La serie Yakuza ha vivido más de un "culebrón" en territorio occidental en los últimos años, aunque finalmente, parece que Sega empieza a confiar en los lanzamientos, y también el público responde. Tras un primer juego en PlayStation 2, que contó con un doblaje de altura -plagado de grandes actores americanos- y una traducción al castellano, los juegos se convirtieron en unos superventas, pero sólo en Japón. Quizás las comparaciones -equivocadas- con la serie GTA confundieron a parte de los compradores, y las esperanzas en ver las secuelas en Europa y Estados Unidos se redujeron enormemente. PlayStation 2 consiguió, gracias a la relajación de controles de calidad de Sony, recibir Yakuza 2, con las voces originales -en japonés- y traducción al inglés. Ya era más de lo esperado.
Con la llegada de PlayStation 3, la situación no mejoró. Al contrario, Yakuza Kenzan!, lanzado en marzo de 2008, cerró aún más la saga en el ambiente y folclore japonés, complicando su viaje fuera de la isla. Una auténtica lástima, porque Kenzan! se trata de un capítulo completamente nuevo, no directamente relacionado con la trama numérica, con ambientes diferentes y emocionantes duelos samurai. Un año más tarde -Yakuza se lanza a ritmo anual- Japón recibió Yakuza 3, esta vez sí, secuela protagonizada por Kazuma Kiryu. Tras varios meses de incertidumbre, rumores y desmentidos, Sega decidió lanzar finalmente el juego en occidente, casi a modo de experimento para probar la salud del juego y la fortaleza de los seguidores, que pedían insistentemente el juego asegurando que, si bien no se convertiría en un éxito mediático, si resultaría rentable para la compañía. Y así ha sido, Sega ha mostrado su satisfacción por los números conseguidos, aunque sin datos concretos, algo que ha aclarado, por el momento, el futuro de la serie en Europa.
Ya con una entrega anunciada para PSP y otra para PlayStation 3 -Yakuza 5- , el siguiente título en la lista de conversiones es Yakuza 4, lanzado en marzo de este año en Japón, y que debería llegar en primavera de 2011, posiblemente con voces en japonés y traducción al inglés -como Yakuza 3-, aunque aún es pronto para confirmar estos detalles. Lo que sí ha hecho Sega es comentar que Yakuza 4 sufrirá menos recortes en su paso occidental que Yakuza 3, algo que hizo que muchos jugadores sintiesen que Sega desconfiaba de su éxito. La lista de amputaciones llegó a trofeos, misiones y minijuegos, como los relacionados con la gestión de un club de señoritas -aunque se podía seguir jugando a citas-, todo en teoría para simplificar la tarea de traducción. Yakuza 4 se mantendrá más intacto, respetando todo el tema de los clubs y los minijuegos, a excepción de uno de preguntas y respuestas completamente secundario, que prácticamente nadie echará en falta. Únicamente se mantiene en el aire la inclusión del shogi, un tipo de ajedrez japonés, que si se respetó en Yakuza 2. Por lo demás, esperamos recibir un juego tan completo como la versión japonesa.
Yakuza 4 sigue teniendo lugar en Kamurocho, la recreación ficticia del barrio de Tokyo Kabukichō, pero posee algunas interesantes novedades que hacen a la entrega atractiva para los que creen que la ciudad y el personaje de Kazuma Kiryu ya no tienen mucho que ofrecer. La gran novedad del juego está la presencia de tres protagonistas más igualmente carismáticos que en algún momento cruzarán sus vidas. Tres personajes con los que luchar, conocer nuevos locales de la ciudad, y ver la trama desde diferentes ángulos. La forma de desarrollar el argumento será similar a, por ejemplo, Heavy Rain, en el sentido de saltar de uno a otro según el capítulo o la situación; no se trata por tanto de escoger a un personaje al inicio y ver el juego sólo desde su vida. Lo que al principio serán cuatro historias inconexas se enredarán entre sí con algunos sucesos comunes, hasta que finalmente, los cuatro héroes crucen su camino.
Los nuevos personajes son Shun Akiyama, un hombre sin hogar que tiene en su propiedad una compañía de préstamos y un cabaret, conseguidos con el dinero del incidente en la torre Millennium del primer Yakuza; Taiga Saejima es un imponente yakuza -miembro de la mafia japonesa- condenado a muerte que escapa de la cárcel 25 años después de matar a 18 enemigos, que buscará saber qué ocurrió realmente el día que cambió su vida; y Masayoshi Tanimura, un policía corrupto de Kamurocho amante del juego pero con corazón -dona el dinero a un orfanato-, que también busca respuestas al caso de Saejima, pues su padre, otro inspector, murió aquel día. Tres personajes originales con tres historias de malos ambientes que se unirán a la no menos peligrosa historia de Kazuma.
Yakuza 4 no se diferencia demasiado en la jugabilidad de anteriores entregas -la auténtica revolución se espera con Yakuza 5-. Es un mundo abierto libre a la exploración, más similar a un RPG que a un juego de acción como GTA. Hay misiones principales según el argumento, como buscar a un personaje o ir a un determinado local, pero la mayoría del tiempo podemos optar por realizar otro tipo de misiones alternativas que pueden ir desde aprender nuevos movimientos de lucha explorando el entorno o jugar en minijuegos, que van cobrando importancia en cada secuela y ya tienen más de juegos que de minis. Además de la citada gestión de clubs -que esta vez si se respeta- y de varias recreativas en los salones de Sega, que simulan videojuegos, máquinas pachinko o la clásica máquina de la pinza y peluches; hay juegos deportivos como el béisbol, billar, bolos, ping pong, golf o la pesca, juegos de mesa típicamente japoneses, de cartas, ruleta, dardos... y eso sin olvidar las partidas a karaoke o los relajantes baños termales. El objetivo de estos juegos es la diversión, pero también se puede invitar a las chicas de los clubs a pasar un buen rato en compañía. También habrá varias situaciones especiales como persecuciones o eventos de botones -los típicos QTE- que añaden variedad de acciones.
La exploración tendrá algunas novedades respecto a anteriores juegos. Kamurocho revelará más sorpresas al ampliar los lugares de visitas con nuevos barrios y crecimiento vertical: las zonas subterráneas y los tejados. No se trata de convertir Yakuza 4 en un Assassin's Creed o inFamous a lo japonés, pero las partes superiores ahora también esconden a personajes y misiones que deberemos atender, y saltar entre edificios cercanos será una manera de llegar a sitios inaccesibles por las calles. Por debajo del suelo también hay vida, ya sea en alcantarillas, parkings, metros y desconocidas galerías comerciales. La ciudad, aunque en su mayor parte sea más que conocida gracias a todos los juegos anteriores -excepto Kenzan!-, mostrará una cara diferente con los cambios climáticos, como la nieve o la lluvia.
Pero cuatro protagonistas no sólo enriquecen la historia, parte fundamental de Yakuza -es una de las sagas con más minutos de secuencias que recordamos-, también juega un papel en una parte jugable de estos títulos: las luchas. Como juego de rol de acción, pasear por las calles de este barrio famoso por su inseguridad y conflictos entre mafias nos acarreará algunos enfrentamientos, a veces con simples borrachos o camorristas que nos confunden con inocentes transeúntes a los que robar algo de dinero. Entrar en contacto con ellos supone hablar con puños y patadas, algo en lo que Yakuza 4 en principio no trae grandes cambios. Como en anteriores juegos, se puede hacer uso de golpes secos, combos, lanzamientos y llaves, movimientos especiales "Heat" de resultado brutal y uso de armas blancas como cuchillos, bates u objetos del propio escenario, incluso bicicletas o las propias paredes -Yakuza siempre ha contado con animaciones diferentes según el entorno próximo-.
Si bien Kazuma sigue siendo ese luchador práctico de golpes variados, los nuevos protagonistas traen consigo estilos de lucha completamente diferentes que añaden un gran cambio a este apartado, que habitualmente no había tenido ninguna gran evolución. Shun Akiyama es un luchador muy ágil, a pesar de su aspecto, cuyas patadas y saltos son la envidia de los mejores karatecas. La captura de movimientos realmente se nota muy mejorada frente a la anterior entrega, y se elimina, por fin, esa sensación de seguir utilizando material creado para PlayStation 2. Taiga Saejima por su parte exagera los golpes de lucha libre que Kazuma podía tener, y aprovecha su fuerza bruta para lanzamientos y puñetazos poco técnicos pero sobradamente poderosos. Masayoshi Tanimura en cambio abarcará un gran elenco de movimientos propios del judo, con llaves, agarres y evasiones propios de alguien que, al menos en apariencia, es el menos dotado físicamente del cuarteto de la historia. Todos los personajes irán ampliando los ataques con la exploración de lo que sucede en el juego, conociendo a maestros de artes marciales, ya sea en lujosos gimnasios o en los peores callejones de Kamurocho, o simplemente, observando algunas situaciones fortuitas que despierten la imaginación del protagonista.
Aunque la mejora gráfica respecto a Yakuza 3 es pequeña, se nota que el detalle va cada vez en aumento. No disfrutaremos de ninguna otra ciudad, pero las nuevas vistas de Kamurocho no son simples añadidos extra gratuitos. Las zonas inferiores y superiores son zonas de casi una extensión similar a la de otra urbe, y el efecto de la lluvia y las diferentes horas del día dan un nuevo aire a calles y plazas conocidas. Las secuencias cinemáticas siguen siendo espectaculares, y la banda sonora continua con esa mezcla de géneros que van desde jazz a música electrónica. Todo ello con la guinda del doblaje japonés, que quizás complica comprender la trama de oídas -siempre quedan los subtítulos-, pero que ambienta la historia de manera excepcional.
Un año más tarde, pero llega.
Quizás la única pega que podemos poner a Sega es el retraso respecto a la versión japonesa, excesivo si tenemos en cuenta que no hay tareas de doblaje y se trata sólo una traducción. Contrasta la velocidad de desarrollo de nuevos Yakuza con la simple conversión de los mismos a otros territorios, puesto que Japón dispondrá de Yakuza 5 en las mismas fechas que Europa recibirá la cuarta entrega. Un Yakuza 5 que se intuye un nuevo camino para la saga tras el capítulo de transición que es Yakuza 4, en el que el habitual protagonista va cediendo terreno a los secundarios. Yakuza para PSP de hecho parece olvidarse de Kazuma por completo, a pesar de estar ambientado en la misma icónica ciudad.
Según la crítica japonesa, Yakuza 4 es, hasta el momento, la mejor entrega de la saga. Tras la excesivamente conservadora tercera secuela, cuyo mayor logro fue actualizar el ambiente de Yakuza 2 a PlayStation 3, Sega ha conseguido revitalizar el vuelo del argumento antes de quemar unos juegos que en Japón son un auténtico fenómeno. Si el público responde a Yakuza 4, Sega no debería dejar de lanzar estos juegos, para disfrute de sus fans.
