El juego de miniaturas de la empresa Games Workshop, contará con una nueva adaptación a los videojuegos de la mano de Relic y THQ. La franquicia de Warhammer 40.000 parece haber obtenido mucha mejor suerte que la división fantástica del mismo juego de soldados y miniaturas de plomo (que ahora pasarán a mejor vida tomando la resina como nuevo material base para los moldes), contando con unas adaptaciones mucho más exitosas y variadas. En la mente de todos los jugadores está la afamada saga de juegos de estrategia en tiempo real, Dawn of War, o el más que decente juego de acción en primera persona, Fire Warrior, donde el jugador encarnaba a uno de los soldados de la Casta del Fuego de la raza alienígena Tau.
Ahora el turno les llega a los Marines Espaciales, soldados humanos alterados para combatir y defender los ideales religiosos de la humanidad en el despiadado futuro.
Relic, que ya tiene experiencia a la hora de trasladar al mundo del ocio electrónico las particularidades mitológicas del reconocido juego de mesa (Relic Entertainment se ha encargado de llevar a cabo los títulos de la saga Dawn of War, ganándose el reconocimiento de millones de jugadores por todo el mundo), nos vuelve a enfundar el particular y llamativo traje espacial de los Ultramarines, pero esta vez en un título más enfocado a la acción.
En Warhammer 40.000: Space Marine encarnaremos al Capitán Titus, de las fuerzas de los marines especiales del capítulo de los Ultramarines (que destacan sobre otras facciones o capítulos gracias al color azul de su armadura). Titus es un marine espacial poco experimentado, sobre todo en comparación a sus veteranos compañeros y camaradas de su escuadrón, que parecen haber vivido más de un millar de batallas en cientos de mundos diferentes. En una de esas bajadas, sus amigos y compañeros militares mueren masacrados por un grupo de Hechiceros del Caos en un ataque sorpresa, siendo Tidus el único superviviente.
Tras la recuperación, y con las consiguientes heridas y secuelas de la cruenta batalla que liberó por salvar su vida, Tidus se enrolará en una interminable batalla a favor de los objetivos del Imperio, y la humanidad. Como podéis ver, el juego llevará todo el fandom y el rico folclore del universo expandido con el que han crecido los juegos de la división futurista de Game Workshop. A lo largo de Warhammer 40.000: Space Marine, tendremos cameos de algún que otro personaje importante en el mundo de la franquicia, además de otros compañeros de viaje (Sidonius y Leandros serán nuestros camaradas en esta futurista aventura), que nos ayudarán en los momentos más difíciles, y en cuyo peso también recaerá el devenir argumental.
Al igual que en el juego original de estrategia, nos enfrentaremos a lo largo del juego contra las más diversas razas alienígenas: deberemos defender nuestro mundo de una eventual invasión Orka o luchar contra las criaturas deformes y perturbadas del Caos. A lo largo del título, viviremos variadas situaciones de combate, luchando en tierra firme contra oleadas de orkoz de pieles verdes dispuestos a vender y utilizar hasta el último centímetro de acero y hierro de nuestra armadura cuando nos arrebaten la vida, o a peligrosas huestes de Marines del Caos cuya misión es corromper cualquier tipo de especie de vida. Warhammer 40.000: Space Marine será un título de acción en tercera persona, donde hasta la fecha, Gears of War sigue siendo el rey indiscutible. De hecho las evidencias y referencias gráficas, técnicas o conceptuales podrán escamar a más de uno, pero sus creadores han dejado claro que aquí, al contrario que en el juego de Epic, no tendremos que estar preocupados constantemente por buscar cualquier elemento para parapetarnos y obtener cobertura.
Jugablemente se ha querido mantener gran parte del estilo y las reglas habituales en el archiconocido juego de mesa, pero apostando por la acción y el combate más desenfadado (obviamente, hacer un juego de turnos sería una oportunidad desperdiciada para mostrar el cruel enfrentamiento futurista del que pueden hacer gala). Los habituales rifles de energía bolter o las famosas servoespadas (espadas con sierras mecánicas) serán parte esencial en la extensa armería con la que contará el título final, que pondrá a nuestra disposición unas 15 armas diferentes. Si os somos sinceros, habrá partes que creeremos estar delante de un juego de Hack and Slash y no de un shooter genérico en tercera persona y es que el sistema de puntos de Furia, que nos otorgará poderes y ataques especiales cuando logremos una serie de puntuaciones o muertes (cosa que será bastante fácil teniendo en cuenta la cantidad de enemigos con los que nos encontraremos en los variados terrenos de batalla), nos permitirá cosas como aniquilar a todos los orkoz ralentizando el tiempo o disparar a los enemigos más lejanos con disparos únicos. La campaña tendrá unas diez horas de duración, y en algo que ya parece una tónica para los títulos de los tiempos que corren, Warhammer 40.000: Space Marine contará con un modo multijugador.
Gráficamente el juego nos ha dejado un buen sabor de boca, mostrando modelados fieles con las miniaturas, además de un motor gráfico que permite grandes cantidades de enemigos a nuestro alrededor (en una de las escenas, nuestro protagonista veía como era acorralado por una inmensa horda de orkoz). Eso sí, las escena violentas, gores y truculentas estarán a la orden del día, dejándonos bastante claro el sentir adulto del juego en cuestión. El apartado artístico será bastante más cuidado que en Dawn of War (algo que ya es decir) mostrándonos unas recreaciones tan fidedignas como laboriosas en los más diversos aspectos. Sin duda, Relic ha tomado el pulso al universo de Warhammer 40.000 y no se nos ocurre nadie mejor para trasladarlo a un videojuego.
Warhammer 40.000: Space Marine promete marcar un nuevo estándar en los juegos de acción basados en la franquicia de Games Workshop, y estará disponible para PlayStation 3, Xbox 360 y PC. Los más fanáticos de las miniaturas y los juegos, como aquellos que busquen un título que siga la estela de los archiconocidos Gears of War, deberán marcarlo. De momento, tanto jugablemente como artísticamente, nos ha dejado encandilados. Es imposible no resistirse a sus encantos, sobre todo si hemos tenido algún contacto con el juego de mesa. ¡Que alguien tire un dado de seis caras para salvarnos!
