Cuando se habla de un videojuego, el debate suele girar en torno a su historia, su diseño, su jugabilidad, sus mecánicas, sus gráficos, su música y, por supuesto, lo mucho o poco que nos ha gustado. Por ello, se suele tender a usar estos parámetros (en base a los criterios y experiencias personales de cada jugador) para definir la calidad general de un título. Lo lógico sería pensar que un gran juego siempre va a sobresalir en casi todos estos apartados, pero como ocurre con cualquier producto cultural, un videojuego es mucho, mucho, mucho más que una simple suma y resta de puntos positivos y negativos.
Crisis Core: Final Fantasy VII es un ejemplo fantástico de esto. La precuela de la séptima fantasía final nos ofreció una aventura repleta de errores y algunas decisiones que, como mínimo, catalogaríamos como cuestionables.
Ni su sistema de combate ni su diseño de niveles y misiones secundarias están entre lo mejor de su género, pero incluso así, fue una obra muy especial y única que nos marcó por muchos motivos, dejándonos una huella imborrable que hace que, por más que pase el tiempo, sigamos recordándola con un cariño enorme, algo que títulos teóricamente mejores se han quedado muy lejos de conseguir.
Tras 15 años enclaustrada en los circuitos de PSP, Square Enix por fin ha decidido que ha llegado la hora de llevar la inolvidable aventura de Zack a más plataformas y muy pronto, el 13 de diciembre, podremos disfrutar de Crisis Core -Final Fantasy VII- Reunion en PC, Xbox One, PS5, PS4 y Nintendo Switch. En Vandal ya hemos tenido la oportunidad de jugar sus primeros tres capítulos y hoy os traemos nuestras impresiones de la que es, sin lugar a dudas, la versión definitiva de esta obra de culto.
El sueño de Zack
Lo primero que tenemos que dejar claro es que nos encontramos ante algo más que una simple remasterización, acercándose, por momentos, a lo que esperaríamos de un remake. En esencia, el juego es el mismo, manteniendo intacta su historia, contenidos y estructura, pero sus responsables han querido ir muchísimo más allá y han incluido todo tipo de novedades y mejoras tanto audiovisuales como jugables que consiguen que sea una aventura infinitas veces más disfrutable que antes.
Si nunca tuvisteis la suerte de jugar al original, debéis saber que se trata de una precuela de Final Fantasy VII ambientada siete años antes de la odisea de Cloud, Barret, Tifa y compañía. Aquí nos tocará controlar a Zack, un joven y enérgico miembro de Soldado que se ve inmerso en una trama apasionante repleta de momentazos y guiños para los fans. A nivel narrativo es una auténtica delicia, tanto por la forma en la que amplía y profundiza en este universo como por lo bien que encaja con todo lo que se nos narró en la séptima entrega de la saga, convirtiéndose así en uno de los puntos más fuertes de toda la obra. Además, Zack es un personaje con un carisma desbordante y el desarrollo del guion tiene mucho ritmo, alternando con gran acierto entre la épica y el drama para dejarnos con un relato que resuena de verdad a poco que conectemos con lo que se nos cuenta.
Más allá de que ahora cuenta con una nueva traducción al español, no esperéis cambios de ningún tipo en la forma en la que se nos narra la historia, ya que se ha apostado por mantener las mismas secuencias de vídeo CGI, mientras que las que usaban el motor gráfico mantienen los mismos planos, diálogos y animaciones. Al menos, por lo que hemos jugado hasta ahora, no hay nada nuevo y todo está siendo una reproducción exacta de lo que vimos en PSP.
Una gran mejora jugable
Sin embargo, la cosa cambia bastante en el momento en el que nos ponemos a los mandos. Como hemos dicho antes, los contenidos, la estructura y el diseño de niveles y misiones están intactos, así que podéis esperar un juego de rol y acción en tiempo real en el que debemos avanzar por una serie de escenarios muy lineales y pasilleros mientras libramos un combate tras otro, cumplimos algún que otro objetivo adicional y participamos en diversos minijuegos.
Es aquí donde más se nota su herencia como título de PSP, ya que la exploración está limitadísima y los escenarios suelen ser de todo menos interesantes, algo especialmente aplicable a las misiones secundarias. Hay una cantidad de ellas abrumadora, pero son extremadamente cortas, simples y no paran de reutilizar los mismos enemigos y mapas. Al menos, sus recompensas suelen merecer la pena y nos dan una buena excusa para disfrutar de su sistema de combate y sacarle el máximo partido.
Hablando del sistema de combate, este es uno de los apartados más cuidados de Reunion, ya que se ha apostado por rediseñarlo casi por completo para hacerlo más disfrutable que nunca. Sí, seguiremos batallando contra numerosos enemigos en unas arenas muy cerradas mientras pegamos espadazos, esquivamos y usamos nuestras materias para lanzar hechizos y ejecutar técnicas de combate, pero Zack es ahora muchísimo más ágil y versátil que en el original.
Tanto es así que ahora podemos realizar poderosos combos de varios golpes seguidos con nuestra arma principal e incluso cancelar acciones para ejecutar otras (hay habilidades que se fortalecen al ser usadas durante una combinación básica de espadazos), lo que consigue que la acción fluya de forma natural y orgánica. Nuestro protagonista ya no es un héroe con un control lento y torpe, sino todo lo contrario, lo que también se ve reforzado por la contundencia que transmiten nuestros ataques mientras nos desplazamos por el campo de batalla haciendo auténticos destrozos entre las filas enemigas. A esto también ayuda el hecho de que ahora contamos con accesos directos para usar las materias mientras peleamos, que el sistema de fijado funciona mejor y que podemos mover la cámara con total libertad con el stick derecho.
Gracias a todo esto, resulta más sencillo mantener una actitud muy ofensiva durante las peleas, ya que tenemos una capacidad de reacción mayor, algo que sus desarrolladores han querido aprovechar para introducir una nueva mecánica al luchar contra jefes. En el original, estos poderosos enemigos tenían una serie de técnicas definitivas que utilizaban sí o también tras cargarlas y que no podíamos evitar, pues activaban una pequeña secuencia de vídeo. En cambio, en Reunion sí podremos interrumpirlas bajando a cero una barra que aparecerá cuando empiecen a cargar estos movimientos. Esto es muy importante para sobrevivir, pues reducir este medidor también implicará que la técnica haga menos daño en el caso de que no consigamos evitarla.
Evidentemente, se mantiene el controvertido sistema OMD, mediante el cual tres rodillos similares a los de una máquina tragaperras con las caras de los personajes del juego están todo el rato girando en la esquina superior izquierda de la pantalla. Cuando consigamos ciertas alineaciones, obtendremos todo tipo de mejoras y potenciadores tanto temporales como permanentes, así como la posibilidad de poner en práctica varias habilidades de Límite (las más poderosas del juego) e incluso realizar una invocación.
Este sistema es completamente aleatorio, algo que no fue del gusto de todos en su día y que no lo será ahora con esta nueva versión (y menos si tenemos en cuenta que dependeremos de él para subir de nivel a Zack y las materias), pero creemos que aporta algo de dinamismo a los encuentros al tener que adaptarnos a lo que nos vaya saliendo. Eso sí, nos alegra poder confirmar que la acción ya no se interrumpe al conseguir bonificadores, por lo que los rodillos seguirán girando en su sitio y no ocuparán toda la pantalla como ocurría en PSP, algo que llegaba a hacerse extremadamente pesado y frustrante.
Por lo demás, hay muchas pequeñas mejoras de calidad de vida, como la posibilidad de correr, una interfaz completamente rediseñada que resulta mucho más agradable, intuitiva y manejable (el nuevo menú es una gozada) o la siempre agradecida opción de saltar las secuencias de los ataques especiales como los límites y las invocaciones.
Una espectacular recreación audiovisual
Centrándonos ya en lo que es su apartado gráfico, tenemos que destacar que hay una mejora visual gigantesca que afecta, sobre todo, a los modelados de los personajes principales (son completamente nuevos), a los escenarios, al sistema de iluminación y a todas las texturas. Gracias a las posibilidades tecnológicas actuales, se le ha dado un aspecto realista muy parecido al de Final Fantasy VII Remake, manteniendo así una interesante coherencia estética con esta obra, aunque se queda, lógicamente, varios peldaños por debajo.
En líneas generales, luce bastante bien y el salto respecto a PSP es increíble, aunque tampoco se libra de las limitaciones del original, lo que se traduce en unas animaciones y expresiones faciales bastante limitadas, en personajes que giran sobre su propio eje para reposicionarse durante las secuencias de vídeo, en escenas CGI con una resolución un tanto baja, en escenarios que no consiguen lucir como deberían por culpa del diseño de niveles o en áreas pequeñísimas divididas por numerosas pantallas de carga que, por suerte, duran un instante.
Esto es algo que provoca unos contrastes que chocan bastante, ya que resulta muy extraño ver a personajes de aspecto realista que solo abren y cierran la boca al hablar sin ningún tipo de movimiento labial en determinadas escenas o cosas como que la melena de Sefirot esté completamente apelmazada y se mueva como un único bloque. Eso sí, en las plataformas de nueva generación se mueve a 4K y 60 fps, lo que es un gustazo.
Finalmente, la banda sonora ha sido retocada con nuevos arreglos y se han incluido voces para absolutamente todos los diálogos con nuevos doblajes tanto en inglés como en japonés que mantienen a los mismos actores de Final Fantasy VII Remake. Los textos, como dijimos antes, cuentan con una nueva traducción al español.
El potente regreso de un clásico
El simple hecho de tener de vuelta un clásico tan querido como Crisis Core: Final Fantasy VII ya es una gran noticia, pero que encima lo haga con un producto tan cuidado y que mejora en tantos aspectos al original nos parece digno de celebración. Todavía nos queda mucho por jugar antes de daros nuestro veredicto final, pero si algo nos ha quedado claro tras jugar estas primeras horas es que nos está dando mucho más de lo que esperábamos de él. Y eso es muy buena señal.
Hemos realizado estas impresiones gracias a un código de descarga para PS5 que nos ha facilitado Bandai Namco.