demostración publicada en Xbox Live años atrás, se sintieron decepcionados al no encontrarse con un "yo contra un barrio" lineal con miles de zombies que exterminar. Parodójicamente, se trataba de un desarrollo jugable muy inteligente y que cargaba al jugador de decisiones (¿Arriesgarse en salvar a un inocente y recorrer un trayecto más largo y peligroso? ¿Adentrarse en la boca del lobo para fotografiar a un jefe final? ¿Descansar y evitar el conflicto, pero tampoco subir de nivel?). Chop Till You Drop recupera ese espíritu desenfadado y honestamente cafre, para satisfacer a los jugadores impacientes. El nuevo sistema de misiones no será de libre recorrido, aunque podamos elegir entre unas u otras en momentos puntuales. Esta versión para Wii pierde elementos de juego de libre movimiento, a favor de más acción y cercanía.
Este desarrollo más lineal y "ordenado" por decirlo de alguna manera, rebaja considerablemente la dificultad, aunque para compensar existen niveles para calibrar a gusto del jugador. Los enfrentamientos contra jefes finales no son tan repentinos y circunstanciales como en Dead Rising y la cantidad de enemigos ha disminuido considerablemente (aunque existan nuevas incorporaciones como unos inquietantes chihuahuas/zombies hiper-vitaminados, de lo más injustificable).
Abordando el espinoso apartado relacionado con el aspecto visual, sin duda alguna, Chop Till You Drop es un juego robusto y diferente a lo que normalmente estamos acostumbrados a ver en Wii, pero a la distancia proporcional de lo que pueden ofrecer Xbox 360. Decenas de zombies se transforman en un puñado (con una sobreposición molesta y que afecta a la mecánica), texturas hiperrealistas en curiosas aproximaciones y las secuencias de vídeo nuevas no aguantan en una comparativa ante las incluidas en la versión original (simplemente rebajadas de resolución). Algunos de los puntos más espectaculares de la versión de Xbox 360 (el garaje y su marabunta de zombies, el parque) se han reducido en cuanto a escala hasta resultar casi ridículos: la zona de recreo del original es ahora un pequeño parque donde todo resulta accesible y la marabunta de zombies siempre presente ha dejado de ser tal… repercutiendo en lo jugable (ya que no existe una presión agobiante).
El control ha sufrido una modificación al cambiar el motor gráfico. Una de las limitaciones de esta versión (recordemos que ha sido rehecha utilizando las herramientas de Resident Evil 4) ha sido la perspectiva: la cámara al hombro, revolucionaria hace cuatro años y cotidiana en la actualidad, cambia por completo el eje jugable de este Dead Rising.
Cuestión de apuntar
Más circunstanciales que comunes, las armas de distancia (escopetas, pistolas y demás) se utilizan en momentos puntuales o como complemento de las katanas, moto-sierras, cajas registradoras o cortacesped. El sistema de apuntado ágil y dinámico de la edición de Wii de RE4 se mantiene, dejando el título propenso a este tipo de acción: de nuevo, lejos de ser una tara, se trata de un cambio, donde los jugadores tendrán que decidir si aceptarlo o no (lo que no quita que sigan existiendo todas esas armas absurdas que le dieron esa personalidad tan especial al original). El control en sí mismo es intuitivo y accesible, además se han aplicado las características exclusivas de Wii como el balanceo de Wiimote para imitar golpes reales (realmente divertidos en ocasiones, como el palo de golf o la motosierra) incluso arrojar objetos realizando el movimiento de lanzado.
Aquellos que no hayan disfrutado de la experiencia Dead Rising, aún sabiendo las limitaciones y carencias de esta edición, deben conocer sus virtudes: Capcom ha mantenido muchas de las bases de ese juego extravagante, paranoico y altamente homicida que fue en 2006. Su amor hacia la serie B se mantiene (con los homenajes habituales al cine de George Romero y otras muchas referencias metafóricas, como "El día de la Marmota"), el carisma y sensacional diseño del centro comercial o el fluir de los siempre imprevisibles acontecimientos.
Chop Till You Drop, ya sea como versión alternativa, como título enrarecido y poco frecuente dentro del catálogo de Wii o simple curiosidad, es un juego que se merece la expectación causada. La primera impresión podría resumirse en que si has jugado al anterior esta versión no te va a descubrir nada nuevo (más bien para mal) mientras que para el neófito en el arte de aparcar una TV en la cabeza de un zombie, será una experiencia inolvidable. De nuevo, diferentes puntos de vista, aunque los fans, con sus más y sus menos, deberían darle una oportunidad.