El género conocido como SRPG que combina elementos estratégicos con un fuerte componente rolero ha recibido un fuerte empujón durante los últimos años. La aparición de Final Fantasy Tactics, Valkyria Chronicles o la adaptación del clásico Tactics Ogre entre algunos otros, han ofrecido un cierto renacimiento del género, que aunque nunca muerto, si parecía adormecido durante algunas generaciones.
Parece ser que la comunidad de desarrolladoras niponas son las que llevan la voz cantante en este género, ofreciendo títulos que han gozado de muy buenos números en Japón y algo más regulares entre el público occidental. El camino de Valkyria Chronicles recorre una trayectoria a la inversa de lo que estamos acostumbrados.
Mientras que algunos títulos muestran su potencial en portátiles antes de dar el salto a las grandes plataformas, la saga de Sega, tras una primera parte destinada a PS3, ha portado las consecuentes entregas a PSP, con algunos recortes en su jugabilidad los cuales para algunos usuarios han ido en detrimento de su calidad.
En esta ocasión y desde la capital del país del sol naciente, hemos podido probar la tercera entrega centrada de nuevo en la misma ambientación. Esta entrega, tal y como sucedió con la segunda, cuenta con elementos mejorados y otros cuantos que han sido recortados.
Un escuadrón de renegados
Valkyria Chronicles 3 se ambienta como sus anteriores entregas en Europa, donde dos grandes facciones enfrentadas luchan por conseguir el control de los diferentes territorios en aras de controlar el mayor número de recursos naturales. Entre estas facciones se encuentra el país de Gallia, una zona relativamente neutral y de cuyo ejército formaremos parte. Al igual que sus otros capítulos, la ambientación está influenciada por elementos reales como la Segunda Guerra Mundial o los territorios europeos pero añadiendo países inexistentes y reinos de ficción.
La tercera entrega de la saga corresponde a una historia paralela cronológicamente de la acaecida en la primera parte en PS3. En el título se nos contará la historia de Kurt Irving y los Nameless (sin nombre), un grupo de soldados formado por la peor calaña que pueda encontrarse dentro del ejército de Gallia. Tras una primera campaña a modo de prólogo y tutorial (incluida en la reserva anticipada del videojuego en Japón) se nos mostrará la historia de Kurt Irving, y de cómo un joven prometedor del ejército llega a convertirse en el jefe del mencionado escuadrón de rufianes. La historia contiene una atmósfera bastante más adulta que lo encontrado en su predecesor, más alejado del Shonen manga y con un argumento general más serio.
El escuadrón del que formamos parte es el número 422 y el nombre establecido de Nameless viene referido a la falta de identidad de sus miembros. En el 422 nadie tiene nombre, sólo un número. En el 422 no hay recompensas para los soldados o sus actos heroicos. En el 422 tienes que estar preparado para enfrentarte a las misiones más suicidas que sean encomendadas. En el 422 el único lema es morir junto a tus compañeros. En el 422 deberás restaurar tu honor.
Esencia de Valkyria pero sin multijugador
La jugabilidad de la saga Valkyria Chronicles ha sufrido ciertas modificaciones desde su primera versión en PS3, algunas de ellas han significado para muchos aficionados una consecuente merma en la diversión del juego. Si bien en ciertos aspectos la tercera entrega intenta aproximarse un poco más a su versión de PS3, el resultado final es muy similar a su segunda entrega.
En primer lugar la columna vertebral de la jugabilidad de Valkyrya mantiene toda su esencia, algo que le ha proporcionado una seña de identidad y algo que la compañía japonesa ha sabido mantener casi íntegra (con las correspondientes modificaciones al portar la saga a la portátil). Por lo tanto los puntos de acción y los consecuentes turnos siguen presentes en la entrega, aunque en esta ocasión todas las unidades que hemos podido ver sólo consumen un punto de acción, incluido el tanque, haciendo aún más fácil ciertas fases.
Es cierto que la curva de evolución en cuanto a la dificultad del juego está muy bien conseguida ya que la complicación de cada una de las misiones va en aumento durante el juego, sin embargo en muchas fases especialmente en los primeros capítulos, el vehículo motorizado se convierte en un elemento prácticamente invencible si liquidamos a los pocos soldados con lanzamisiles que encontremos, convirtiendo así las misiones en un mero paseo en los primeros capítulos.
Por otro lado la división de los mapas en diferentes áreas continúa presente, y éstas suelen tener una amplitud bastante pequeña, un recorte que ya sufrimos desde la versión de PS3 y que continúa en esta nueva entrega. Los objetivos de las misiones suelen ser calcados a las de sus anteriores capítulos, por norma general tomar todas las bases o zonas abanderadas del enemigo. Una vez tomados éstos podremos transportar automáticamente a las tropas a otra área del mapa. Estos movimientos sólo acarrean un punto de acción y rompen la coherencia del movimiento de las tropas, no es nada nuevo ya que también está heredado de Valkyria Chronicles 2.
Como viene siendo normal también tendremos el mapamundi donde iremos moviéndonos a medida que completemos las fases, con casillas de eventos que harán que nos integremos más en la historia, misiones libres por si queremos exprimir el título al máximo, o misiones principales que son las que harán evolucionar el juego. Junto a estos mapas tendremos la opción de entrar en el cuartel general, donde tendremos la posibilidad de entrenar a nuestras tropas, personalizar a las mismas, comprar y cambiar armas, mirar el registro de las misiones o el perfil de cada uno de los soldados que pertenecen al escuadrón 422. Más posibilidades de personalización, más añadidos y en general un gran abanico de configuración, algo que prolongará la ya de por sí extensa experiencia de Valkyria Chronicles 3.
Antes de empezar cada batalla, desplegaremos las tropas en las diferentes áreas del mapa, teniendo por norma general el ejército dividido en varias áreas. Esto nos suele poner en un apuro en algunos momentos, ya que al tener unos puntos de acción limitados, deberemos escoger entre mover o defender a unos teniendo que dejar un tanto desprotegidos a otros. El número total de soldados por cada fase ha sido ampliado a un máximo de 9 soldados. Aumentando así de los 6 posibles permitidos en la segunda entrega pero no llegando a los 12 posibles en la versión de PS3. Está mejora es de agradecer a la hora de tener que medir bien nuestros movimientos y aumentando el componente estratégico y la espectacularidad en las refriegas.
Así pues la jugabilidad no cambia en exceso de su anterior entrega. Deberemos tomar las decisiones más estratégicas desplegando tropas y añadiendo otras más oportunas en mitad de cada batalla, y al mismo tiempo deberemos mover las tropas personalmente, con su limitación de movimientos, ocultándolas tras barricadas o reptando por el follaje para conseguir liquidar a los enemigos con las menores bajas posibles. Estrategia, acción y rol como ya nos tenían acostumbrados los chicos de Sega.
Sin embargo, a pesar de la ampliación del número de soldados que podemos desplegar en cada fase o la mayor posibilidad de personalización, nos ha parecido que el juego tiene un excesivo carácter continuista, con misiones demasiado parecidas a las de su anterior entrega, mapas que siguen siendo demasiado pequeños y enemigos con una inteligencia artificial muy mejorable. Si a esto le añadimos la desaparición del modo multijugador mediante el ad hoc, nos quedamos con la impresión de que mejora algunos aspectos pero sacrifica otros igual de importantes, quedando como una continuación un tanto descafeinada.
Una de cal y otra de arena
La calidad gráfica de Valkyrya Chronicles 3 es muy similar a lo encontrado en la segunda entrega. La consecuente y obligatoria desmejora visual desde su primer título en PS3 continua patente en el tercer episodio, además de que el escaso tiempo de desarrollo tampoco ha permitido un lavado completo de cara, ofreciendo una imagen que no difiere mucho de su anterior capítulo.
Modelados personajes no muy bien acabados o animaciones calcadas de sus predecesores es lo que continuaremos viendo en la saga de Sega, aunque cabe destacar que este factor no es uno de los principales valores del juego, ya que a pesar de no presentar un poderío gráfico apabullante, ha conseguido situarse como uno de esos títulos denominados de culto, ya sea por su argumento, su jugabilidad o el universo creado por la compañía japonesa.
Como es natural, entre misión y misión tendremos horas y horas de diálogos con una estética completamente influenciada por el manga japonés , con un aspecto similar a los cómics en las escenas de diálogo y añadiendo algunas escenas de vídeo que harán las delicias de los más aficionados al anime.
El apartado sonoro continúa ofreciendo un aspecto sobresaliente con una banda sonora perfectamente adaptada y donde destacan las melodías militares. Al mismo tiempo también se ofrecen algunas canciones más cercanas a las series de animación japonesas, como la ofrecida en la introducción de May Nakabayashi, conocida autora de canciones para series de anime, y más pensadas para adornar al título de ciertos sentimientos de melancolía o tristeza, algo en lo que los japoneses (cuando quieren) saben trabajar muy bien. También encontramos un perfecto doblaje al japonés y habrá que esperar para conocer como llegará a nuestro territorio.
Mejorado y recortado
Si bien es cierto que la saga de Sega vuelve a PSP con otra entrega con un argumento interesante y muchas horas de juego para los aficionados al género, el principal inconveniente para muchos otros supone la desaparición del modo multijugador.
Mientras que elementos quizás menos llamativos para los amantes de la saga como el apartado gráfico quedan prácticamente a la misma altura que la segunda entrega, la personalización de las tropas, clases, movimientos especiales o la cantidad de soldados en el mapa se amplía, proporcionando así una mayor experiencia en el modo un jugador. Incluso ya están preparándose cierto contenido descargable para ampliar aún más las horas de juego.
Sin embargo parece que nunca llueve a gusto de todos. Mientras que la segunda entrega ya vio reducida la amplitud de los escenarios o la cantidad de tropas en pantalla con la versión de PS3, a pesar de ciertas mejoras en estos aspectos de nuevo se nos recorta material con la desaparición del modo multijugador mediante el ad hoc de la consola. Aunque no es un impedimento para los jugadores más solitarios, sí que supone un nuevo paso atrás dentro de la saga.
