Sabíamos que antes o después esta ambientación tenía que aparecer en la saga, y el momento elegido nos parece el perfecto, la llegada de una nueva generación de consolas, una ocasión ideal para ofrecer unos entornos más detallados, cientos de personajes en pantalla y mejores animaciones, que hacen que el parkour sea más fluido y dinámico que nunca. Assassin's Creed Unity ya fue uno de los juegos que más nos impresionó en el pasado E3, y ayer, tras ver una nueva demostración, nos ha vuelto a parecer más impresionante si cabe, puro espectáculo.
París, 1789, la preciosa y mítica ciudad se vuelve un escenario dominado por el terror y el caos con la sangre corriendo por sus calles cuando los plebeyos se rebelan contra la asfixiante aristocracia. Nosotros nos meteremos en la piel de Arno Victor Dorian, un joven nacido en una familia noble, afectado por la muerte de algunos seres queridos, que se ve inmerso de lleno en esa famosa revolución, iniciando una búsqueda de salvación y venganza, a la vez que se sumerge sin saberlo en otro conflicto, este milenario, el de los asesinos y los templarios. Viviremos en primera persona algunos de los momentos más importantes de un periodo histórico apasionante, desde la Toma de la Bastilla hasta la ejecución de Luis XVI, conociendo a personajes como Napoleón, Robespierre o el marqués de Sade.
Aunque la característica con la que se presentó y que evidentemente llamó más la atención fueros las nuevas misiones cooperativas integradas en la historia, hasta para cuatro jugadores, a nosotros, como aficionados a la saga, hay otras novedades jugables que nos parecen más interesantes si cabe, como el mejorado parkour, o las nuevas acciones de sigilo. La nueva generación se aprovecha para renovar todas las animaciones, y la escalada es más fluida que nunca, gracias sobre todo a nuevos movimientos de descenso, una de las taras de la serie desde sus primeras entregas, que ahora ha sido soluciona radicalmente gracias al llamado descenso controlado.
Ahora es igual de dinámico tanto ascender como descender, y podemos pasar del alto tejado de un edificio a pie de calle de manera rápida y sencilla, sin necesidad de tirarnos a un montón de paja. Arno se apoya en multitud de elementos para bajar de maneara fluida, sin movimientos toscos, y ya más que un asesino, parecemos un ninja con movimientos felinos. Hay nuevas acciones para meternos por debajo de elementos del escenario cuando vamos corriendo, y el entorno es mucho más complejo y lleno de posibilidades. Las calles están atestadas de personas, cuesta incluso moverse por ellas, pero ahora por ejemplo los interiores de los edificios tienen un mayor protagonismo, son mucho más numerosos y están integrados perfectamente en la enorme ciudad, sin tiempos de carga.
El sigilo, la habilidad más importante de un asesino, también necesitaba cambios y mejoras, ya palidecía ante otros grandes juegos de infiltración, y ahora contamos con un botón para entrar en modo sigilo, con lo que caminamos agachados y con más cuidado, siendo más difícil que nos vean. También hay un nuevo sistema de coberturas, que junto al modo sigilo, hace que jugar sin ser vistos sea mucho más placentero, y que el combate directo sea el último de nuestros recursos, como buen asesino.
Los combates también se suponen mejorados, pero en esta demostración no lo pudimos apreciar, ya que consistía en realizar un asesinato con sigilo, teniendo que infiltrarnos en la catedral de Notre Dame sin ser vistos. Si uno de los grandes valores de la saga siempre había sido la posibilidad que nos brindaba de poder viajar y hacer turismo en atractivas ciudades en un periodo histórico concreto, lo que han hecho en esta entrega con la recreación de París nos parece una salvajada, sin más, un espectáculo, habiendo construido las partes más emblemáticas de la ciudad a escala 1:1, como su famosa catedral. No sabemos cómo será su historia, si el cooperativo funcionará bien, si los cambios jugables serán tan importantes como parece, pero con el simple hecho de recorrer tan fascinante recreación de París, ya tenemos una ganas locas de tener Assassin's Creed Unity.
Si en el E3 lo vimos correr en un PC, y sus responsables nos prometieron que la calidad sería la misma en las nuevas consolas, tenemos que admitir que nos costó un poco creerlo, pocos juegos, y menos multiplataforma, han demostrado de lo que los nuevos hardware de Microsoft y Sony son capaces. Pero ayer pudimos ver esta nueva demostración correr en Xbox One, y el juego es visualmente igual de bueno a lo que vimos en junio. Unas animaciones fluidas y realistas, unos escenarios repletos de detalles, cientos de personajes en pantalla, unos rostros más humanos, muy expresivos en el caso de nuestro protagonista, y todo moviéndose sin demasiados problemas, con fluidez y sin defectos gráficos.
En la misión que nos enseñaron para un único jugador, había que infiltrarse en Notre Dame para asesinar a un personaje, y para ello había que ingeniárselas y entrar en el lugar sin ser vistos. Vimos antes de empezar la misión cómo estas tendrán varios objetivos secundarios y opcionales, como descubrir entradas secretas o realizar muertes únicas, aunque siempre hay un objetivo principal, que nosotros podemos cumplir como queramos. Por ejemplo para entrar en la catedral lo podíamos hacer por unas ventanas en los alto, que podíamos abrir si en ese momento hubiéramos contado con la habilidad de forzar cerraduras, que todavía no teníamos, o robándole la llave a un personaje, que se encontraba en un edificio cercano.
Antes de entrar, una vista aérea de todo París nos dejó sobrecogidos, por el realismo y la belleza con la que está realizada la ciudad, frotándonos las manos al saber que podremos recorrer y explorar todos los lugares hasta los que nos alcanza a la vista. Y dentro la recreación de tan precioso edificio es fascinante, con todo lujo de detalles y una ambientación sonora fantástica, escuchando una misa en latín atestada de gente. Nuestro objetivo es precisamente matar a un cura, y para ello había que perseguirle con cuidado entre la multitud hasta el interior de en un confesionario.
Aquí se inicia una cinemática, y un detalle que nos pareció curioso, el hecho de que permaneciera en todo momento en el centro de la pantalla un botón, que nos dejaba elegir el momento en el que queríamos ejecutarle, prolongando más o menos la última conversación con nuestra víctima. En la huida vimos alguna de las habilidades y herramientas de Arno, como las bombas de humo, muy útiles para crear confusión entre varios enemigos, y ejecutarles de manera rápida. Hay un montón de detalles nuevos, como cuando vamos andando un círculo en los pies del personaje que nos indica el radio en el que no debe entrar un enemigo si no queremos ser descubiertos, y si mientras intentamos escapar un guardia nos ve, una silueta transparente de Arno queda en el escenario, indicando la última posición donde nos han visto, algo verdaderamente útil.
Gracias a una llave que abría una catacumba, y que podríamos haber tenido o no, ya que se conseguía en una misión anterior, escapamos por unos túneles de la catedral hasta el exterior, de nuevo a las transitadas calles de París. Y aquí terminaba la demo, dejándonos con ganas de mucho más, ya que no nos cansamos de ver este nuevo Assassin's Creed, con sus cuidadas e hipnóticas animaciones, y la fascinante recreación de la ciudad, que no nos cansamos de alabar.
Uno de los juegos más esperados del año
Nos encanta lo que hemos visto hasta el momento de Assassin's Creed Unity, pero esto no quiere decir que estemos lanzando ya las campanas al vuelo, y que estemos seguros de que va a ser la mejor entrega de la saga en mucho tiempo. Sus ingredientes son inmejorables, con mejoras en todo lo que se necesitaba pulir y mejorar, como el sigilo y el parkour, la ambientación no puede ser mejor, y la potencia de las nuevas consolas se nota como en pocos de los títulos que hemos visto de la nueva generación.
Pero un Assassin's Creed es mucho más que eso, queremos un gran personaje en todos los sentidos, que desde Ezio no hemos visto en la saga, queremos una buena historia en líneas generales, y queremos un buen diseño de misiones, tanto principales como secundarias, y que todos sus contenidos tengan sentido y estén cuidados, y no sean relleno para inflar la duración de la aventura decenas de horas.
La Revolución francesa y la nueva generación de consolas no puede ser mejor momento para que la saga recupere el pulso y vuelva a dar un golpe sobre la mesa, atrayendo a sus fans más desencantados y a nuevos jugadores por partes iguales. Se lanzará el 28 de octubre para PlayStation 4, Xbox One y PC, y tenemos unas ganas enormes de jugarlo, tener por fin en nuestras manos una verdadera experiencia de nueva generación, y saber si cumple en todos sus apartados, algo que no es fácil en un juego tan ambicioso. De momento, de lo mejorcito que hemos visto en la feria, y sin duda uno de los juegos más prometedores de los próximos meses.
