Cada vez es más difícil destacar en ciertos géneros, pues la competencia y los enormes costes de desarrollo que tienen los juegos hoy en día hace que pocas empresas quieran arriesgar, y siempre acaban yendo a lo seguro. Así, en algunos géneros, como los shooters, acabamos viendo la misma fórmula una y otra vez sólo que con ciertos detalles que dan personalidad a cada juego. Puede que sea ese el caso del título que nos ocupa, Singularity, un shooter en primera persona en el que además de disparar, puedes jugar con el tiempo.
El argumento del juego nos lleva a la década de los 50, cuando en medio de la guerra fría los soviéticos hacían experimentos con un extraño elemento llamado el elemento 99. Gracias a las propiedades de dicho elemento, cualquier objeto que estuviese en contacto con él podía moverse en el tiempo. Así, una planta rejuvenecía hasta convertirse en semilla o se pudría hasta desaparecer.
Pero cuando los rusos ya estaban frotándose las manos por las posibilidades, algo salió mal y se produjo una explosión que contaminó la zona con el elemento 99. Temerosos de que su descubrimiento saliese a la luz, los soviéticos aislaron la zona y nadie más regresó por allí. Hasta ahora.
El tiempo en tus manos
El juego se desarrolla en la actualidad, en 2010, fecha en la que un grupo de militares americanos acaban cayendo en la zona. Allí descubren que algo no va bien, que unos extraños monstruos que parecen fluctuar les atacan y nuestro protagonista comienza a ver ecos de lo que ocurrió en el pasado. Por lo que vimos, al menos al principio del juego, recibiremos la ayuda de un extraño ruso que guiará nuestros pasos. Además, de alguna forma que no se ha desvelado aún, acabamos con un extraño artefacto en nuestro poder que nos permitirá modificar el tiempo.
Gracias a este aparato podremos mover en el tiempo objetos que estén impregnados por el elemento 99. Estos objetos serán fácilmente reconocibles, ya que estarán recubiertos de una capa azul que los hará destacar. Una vez frente al objeto, y consumiendo cierta energía de nuestro aparato, podremos hacer que se mueva en el tiempo. Pero es mejor verlo con un ejemplo. En cierto momento el protagonista llegó a una habitación sin salida, pero con una pared cubierta del elemento 99. Para derribarla la adelantó en el tiempo, convirtiéndola en escombros. Una vez en el otro lado, descubrió que esa pared era parte de una escalera que quedó en ruinas también y que le impide subir al piso de arriba. Pero no hay problema, porque vuelve a usar su máquina y lleva a la pared al estado que tenía en 1950, por lo que vuelve a estar lista para usarse.
Este será uno de los puzles que veremos en el juego, que por lo que se nos comentó no serán excesivamente complejos. Pero además de para eso, podremos usar la habilidad de mover cosas en el tiempo como un arma. Y es que gracias a ella, podremos acabar con nuestros enemigos de un solo ataque, aunque a costa de que nuestros niveles de energía se vean drásticamente reducidos. También deberemos usar el poder contra aquellos enemigos que fluctúen en el tiempo, ya que nuestras balas no podrán acabar con ellos mientras están en otro tiempo. Sabremos cuando ocurre esto porque comenzarán a hacerse transparentes y a desaparecer, señal de que no están aquí del todo.
También podremos, gracias a nuestra recién adquirida habilidad, parar proyectiles y lanzarlos contra nuestros enemigos o incluso disparar una bala y dirigirla, entrando en un modo en primera persona que nos permitirá llevarla a lugares imposibles. Como vemos, el concepto de mover cosas en el tiempo está muy integrado en el juego, y promete ofrecernos momentos interesantes.
Testigo de excepción
Pero además de para ofrecernos un sistema de juego original, el tema del elemento 99 sirve para traernos una historia interesante que se irá contando delante de nuestros ojos. Según avancemos, nos encontraremos con ecos de situaciones que ocurrieron en el pasado, y que se mostrarán ante nuestros ojos como si sus protagonistas fuesen fantasmas. De esta forma iremos descubriendo poco a poco que ocurrió tras el incidente, por ejemplo, que la gente comenzó a convertirse en los monstruos que vemos. También habrá momentos en los que acabemos en 1950, momento en el que podremos hablar con gente que está encerrada en ese tiempo y tratar de resolver el misterio que envuelve todo el asunto.
El juego usa el Unreal Engine, lo que hace que luzca estupendamente en el apartado gráfico. Los escenarios son edificios en ruinas, aunque el detalle de que en ocasiones pasado y presente se entremezclen crea un efecto muy interesante. Los personajes, por otra parte, resultan algo genéricos, pero también es cierto que la demo que vimos debía situarse en un momento temprano del juego, con lo que es posible que nos encontremos con más variedad.
Creemos que el concepto de mover las cosas en el tiempo es muy interesante y da mucho de si. Es posible que no sea la panacea, y no parece que vaya a revolucionar el género, pero si nos parece un elemento que puede crear una experiencia algo diferente dentro del género. Por supuesto, lo primordial sigue siendo disparar, pero si se ha llevado a cabo un buen diseño de niveles y de puzles que aproveche la mecánica de juego, Singularity puede convertirse en un juego realmente interesante. De momento nos mantendremos atentos a lo que nos ofrezca el juego.