Estaba cantado que Assassin's Creed volvería en 2017 y las filtraciones de los últimos meses nos habían contado muchas cosas: la ambientación, Egipto y el subtítulo Origins. El sentido común nos decía que Ubisoft aprovecharía el año sabático tras los fiascos de Unity y Syndicate para modernizar la saga y adaptarla a los nuevos tiempos, y cuando vimos la primera demostración en la conferencia de Microsoft lo confirmamos. Assassin's vuelve cambiado, con nuevas ideas y parece que con más posibilidades que nunca. En un evento de Microsoft pudimos probar el juego durante casi media hora en la Xbox One X y comprobar lo que ofrece.
Una ambientación nueva, diferente y más abierta
Assassin's Creed Origins nos lleva a los orígenes de la hermandad de los asesinos y no sabemos si también al de los templarios. Tendremos que explorar el Egipto de la época ptolemaica, el último período de faraones antes de la dominación romana, entre los siglos IV y I antes de cristo. Este Egipto es el que conquistó Alejandro Magno y luego uno de sus generales (Ptolomeo) convirtió en su reino propio, plagado de influencias griegas con la ciudad de Alejandría como gran ejemplo. No sabemos demasiado de la historia del juego, pero en la sesión nuestro personaje (un egipcio) salvaba a un griego, por lo que podemos descartar el enfrentamiento cultural.
Más allá de la época, que parece que será la de Cleopatra, última y más famosa gobernante, el escenario parece más abierto que nunca. En la demostración recorrimos a caballo una zona rural del juego, y está confirmado que habrá ciudades (al menos Alejandría), por lo que parece que se combinarán estos dos entornos. Por el tipo de escenario y el caballo nos recordó al primer Assassin’s Creed, pero ahora con un mundo más abierto y especialmente vistoso. Las verdosas riberas del nilo se combinan con montañas yermas y partes desérticas, todo ello con una espectacular iluminación. Los escenarios lucían de maravilla en los 4K de Xbox One X, no así los personajes, que nos han parecido estancados, incluso inferiores a los de anteriores juegos.
Una puesta al día con ideas de otros juegos
Una vez con el mando en nuestras manos y controlando a Bayek a lomos de su caballo podemos comprobar cómo ha cambiado el juego. Assassin's Creed Origins mantiene señas de identidad de la saga, como el parkour (que ahora se hace pulsando un botón) o los asesinatos sigilosos (pulsando el de interacción), pero muchas otras cosas cambian. Además de integrar un árbol de habilidades (diferenciado en cazador, guerrero y vidente) y un sistema de progresión de niveles en plan juego de rol, el título parece estar más orientado a la acción y al combate con la posibilidad, pero ya no la necesidad, de infiltración.
En primer lugar, la cámara se ha bajado y ahora está en un término medio entre la altura de los Assassin's Creed de siempre y la de juegos como Dark Souls, The Witcher 3 o el futuro God of War. El sistema de combate también ha cambiado y ahora hay dos tipos de ataques, ligero y fuerte, en los botones RB y RT; el segundo puede cargarse. Con el LB manejamos el escudo. Igual que en Dark Souls. Se pueden hacer parrys y es importante esquivar manualmente…
El arco jugará un papel muy importante en la infiltración y en el combate, y podremos usarlo desde los caballos, al igual que las armas cuerpo a cuerpo. En nuestra prueba realizábamos una misión opcional que consistía en adentrarnos en el desierto en busca de unos bandidos, y tuvimos ocasión de realizar enfrentamientos a caballo contra bandidos, usando tanto las armas como el arco. Resultan bastante emocionantes y divertidos porque pueden ser a toda velocidad. En la parte del arco Origins también se inspira en otros juegos, principalmente el último Zelda, del que toma los efectos incendiarios de las flechas de fuego y la cámara lenta al apuntar en el aire.
El minimapa ha desaparecido y ahora contamos en la parte superior de la pantalla con una brújula que nos muestra la dirección hacia la que miramos, con iconos y distancias que nos muestran la dirección hacia la que están las cosas, exactamente igual que el sistema de Skyrim que luego adoptaron títulos como Horizon. Para identificar elementos cercanos ya no tenemos atalayas a las que subir o un mapa general, sino que tenemos que controlar al águila que nos acompaña y quedó como marca de la hermandad, Senu, para identificar el escenario que está ante nosotros. Como en Far Cry Primal.
La sensación que transmite es un poco extraña porque algunas cosas todavía no funcionan bien, como el comportamiento de los enemigos en combate. Como Origins todavía está en desarrollo muchas de sus mecánicas aún no casan bien del todo, y a veces nos daba la impresión de estar ante un monstruo de Frankenstein hecho con trozos de otros juegos.
El águila y la brújula para sustituir al minimapa
Como os contábamos, ahora ya no contamos con aquellos cómodos minimapas llenos de iconos que nos dicen lo que está cerca, y en cambio tenemos que guiarnos por indicadores visuales tanto en pantalla como en la brújula superior. Se trata del sistema visto en Skyrim o Fallout 3, que han integrado en otros juegos como Horizon, y que ahora ayudará a Bayek a guiarse por el mundo del juego. El icono marca el tipo de evento y bajo él la distancia.
El uso del águila Senu, aunque no del todo original, sí resulta intuitivo e interesante. Podemos soltar a nuestra águila pulsando la dirección arriba de la cruceta, y con ella exploraremos el escenario. El control no es del todo cómodo (cuenta con los dos ejes invertidos, no solamente el Y, también el horizontal), pero podemos pulsar un botón para entrar en modo estacionario y que el águila se comporte como una cámara. De ese modo podemos escanear lo que tenemos enfrente y encontrar a los objetivos y otras cosas de interés. Esta nueva mecánica hará que tengamos que explorar el escenario y que las cosas no sean tan sencillas como en mundos abiertos anteriores, en los que sincronizar las atalayas era como comprarse una guía turística. Ahora tendremos que explorar activamente el mundo abierto para sacarle provecho. Un gran acierto.
Un sistema de combate diferente pero todavía muy verde
El combate, por su parte, todavía parece estar en un estado muy preliminar. En los minutos que jugamos dimos cuenta rápidamente de los enemigos sin que estos opusiesen mucha resistencia, con una inteligencia artificial a la que todavía le queda mucho por progresar. Esto, sin embargo, no ocurría tanto en el modo de combate arena, una especie de modo horda en el que combatimos contra varios enemigos al mismo tiempo, teniendo especial cuidado de las trampas.
Tras años en los que era casi automático y pudimos llegar a hacer carnicerías con Ezio Auditore, parece que Ubisoft se ha tomado en serio esta parte del juego e intentará convertirla en un reto inspirándose en el referente Dark Souls. Si logran hacerlo bien, cosa que en esta demo aún no habían conseguido, será una buena vuelta de tuerca a la fórmula.
Los escenarios impactan, los personajes no
Tuvimos la suerte de poder probar el juego en la nueva Xbox One X (va a ser difícil acostumbrarnos a no escribir Scorpio) y disfrutarlo a 4K y, tal y como os adelantábamos al principio del artículo, el aspecto de los escenarios es asombroso. Egipto y su diversidad, mezclando costa con montaña, desierto con la fertilidad de la ribera del Nilo, permite que los artistas de Ubisoft Montreal den rienda suelta a su talento y nos ofrezcan probablemente las vistas más espectaculares de la saga, acompañadas de unos preciosos efectos de iluminación.
La cruz, sin embargo, es que los personajes parecen no solo no haber mejorado, sino peores que los vistos en Syndicate y Unity. Es cierto que al título todavía le faltan meses de desarrollo, pero las caras y las animaciones nos han dejado por ahora bastante fríos. Habrá que ver si hasta octubre pueden darle una nueva capa de pintura a este aspecto.
Una última oportunidad de resurgir
Ubisoft se juega mucho con Origins. Su saga de bandera de los últimos diez años ha encadenado tres fracasos consecutivos con Unity, Syndicate y la película, y difícilmente puede permitirse un cuarto. Por lo que hemos probado en el E3, el mundo abierto cambia y se renueva, y también las dinámicas de juego. Es cierto que abusa tomando prestadas ideas de otros juegos, pero al mismo tiempo se mantiene parte de la esencia original. Muchas de sus dinámicas son prometedoras, pero todavía las hemos visto muy verdes, sin pulir. Si consiguen hacerlo estaremos ante un buen juego.
Los fans de Assassin's Creed tienen buenos motivos para esperar esta renovación de la serie, que aprovechará para contar más de la historia de los asesinos y sus verdaderos orígenes. Pero si no logran un juego redondo puede que a nadie más le importen.
Probamos Assassin’s Creed Origins en una Xbox One X durante 25 minutos en el evento Xbox Showcase de Microsoft el lunes 12 de junio en Los Ángeles.
