Tras el genial Far Cry 3: Blood Dragon de 2013, que además funcionó muy bien comercialmente, muchos esperábamos que Ubisoft hiciera algo parecido con Far Cry 4 y se sacara de la manga un juego descargable a modo de spin-off, que nos sorprendiera con su propuesta. Lo que nadie se esperaba es que anunciaran Far Cry Primal, un nuevo capítulo de la saga que en tamaño y valores de producción es tan importante como cualquiera de las entregas principales, pero que viaja al pasado para ambientarse en la Edad de Piedra, hace nada más y nada menos que 12.000 años.
Esto de visitar periodos históricos que no son habituales en la mayoría de los videojuegos le gusta mucho a la empresa gala, y en esta ocasión han hecho el más difícil todavía al ambientar un Far Cry en el Mesolítico, cuando el ser humano se defendía y cazaba con rudimentarias armas hechas con piedras y madera. Acostumbrados a estar ante una saga de juegos de acción en mundo abierto en los que usamos armas de fuego y vehículos modernos, cuando se anunció este cambio de ambientación tan radical se generaron suspicacias y curiosidad a partes iguales entre la comunidad de jugadores.
Ayer viajamos a Londres para probarlo por primera vez, y lo que más nos ha sorprendido es que se mantiene totalmente el ADN de Far Cry, pese a su radical cambio de ambientación. Podemos afrontar una gran mayoría de las situaciones con acción directa o sigilo, el conseguir nuevas habilidades y obtener mejores armas es una de las claves para avanzar con garantías por la aventura, y el mundo del juego es tremendamente atractivo, tanto en lo visual como en lo jugable, con una infinidad de peligros y sorpresas aguardándonos en cada rincón de su enorme mapa.
El señor de las bestias
En Far Cry Primal nos metemos en la piel de Takkar, un cazador experimentado que se convierte en el único sobreviviente de su grupo de caza después de una fatídica emboscada, en la salvaje y bella tierra de Oros. Aquí comenzaremos a formar una tribu desde cero, creando armas y herramientas, cazando animales, luchando contra otras tribus, y conquistando poco a poco todo el territorio. Las armas que podremos utilizar van desde lo más rudimentario, como porras y lanzas, a otras más sofisticadas, como diferentes arcos y tipos de flechas, e incluso bombas de diferentes tipos, como de fuego, que lanzan abejas o envenenan a los enemigos.
En Oros nos cruzaremos con otros humanos, tanto aliados como enemigos, pero los grandes protagonistas de Far Cry Primal son los animales salvajes, con una fiereza, tamaño y abundancia que provocan que los humanos solo sean un eslabón más en alimentaria. Mamuts, rinocerontes, águilas y búhos, lobos, tigres dientes de sable, osos, todo tipo de herbívoros y peces y un larguísimo etcétera, la fauna es espectacularmente variada y tiene un peso importantísimo en la jugabilidad, pudiendo relacionarnos con los animales de diferentes maneras.
Porque no solo representan un peligro y nos pueden atacar en cualquier momento, o porque nos vemos obligados a cazar para conseguir pieles y carne, sino también porque las bestias pueden ser unos valiosos aliados al domesticarlas. Podremos domar a más de 14 animales salvajes, mediante un sencillo proceso de lanzarles a distancia un trozo de carne, después acercarnos con cuidado y finalmente utilizar nuestra peculiar habilidad, que tiene una explicación argumental.
Una vez que un animal se convierte en un aliado podemos darle sencillas órdenes, como que venga a nuestra posición o que ataque a un blanco determinado, y lo más curioso de todo es que cada animal tiene sus propias características (fuerza, velocidad y sigilo) y habilidades únicas. Por ejemplo si queremos asaltar un campamento sin ser descubiertos, tendremos que usar un felino como el jaguar, que se mueve de manera sigilosa al caminar agachados, y si queremos atacar frontalmente sin ningún tipo de cuidado lo más conveniente será utilizar un tigre dientes de sable o un enorme oso, los animales más poderosos. Los lobos también tienen sus propias ventajas, como un gran olfato para descubrir a los enemigos a distancia, advirtiéndonos mediantes gruñidos.
Solo podemos ir acompañados de un animal a la vez, pero podemos tener a varios domesticados en una lista, pudiendo cambiar entre ellos en cualquier momento. Cuando son heridos tenemos que curarlos, dándoles de comer carne, y si mueren podemos resucitarles con un objeto que tenemos que fabricar, porque recoger ingredientes como pieles o flores para fabricar objetos sigue siendo muy importante, ahora más que nunca. Estos animales no solo sirven para atacar, y también podemos montar en algunos de ellos para movernos más rápido por los enormes escenarios, y usarlos para cazar, una de las mecánicas más importantes del juego, que podemos hacer de varias maneras, incluso poniendo trampas.
El primer animal que conseguimos en la aventura y que nunca nos abandona es un enorme búho, el sustituto de la cámara de fotos o los prismáticos de anteriores Far Cry, que podemos controlar desde el aire para inspeccionar grandes extensiones de terreno descubriendo puntos de interés, marcar a los enemigos o incluso atacarles, con una caída en picado o lanzando bombas. Far Cry Primal está lleno de ingeniosas ideas y mecánicas sorprendentes, y eso que todavía solo hemos rascado la superficie.
Al contar con un componente de supervivencia más marcado que en anteriores Far Cry, con una naturaleza más peligrosa que los propios enemigos humanos, han querido que al ser de noche cambie completamente el mundo de Oros, y es el momento en el que los depredadores salen a cazar, topándonos con animales más peligrosos, aunque también más valiosos. La noche está genialmente recreada visualmente, es una oscuridad muy profunda, y asusta cuando ves al fondo dos pequeños círculos brillantes, que imaginas son los ojos de alguna bestia deseando hincarte el diente.
Podemos encender hogueras que a partir de ese momento funcionan como puntos de viaje rápido y también para dormir y cambiar entre la noche y el día, y en los campamentos podemos almacenar recursos, para crear medicinas, armas, munición y todo tipo de objetos. El exótico escenario de Oros es un floreciente vergel tras que desaparecieran los últimos glaciales de la Edad de Hielo, y encontraremos diferentes tipos de paisajes, como bosques, cuevas, pantanos, enormes praderas o incluso zonas todavía heladas. Para poder explorar estas zonas de frío extremo tendremos que habernos fabricado antes ropa adecuada, o sino moriremos rápidamente congelados.
Far Cry Primal nos ha parecido una aventura de acción realmente atrevida y arriesgada, cogiendo una fórmula de mucho éxito y llevándola a una ambientación totalmente inusual en el mundo de los videojuegos. El mundo de Oros tiene un enorme atractivo, porque si algo cuida Ubisoft en sus juegos son los escenarios y la ambientación, y la de este juego es simplemente genial.
Jugamos a una versión alfa en PlayStation 4, y aunque estaba bastante verde gráficamente, teniendo en cuenta cómo se veía Far Cry 4 hace un año, no nos costó demasiado imaginar lo bien que se verá Primal dentro de apenas tres meses. Al ser ahora algo tan importante dentro del juego, las animaciones de los animales están cuidadísimas, da gusto verles moverse con tanto realismo por los escenarios.
Toda una sorpresa
Lo último que esperábamos era un Far Cry ambientado en la Edad de Piedra, y nos ha sorprendido lo bien que se han adaptado las mecánicas tradicionales de la saga a una ambientación tan distinta y poco habitual. Si os gusta lo que propone la serie jugablemente, con esa mezcla de acción y sigilo y lucha contra la naturaleza en un mundo abierto, y os atrae hacer un gigantesco viaje al pasado de 12.000 años, no le perdáis la vista a este juego, que nos ha parecido único en muchos sentidos y nos ha dejado con ganas de más. Far Cry Primal se pondrá a la venta el 23 de febrero en PlayStation 4 y Xbox One, y el 1 de marzo en PC.
Hemos jugado a Far Cry Primal en un evento en Londres organizado por Ubisoft.
