Forspoken es un juego que nos quiere ilusionar, pero que al mismo tiempo siempre nos ha generado dudas. No sabríamos decir si es por la forma en la que se ha ido mostrando y presentando al público, por sus numerosos retrasos o por otros motivos, pero siempre ha habido "algo" que ha refrenado nuestras expectativas con él. Eso no ha impedido que lo esperemos con muchas ganas, ya que llega con la promesa de ofrecernos una aventura de rol y acción en mundo abierto exclusiva de la nueva generación, los combates tienen una pinta muy interesante y, como mínimo, apunta a ser una obra muy amena y espectacular. Si bien todavía queda un mes hasta que podamos echarle el guante a su versión final, en Vandal ya hemos tenido la oportunidad de jugarlo durante unas cuantas horas, lo que nos ha servido para despejar muchos de nuestros temores y confirmar que, efectivamente, lo nuevo de Square Enix tiene muchísimo potencial y sabe cómo divertir desde el primer minuto.
Una pareja de protagonistas peculiar y con mucha química
Su historia nos presenta a Frey, una adolescente neoyorkina con muchos problemas sociales que un día como otro cualquiera acaba transportada a Athia, un mundo mágico de fantasía medieval que se encuentra al borde del colapso por culpa del Desgarro, un extraño fenómeno que pervierte y corrompe todo lo que toca, transformando a humanos y animales en peligrosas bestias sedientas de sangre.
Por algún motivo, nuestra heroína es inmune a esta maldición y descubre que cuenta con poderes mágicos con los que defenderse de las numerosas criaturas que buscarán intentar acabar con ella, por lo que nos tocará acompañarla en un largo viaje para salvar el mundo, descubrir la verdad que se oculta tras el Desgarro y, por supuesto, encontrar la forma de volver a casa.
Si os somos sinceros, la historia como tal no nos está apasionando demasiado y no se libra de caer en varios clichés, pero está muy bien narrada y las secuencias de vídeo cuentan con una dirección realmente buena. Sin embargo, el gran acierto del juego en el plano narrativo lo tenemos en su pareja de protagonistas. Frey nunca estará sola, pues está ligada a un brazalete mágico que no se puede quitar y que tiene conciencia propia.
Esto provoca un choque de personalidades entre dos personajes muy diferentes que no para de regalarnos conversaciones muy divertidas y, en ocasiones, hasta entrañables, consiguiendo que no tardemos en conectar con ambos. Casi siempre están hablando y comentando cosas y la química que hay entre los dos se ha convertido en uno de los aspectos que más nos han gustado de todo el título, por lo que estamos deseando descubrir más sobre ellos y ver hacia dónde se dirigirá esta relación con el paso de las horas.
Los peligros de Athia
En lo puramente jugable, nos encontramos con una aventura de rol y acción en mundo abierto muy particular que se caracteriza, sobre todo, por dos cosas: su sistema de parkour mágico y sus combates. Gracias a sus nuevos poderes, Frey puede correr a gran velocidad, impulsarse en el aire, dar saltos gigantescos, planear, escalar paredes y sortear todo tipo de obstáculos, lo que se traduce en que disfrutaremos de una movilidad altísima para desplazarnos por Athia.
Esto, sumado a unos controles tremendamente intuitivos, consigue hacer que el simple hecho de moverse por sus escenarios sea una experiencia divertidísima y muy satisfactoria, algo que, además, se ve reforzado por un diseño de mundo abierto repleto de zonas que nos han parecido más propias de un juego de plataformas que de uno de rol. Es algo difícil de explicar con palabras, pero os podemos asegurar que nos lo hemos pasado genial explorando y buscando la forma de llegar a los sitios creando nuestros propios caminos, evitando caer en abismos y aprovechando la orografía del terreno en nuestro favor para alcanzar posiciones elevadas.
Por su parte, los combates hacen gala de un sistema muy único y diferente a lo que viene siendo habitual en el género, ya que se basan por completo en el uso de hechizos. De este modo, contaremos con un "disparo" básico que se convertirá en nuestra herramienta de ataque principal, mientras que si mantenemos pulsados los gatillos L2 o R2 podremos poner en práctica los conjuros que tengamos seleccionados.
Como podréis suponer, hay multitud de magias distintas y con efectos muy dispares como colocar trampas por el escenario, invocar unas enredaderas para inmovilizar a nuestros rivales, levantar una barrera protectora, desatar una gran explosión o lanzar una andanada de proyectiles, lo que nos da muchísima versatilidad para que desarrollemos nuestras propias estrategias y nos adaptemos a cada situación. Además, existen unos hechizos muy poderosos que únicamente podremos conjurar cuando rellenemos su correspondiente medidor, mientras que otros tantos nos requerirán un tiempo de espera para reutilizarlos. Evidentemente, el parkour mágico también juega un papel fundamental durante los enfrentamientos, por lo que tendremos que usarlo para esquivar las ofensivas de los rivales y salir de las zonas de peligro.
El resultado de todo esto son unas batallas que nos están gustando mucho y que se caracterizan por su dinamismo, agilidad y espectacularidad. Son luchas que impiden que estemos ni un solo segundo quietos y que nos obligan a aprendernos los patrones de nuestros rivales y a priorizar blancos. Por supuesto, el plato fuerte reside en los jefes, quienes suelen ofrecernos unas batallas largas y con muchas fases distintas que son un auténtico espectáculo. No es que tengan las mecánicas más originales y sorprendentes que hayamos visto nunca, pero han sido unos duelos muy amenos y absorbentes que hemos disfrutado mucho.
Jugando en normal, la dificultad nos ha parecido baja sin llegar a ser un paseo y solo hemos tenido problemas al lanzarnos contra rivales para los que no estábamos del todo preparados mientras explorábamos su mundo abierto, aunque también hay que decir que estamos hablando de los primeros compases de la aventura, por lo que está por ver si el nivel de reto aumenta con el paso de las horas y cómo de desafiantes son sus dificultades superiores.
Un mundo desolado
Hablando de su mundo abierto, es aquí donde el juego tiene todavía mucho que demostrar, ya que, de momento, no hemos encontrado muchas actividades que nos hayan llamado la atención más allá de limpiar de enemigos alguna zona, resolver ciertos puzles muy sencillos y poco inspirados, acabar con algún jefe o monstruo más fuerte de lo normal y encontrar tesoros y recursos que nos sirvan para mejorar nuestro equipo y desbloquear más hechizos.
Lo más interesante con lo que nos hemos topado son unas mazmorras subterráneas donde debemos avanzar por varias salas hasta llegar al jefe que nos aguarda al final, aunque el diseño del que hacen gala no podría ser más sencillo. No en vano, la primera de ellas es, literalmente, un pasillo en línea recta sin desvíos de ningún tipo, por lo que esperamos que se vayan complicando a lo largo de la aventura.
Esto no quiere decir que no nos lo hayamos pasado bien explorando Athia, ya que el combate y el parkour consiguen mantener las cosas lo suficientemente frescas como para que no nos importe dar vueltas por ahí con tal de descubrir nuevos tesoros y desafíos a los que hacer frente, aunque hemos echado de menos buenas misiones secundarias y contenidos más elaborados y con más sustancia. No dudamos en que haya cosas así, pero con el tiempo que nos han dado para jugar no es algo que hayamos visto.
Por supuesto, tampoco esperéis un mundo rebosante de vida donde encontrar sorpresas a cada esquina. Como hemos dicho, este universo de fantasía está al borde de la destrucción y la situación es desalentadora, con los pocos humanos supervivientes refugiados en una única ciudad que nos servirá para tomarnos un respiro interactuando con sus habitantes y comerciando. Eso sí, esta premisa también permite que a veces se generen situaciones inesperadas, como que nos veamos atrapados por una tormenta salida de la nada que dificulta nuestra visión y que trae consigo monstruos muy peligrosos, algo que nos tendrá siempre alerta.
Un espectáculo de nueva generación
Lo que sí nos ha gustado bastante son sus gráficos. Al tratarse de un título exclusivo de la nueva generación, sus desarrolladores han podido centrarse en forzar un poco más la máquina para regalarnos un espectáculo audiovisual de primer nivel. Los modelados tienen una calidad altísima, al igual que sus animaciones y expresiones faciales, detalles como el pelo o la ropa también destacan, hay una gran distancia de dibujado y los escenarios, a pesar de la decadencia que suele rodearnos por motivos argumentales, cuentan con multitud de detalles. Pero, sin duda alguna, lo que más nos ha impresionado son sus efectos de partículas y su sistema de iluminación, los auténticos culpables de hacer que cada batalla sea un regalo para la vista.
Hemos podido probar tres modos gráficos distintos, calidad, trazado de rayos y rendimiento, y si bien los dos primeros consiguen realzar todavía más la atmósfera y dejarnos imágenes muy impactantes, los 60 fps de su modo rendimiento nos parecen innegociables en un juego de estas características, donde los combates son tan frenéticos y el desplazamiento por el mundo tan ágil y orgánico. En cualquier caso, no hemos notado problemas de rendimiento de ningún tipo, así que podréis escoger el que más se adapte a vuestros gustos y preferencias.
El sonido también está a un nivel excelente con una banda sonora de calidad que acompaña perfectamente a la acción, ya sea con bellos temas ambientales que transmiten la desolación de Athia o con épicas composiciones orquestales para las batallas más intensas. Sumadle un buen uso del audio 3D de PS5, efectos variados, reconocibles y contundentes, y un doblaje al inglés con unas interpretaciones sobresalientes, y tendréis un apartado sonoro fantástico. Como era de esperar, los textos están traducidos al español y se esfuerzan por adaptar el contraste tan llamativo que hay entre la forma tan coloquial de hablar de Frey con la arcaica manera de expresarse del resto de personajes.
Una aventura para empezar 2023 con buen pie
Todavía nos queda muchísimo por ver y por jugar antes de poder valorarlo, pero estas primeras horas con Forspoken nos están convenciendo. Es un juego que no engaña a nadie y que da justo lo que promete: una entretenida y espectacular aventura de rol y acción que destaca por su original sistema de combate y por la forma tan divertida en la que nos podemos mover por su mundo, virtudes que se ven reforzadas por un apartado audiovisual de lujo y una entrañable pareja de protagonistas con mucha química. Queda por ver cómo evolucionarán las batallas con el paso de las horas, si en algún momento consigue sorprendernos con actividades secundarias de calidad y si el argumento llega a despegar, pero nosotros, al menos, estamos deseando volver a Athia para descubrir todos sus secretos y comprobar por nosotros mismos hasta dónde será capaz de llegar el largo viaje de Frey.
Hemos realizado estas impresiones tras acudir a un evento invitados por Square Enix en el que pudimos jugar durante tres horas a su versión de PlayStation 5.
