Parecía que no iba volver. Y lo hizo de entre los muertos. A finales del año pasado, Telltale Games vivió un traumático cierre de puertas, despidiendo a la mayoría de sus empleados y dando por terminados todos sus proyectos anunciados y en desarrollo. Tras varios años y meses, con tres grandes temporadas a sus espaldas, el final de The Walking Dead quedaría incompleto. El cacareado último capítulo de Clementine, la protagonista absoluta de esta saga de zombis y supervivientes, acabaría en el limbo y sin resolución alguna. Sin embargo, y en un último giro de los acontecimientos, Skybound Entertainment, productora del creador del cómic original Robert Kirkman, decidió acarrear con los costes de desarrollo y distribución de los episodios restantes de esta aventura interactiva.
Sobre Clementine y AJ
The Walking Dead: The Telltale Series - The Final Season se encamina hacia su final. La saga de narración interactiva, antaño una de las más laureadas y queridas del mundo del videojuego, está a un paso de su finalización. El peso de la trama, las acciones a tomar y las decisiones escogidas a lo largo y ancho de sus más recientes temporadas y capítulos comienzan a pesar sobre los hombros de los protagonistas y del propio jugador. Y eso se nota especialmente en este Juguetes rotos. El penúltimo episodio es una gran muestra del poder de esta serie a la hora de tratar a sus héroes y villanos, así como de ensamblar y encajar todas esas piezas del puzle dadas en el pasado. El capítulo arranca como la propia obra original de Robert Kirkman, con las consecuencias y los duros peajes que se deben acatar y asumir cuando tomas decisiones de peso por el bien y el futuro de todos.
Tras una monumental batalla entre los supervivientes de la escuela y el grupo de mercenarios y saqueadores de Lilly -la antagonista de la serie, uno de los perfiles más complejos y taimados de la saga volvió triunfante en el episodio anterior-, ahora toca asumir responsabilidades. Algunos de nuestros amigos han fallecido pastos de las balas y los cuchillos, y lo que antaño fue un remanso de paz, ahora es un verdadero erial lleno de muerte e incertidumbre. ¿Tomamos las decisiones correctas? ¿Hemos sido nosotros los causantes de todo el mal que nos consumo por dentro? ¿Lo hemos llevado siempre a nuestra espalda? Este es el leitmotiv máximo de The Walking Dead junto a la reconstrucción y la resurrección, y una vez más, en este más que notable episodio, se repite.
Juguetes rotos versa sobre Clementine y su rol de líder, sí, pero también consigue construir una serie de pilares muy interesantes sobre AJ, el pequeño al que hemos cuidado durante tanto tiempo, mostrándonos una serie de rasgos muy profundos y hasta la fecha completamente inusitados. Madurar y crecer en un entorno donde los adultos se matan por sobrevivir y en el que los muertos caminan por las calles y carreteras de un mundo en colapso no es el mejor caldo de cultivo posible, y el guion ha sabido usarlo a su favor. Pese a todos los males que carcomen las ruinas de una civilización que intenta reconstruirse y resurgir de sus cenizas, los niños sigue siendo niños. Las líneas están trazadas de cara al capítulo final, que se estrenará si todo va bien en marzo, y los protagonistas, estos niños perdidos sacados de una versión con zombis de El señor de las moscas de William Golding, se muestran ante nosotros como un conjunto sólido y muy bien avenido.
En este tercer episodio tendremos duras secuencias de acción, decisiones bastante peliagudas e incluso y momento tan emocional como duro. Este particular viaje para AJ y Clementine no ha sido fácil, y en sus últimas etapas juntos parece que tampoco lo será. Los caminantes tendrá mucha más presencia que en el anterior capítulo, y la entrada de nuestro aliado susurrador, uno de los momentos álgidos de esta temporada, se acabará por revelar como fundamental de una manera u otra. Toda la estructura de Juguetes rotos está enfocada al juego y viceversa, dándonos un rol más activo que en ocasiones anteriores, algo que le sienta muy bien al capítulo y que se acerca más a la interactividad original de las primeras temporadas de la serie.
No queremos caer en spoilers, ni mucho menos a estas alturas de la trama, pero sí creemos que una vez desaparezca The Walking Dead de la cartelera de las bibliotecas digitales y estanterías de videojuegos, algo se morirá por dentro de la industria. A nivel estructural estas aventuras pueden evidenciar graves carencias, y la verdad es que su formato ya comenzaba a dar muestras de agotamiento muchos años antes del cierre definitivo del estudio que las acuñó con gran éxito. Pero a día de hoy, con todos esos problemas a sus espaldas, y tras los graves hechos sufridos en los últimos meses, disfrutar de un tono tan maduro y casi equivalente al del cómic pero en nuestras consolas y PC, es un lujo. La mano de Gary Whitta, uno de los guionistas de la primera temporada y escritor de guiones como el de Rogue One: Una historia de Star Wars (2016) y del videojuego de acción Prey (2006), se nota.
Jugablemente cansado, técnicamente caduco
Sí, lo sabemos. Y somos plenamente conscientes. The Walking Dead: The Telltale Series - The Final Season sigue siendo un videojuego a veces roto, técnicamente desfasado y poco sorprendente. Telltale Games, que sorprendió a todos en su momento con una serie de juegos que hacían que las páginas de un cómic de Charlie Adlard vibrasen en la pantalla y los televisores de medio mundo, se durmió en los laureles. Si bien fueron retocando el motor gráfico en las últimas y más recientes temporadas, e incluso se tomó la decisión de añadir una nueva perspectiva audiovisual en esta última tanda, enfocándose más hacia la exploración de los escenarios y la acción al estilo survival horror de Resident Evil, todo sigue prácticamente igual.
Los diálogos, en los que tomamos decisiones pulsando según qué botones siguen intactas, y las secuencias en las que se nos da un poco más de libertad y manga ancha en pos de la espectacularidad, están férreamente enmarcadas dentro de los convencionalismos del Quick Time Event que tan buen resultado dio en el pasado.
Técnicamente es el mismo juego de siempre, un envoltorio atractivo basado en el efecto novela gráfica que en 2012 sorprendía y que ahora, muchos años y avances después, nos parece bastante caduco. Las expresiones, si bien han mejorado los rostros hieráticos y de cartón de otras intentonas anteriores del estudio, siguen transmitiendo poco y las animaciones parecen casi elementos preliminares de un desarrollador antes que el resultado de un producto final. Sin embargo, y pese a todos los defectos técnicos que este motor gráfico acarrea consigo mismo, funciona. La fórmula está agotada y no sorprende, no hay duda de ello, pero funciona. A veces, como un engranaje perfectamente engrasado. Nosotros hemos jugado en Xbox One, y si bien tuvimos un extraño problema al cargar nuestra partida, no hemos sufrido ningún problema más allá de algún que otro tirón en momentos de mayor acción. El juego está traducido y doblado al español, aunque os recomendamos encarecidamente que apostéis por la versión original para apreciar el trabajo de la actriz Melissa Hutchison, intérprete que le pone voz a Clementine.
Conclusiones
Es el principio del fin. The Walking Dead: The Telltale Series - The Final Season avanza de forma lenta e inexorable hacia su propio final y conclusión. Tras muchas penurias, problemas y tropiezos por el camino, casi como si un verdadero superviviente de un mundo que se derrumba a su alrededor, ha llegado hasta nosotros. Juguetes rotos es un capítulo que parecía improbable y que nos demuestra, que pese a la desintegración interna de Telltale Games, el estudio seguía atesorando talento y buen hacer a la hora de escribir historias.
Como canto a la paternidad, a la madurez adquirida y al crecimiento personal en tiempos difíciles, nos parece imbatible. Por otra parte nos encontramos con un juego mal rematado, que técnicamente sigue haciendo aguas por casi todos sus frentes y que desluce un poco el buen armazón que alberga en su interior. En cualquier caso, sigue siendo un regalo para los fans.
Hemos jugado a la versión de Xbox One con un código que nos proporcionado Meridiem Games.