Análisis de Dead Rising: Terror en el Hipermercado (Wii)
Hace varios años, Capcom lanzó al mercado uno de los títulos que mejor han representado a la nueva generación (y no precisamente en gráficos, sino en jugabilidad y posibilidades): Dead Rising, con una apuesta tan innovadora como divertida y con un único fin: sobrevivir las oleadas de zombis que acechan en un pequeño pueblo de Estados Unidos. Ahora, en pleno 2009, Capcom revisa la fórmula que encandiló a público y crítica para la videoconsola de Nintendo, con una adaptación que, sin duda alguna, presenta algunas carencias injustificables a cambio de mejorar algunos aspectos menos importantes, sin opción a la indiferencia frente a la obra. ¿Estará Frank West a la altura de su gemelo en Xbox 360?
Misma premisa. Diferente juego
Somos Frank West, periodista de actualidad que mediante un chivatazo ha decidido poner su hocico periodístico en un pequeño pueblo de poco más de 53.000 habitantes para informar sobre los extraños sucesos que han sucedido en los últimos días.
Como periodista freelancer (trabaja solo, sin equipo, para luego vender sus historias al mayor postor), nuestro protagonista contrata a un piloto de helicóptero para acceder al pueblo, donde comienza una de las aventuras más adictivas y frenéticas de los últimos años.
Poco después de aterrizar en el centro comercial (en Estados Unidos, los más importantes cuentan con un helipuerto), Frank será testigo de varios sucesos de lo más extraños, pues multitud de personas se han encerrado dentro del edificio para evitar el contacto con lo que parece una masa de muertos vivientes. Lamentablemente -y por suerte para nosotros, pues aquí comienza la diversión-, los zombis acceden al centro comercial gracias a la intervención de una señora mayor, quien divisa a su perrita -de nombre Madonna- entre la multitud muerta, abriendo las puertas del centro y dejando paso libre a la masacre. ¿Nuestro objetivo? Sobrevivir a los atentados zombis y desentrañar el misterio que rodea a estas misteriosas criaturas.
No obstante, el juego no solo trata de sobrevivir por nuestra cuenta, sino que también tendremos la posibilidad de ayudar a las personas que más lo necesitan, pues no todo el mundo tiene la sangre fría y vitalidad de nuestro protagonista. Así, una vez establecidos en una base aislada de la amenaza enemiga y establecidas las primeras "normas de convivencia", será el turno de ayudar comenzar la aventura adentrándonos en el hipermercado. Sin embargo, Otis, uno de los personajes que nos dará soporte y consejos, nos comentará en qué lugares hay supervivientes que precisan nuestra ayuda, comenzando una misión específica para salvarlos. Sin duda, y este detalle lo notarán sobre todo los que jugaron a la entrega original, uno de los elementos que se ha perdido en esta versión es la noción del tiempo y de libertad, pues en Xbox 360 era Otis quien te llamaba a diferentes horas mientras deambulabas por el centro, planificando si era viable o no ir a salvarlos. Este cambio gustará a aquellos quienes se sintieron presionados por el flujo del tiempo, pues en el original teníamos 72 horas (apenas 7 horas de tiempo real) para hacer todo lo posible en el pueblecito de Colorado. En Wii no hay límite de tiempo, apostando más por la linealidad dentro del plano jugable que por la diversidad que ofrecía el original, detalle que, sin duda, no dejará indiferente a nadie.
Otro detalle a tener en cuenta es que no todas las personas están aterrorizadas e indefensas, sino que habrá otros personajes que enloquecerán -pues no todos los días te quedas encerrado con zombis en un centro comercial- y que no vacilarán a la hora de intentar matarte. Estos psicópatas son el punto picante del argumento, mostrando los miedos y emociones más crudas de la humanidad. ¿Quién sabe cómo reaccionaríamos si una oleada de infectados entrara en el centro comercial en el que estamos?
Lo que más impactó de la entrega de Xbox 360 fue la cantidad de posibilidades jugables que poseía el centro comercial, no solo en cuestión de armas (que encontraremos de cualquier tipo, desde discos de música, pasando por los peluches más suaves del mundo, y terminando, como no, con armas de verdad -sí, en el centro comercial hay varias tiendas de armas, tanto de fuego como blancas; al fin y al cabo estamos en Estados Unidos-) sino también en cuanto a libertad de acciones dentro del edificio. En Wii, la esencia no se ha perdido en absoluto pese a verse reducido el número de armas disponibles, sin embargo lo que sí que se ha visto reducido con creces, como ya hemos comentado, ha sido esa sensación de libertad y oportunidad que tan bien funcionaba en la máquina de Microsoft.
Controlando al Sr. West
Lo primero que se mostró de esta adaptación del título fue un detalle que disgustó -y agradó- a más de uno: su cámara, que pasó de ser una visión alejada (mostrando así gran parte del escenario y zombis) a una vista por encima del hombro del protagonista, tal y como ocurrió con el cambio de estilo en la cuarta entrega de la serie Resident Evil y que se mantienen en la quinta entrega.
De esta manera, pese a que nuestra vista ha sido considerablemente reducida, tenemos una mejor precisión a la hora de generar una ofensiva contra los zombis y psicópatas, pasando a una acción más cercana al shooter en tercera persona que al estilo beat em' up que ofrecía la entrega original. Dicho cambio parece ser que no ha sentado bien a todos los seguidores de la serie, sin embargo, podemos decir que el cambio le ha sentado bien a la aventura, pues el mando de la videoconsola hace que el nuevo control esté implementado a la perfección.
Así pues, controlaremos al intrépido reportero mediante el stick analógico del nunchuck -imprescindible para jugar al título de Capcom-, mientras que el puntero principal servirá para apuntar con nuestra arma de fuego. Atacaremos mediante el botón A -si contamos con un arma de fuego tendremos que presionar B para comenzar la ofensiva- o moviendo de un lado para otro el mando. Podremos cambiar de arma fácilmente apretando el botón trasero del mando principal y la cruceta digital, hasta cuatro armas podremos llevar a la vez. El control de Dead Rising es bueno, aunque en las primeras horas de juego puede parecer un poco duro, sobre todo si no estamos acostumbrados a este género de videojuegos.
Por otro lado, uno de los elementos de los que Capcom ha decidido prescindir en la máquina de Nintendo es uno de los aspectos que hizo grande a épico a nuestro protagonista: su cámara. Gracias a ésta, Frank podía hacer fotografías para cubrir el reportaje, y, de paso, acumular puntos de experiencia para subir de nivel. Sin embargo, en esta versión, pese a que la cámara aparece y Frank la lleva a todas partes, no podremos sacar fotografías; ni tan siquiera en la llegada al centro comercial en helicóptero, parte que, por consiguiente, ha sido completamente suprimida.
Acción con toques de rol
Debido al trabajo de campo que realiza nuestro protagonista -cubriendo guerras y situaciones conflictivas-, Frank ha desarrollado una serie de aptitudes que mejorarán a medida que subamos de nivel. Como si de un juego de rol se tratara, a medida que vayamos eliminando enemigos y superando las misiones que nos propone Otis, iremos ganando puntos de habilidad, mejorando nuestros atributos.
De esta manera, comenzaremos siendo poco más que un fotógrafo sin experiencia, con muchas armas pero con unos movimientos lentos, sin fuerza y habilidades destacables. Así, una vez hayamos subido de nivel, uno de los atributos aumentará automáticamente -no podremos escoger, sino que el juego lo hará por nosotros-, obteniendo nuevos combos brutales, una mayor fuerza y velocidad, aumentando el máximo de vida, etcétera.
Es importante añadir que uno de los elementos que hicieron la obra original tan adictiva, es el componente de rejugabilidad que tenía, haciendo más que imposible salvar a todos los personajes del centro en la primera partida. Sin embargo, en Wii sí que podremos hacerlo -aunque no quita que sea difícil-, pues la estructura de misiones ha cambiado, olvidándonos del tiempo real y obteniendo una calificación por cada objetivo cumplido. A mayor calificación, más puntos de experiencia, dinero y objetos obtendremos.
Además, si el juego nos parece relativamente fácil o difícil, tendremos a nuestra disposición tres modalidades de juego que afectarán a la inteligencia artificial de los enemigos -zombis, psicópatas y animales-, mostrándolos más agresivos o pacíficos que nunca. Para los jugadores poco experimentados es recomendable escoger un nivel bajo, pues el control puede frustrar al jugador en alguna ocasión, obligándole a abandonar el juego prematuramente y dejando pasar un estilo de juego único en su especie.
Otro de los aspectos que han sido mejorados en esta entrega ha sido el método de guardado, que tantos problemas dio en su versión original (pues si escogías la opción equivocada reiniciabas la partida desde el helicóptero conservando el nivel de tu personaje). En esta ocasión podremos escoger desde dónde queremos comenzar (si desde el inicio de la misión o desde el mismo punto donde hemos caído) o guardar en diferentes bloques por si no nos convence el resultado de una misión específica.
Pobres zombis. Zombis pobres
En cuanto a materia gráfica se refiere, Capcom ha hecho todo lo posible para trasladar la esencia del Dead Rising original a la consola de Nintendo, con un resultado muy mejorable. Para empezar, y debido a la potencia gráfica de Wii, ya podemos ir olvidándonos de hordas y hordas de zombis para dejar paso a unos 15 o 20 máximo por pantalla. Este detalle podría pasar perfectamente desapercibido -al fin y al cabo la cámara nos acompaña por detrás, por lo que carecería de sentido que hubiesen muchos más- si no existiera un popping tan evidente y molesto. Es decir, que mientras vayamos avanzando por el centro comercial veremos cómo van apareciendo de la nada zombis y personajes a varios metros de distancia. Además los zombis desaparecerán casi instantáneamente del suelo (y aparecerán de nuevo vivos a la que nos alejemos un poco del sitio original), olvidándonos de ver ese rastro de muertos que tanto nos gustó en Xbox 360.
El modelado de los personajes no está mal, se ha visto reducido el número de polígonos para que el juego carezca de ralentizaciones que afecten a la jugabilidad, aunque por desgracia, algunas de las animaciones de los enemigos dan risa, como cuando disparas a un pequeño grupo de zombis, quienes caerán con la misma -pésima- animación. Además, por si eso fuera poco, el juego hace gala de incontables tiempos de carga entre zonas, y no precisamente cortas que digamos, afectando el ritmo del juego, algo muy importante en los videojuegos donde la acción está por delante de todo.
Terror en el hipermercado muestra una calidad gráfica que no está a la altura de la nueva generación, aunque por suerte, los vídeos han sido extraídos de la versión original del título, aumentando la inmersión de este peculiar mundo infectado. No solo se reciclarán las escenas ya vistas en la consola americana, sino que también veremos secuencias nuevas, como por ejemplo la presentación de los animales -una Madonna zombi y un loro que aparecerán cientos de veces a lo largo de la aventura- en los exteriores del centro comercial. Por suerte, no todo iba a ser malo en esta conversión, pues los frecuentes problemas de sincronización vertical (V-sync) que presentaba su la versión de alta definición y que hacen que la pantalla "se parta" mediante una línea horizontal, han sido corregidos en esta edición.
El repertorio de canciones que Capcom ha compuesto para la ocasión es exactamente el mismo que en la entrega de Xbox 360, es decir, melodías cañeras para los momentos más frenéticos de la aventura, y un hilo musical más tranquilo para los momentos en los que andemos por los pasillos del edificio. Es curioso -y placentero- ver como matamos zombis con la típica canción de supermercado, tan tranquila y pausada. Las voces están completamente en inglés (contando con subtítulos en el idioma de Cervantes), perfectamente caracterizadas gracias al estupendo trabajo de los actores de doblaje.
Es hora de cerrar el centro
Dead Rising: Terror en el Hipermercado es una adaptación más que digna de la esencia original que hizo grande el título de Capcom. Por desgracia, el apartado técnico del juego está poco trabajado, con numerosos errores que merman la experiencia de juego y que, por ende, afectan a su jugabilidad. Pese a todo, estamos ante un juego divertido, siempre y cuando sepamos perdonar los errores, su historia engancha desde el primer momento gracias a ese estilo peliculero al más puro estilo George A. Romero -director del Amanecer de los Muertos Vivientes y creador de los zombis como los conocemos-. Los cambios introducidos pueden ser inaceptables para los seguidores más fieles de la serie, aunque para ello, Capcom ya ha anunciado la segunda parte de esta aclamada franquicia, inspirada en un casino de Las Vegas, prometiéndonos el mismo ritmo frenético y acción que el original.