La saga Assassin's Creed debutó en 2007 en la actual generación de consolas con un título espectacular, que recreaba con minucioso detalle un periodo histórico en un mundo abierto, aunque contaba con ciertos problemas de ritmo en su planteamiento y se acababa haciendo un tanto repetitivo. Enamoró a muchos, decepcionó a unos cuantos, pero lo que no se podía negar era el potencial de la fórmula, que se iría apuntalando en las siguientes entregas.
Dos años después llegó la segunda parte, que pulía y solucionaba todos los defectos o errores de la primera entrega, siendo mucho más variado, dinámico y en definitiva divertido, con un nuevo protagonista al que controlábamos en el Renacimiento italiano.
La saga se encontró a gusto en este periodo histórico y decidió quedarse en él unos cuantos años, además de volverse una serie anual, como lo pueden ser los juegos deportivos como FIFA o PES o el exitoso Call of Duty.
En 2010 llegaba Assassin's Creed: La Hermandad que mejoraba y aumentaba más si cabe lo planteado en Assassin's Creed II, además de incluir un muy interesante modo multijugador, que llegó para quedarse en la saga. Y el año pasado salió a la venta Assassin's Creed: Revelations, un gran juego pero que empezó a mostrar ciertos síntomas de agotamiento, tanto en la fórmula jugable como en su historia, que por fin cerraba las tramas de Altaïr y Ezio Auditore, los protagonistas de los dos primeros juegos.
A principios de este año supimos que la nueva entrega de la saga sería Assassin's Creed III, algo de lo que nos alegramos mucho, con un nuevo protagonista y una ambientación y periodo histórico distintos, la segunda mitad del siglo XVIII, ambientado en la Revolución Americana, la guerra de independencia de las colonias americanas de Inglaterra para convertirse en los Estados Unidos. A lo largo de estos meses hemos podido ir viendo nuevas imágenes, tráilers, conociendo nuevos detalles, y viendo algunas demostraciones jugables en las distintas ferias, como el E3 y la Gamescom.
Pero ha sido hace un par de semanas cuando hemos tenido acceso a un código previo, ya en castellano, al que hemos podido jugar unas cuantas horas, y hacernos una mejor idea de qué ofrecerá este nuevo Assassin's Creed, una verdadera tercera entrega, con todas las de la ley. Decimos esto porque se notan los tres años que llevan trabajando en él, la entrega más ambiciosa de la saga y con más tiempo de desarrollo desde el primer juego. Han participado el doble de personas que en la trilogía de Ezio, y se han invertido el doble de recursos, y se nota desde los primeros minutos que te pones a jugar.
Las novedades son numerosas y apuntan en distintas direcciones, desde el sistema de combate, la manera de moverse por el mundo, la interfaz de pantalla y los menús, el sistema de misiones, y un largo etcétera, por lo que si te sueltan en mitad del juego como a nosotros, sin haber contemplado los distintos tutoriales que te explican tal cantidad de novedades, te sientes un poco perdido al principio. Por eso en vez de ponernos a realizar misiones desde el principio, nos pusimos a experimentar con el mundo que nos rodea, que se siente muy diferente al de anteriores Assassin's Creed, para empezar mucho más grande, inmenso en comparación.
Para quien todavía no lo sepa, en Assassin's Creed III controlaremos a Connor Kenway en 1775, un personaje con sangre inglesa y nativa americana que fue criado por los indios mohicanos. Visitaremos ciudades como Boston y Nueva York, pero sobre todo muchos parajes naturales, bosques y montañas recreados con todo lujo de detalles, llenos de vida. Connor se ha criado en la naturaleza, sabe desenvolverse perfectamente en ella, y eso lo demuestra con su agilidad y rapidez para moverse y escalar entre los árboles, así como para cazar los más variados animales.
Esta beta comenzaba en la secuencia 6, ya con la trama bastante avanzada y justo en el momento en el que nos dan total libertad para explorar el mundo y realizar misiones en el orden que queramos. Una de las grandes novedades de esta entrega es que podremos tener varias misiones activas a la vez, como en cualquier juego de rol, no hay que ir como antes al punto de inicio de la misión, activarla y resolverla. Podremos ir activando y comenzando distintas misiones a la vez, e ir resolviéndolas en el orden que queramos, gracias al registro de misiones. Una gran ayuda, ya que el mapa es inmenso y las misiones y tareas secundarias muy numerosas.
Uno de los cambios jugables que más llaman la atención es la manera de correr y escalar, ahora basta con apretar R1/RB, no hace falta hacerlo acompañado del botón X/A. Esto hace que sea más cómodo y natural, aunque el botón X/A sigue teniendo su importancia, y lo necesitamos para realizar acciones no seguras, como dar un gran salto desde una rama o precipicio y lanzarnos al vacío, ya que con solo R1/RB solo nos moveremos por lugares seguros y accesibles. Connor es todavía más ágil y rápido que Altaïr y Ezio, y es una pasada moverse por la naturaleza con total libertad y fluidez, saltando rocas y troncos, escalando árboles, moviéndonos entre sus ramas, y casi podemos recorrer bosques enteros sin pisar la tierra. Además nos gusta mucho cómo el protagonista apoya las manos en el entorno, ya sean árboles o rocas, un poco al estilo de Uncharted, de manera muy natural y coherente.
Tanto los parajes naturales como las ciudades están llenos de fauna, numerosa y variada: zorros, lobos, ciervos, osos, liebres, ovejas, perros, gatos, ratas cabras, cerdos, etcétera. Con los animales domésticos podemos interactuar acariciándolos con simpáticas animaciones, con los salvajes podemos dedicarnos a cazarlos y conseguir sus pieles. Estuvimos experimentando con esto y es un aspecto muy trabajo, que nos recordó un poco a Red Dead Redemption, un juego al que Assassin's Creed III se asemeja en diversos aspectos.
No será lo mismo cazar a un lobo con una pistola que con la hoja oculta, ya que dependiendo de cómo matemos a los animales la calidad de la piel que recojamos variará, por tanto siempre será mejor cazar con un arma blanca que con una de fuego, aunque por supuesto mucho más difícil, ya os avisamos que ciertos animales son muy escurridizos. A veces en los escenarios encontramos pistas, nosotros dimos con rastros de lobos que habían estado por la zona. Colocamos cebo, uno de los ítems que llevamos en el inventario, nos subimos a un árbol, y esperamos a que nuestra presa apareciera, como así hizo.
En este punto del juego ya llevábamos un nutrido inventario, con un arco, una pistola, minas, trampas, el hacha tomahawk, los mencionados cebos, los recién adquiridos dardos de cuerda, y un silbato que sirve para llamar al caballo, otro detalle made in Red Dead Redemption. El mapa del juego es enorme, las extensiones de terreno muy amplias, y tener siempre un caballo disponible se hace imprescindible, por lo que con este silbato lo podemos llamar en cualquier momento, y acude rápidamente a nuestro encuentro. La gestión del inventario es uno de los pocos aspectos que no nos convenció de Assassin's Creed III, y una cuenta pendiente en la saga, ya que no acaban de dar con la mejor de las soluciones. Podemos llevar pocos objetos a mano, accesibles con la cruceta digital, y para coger otros pasamos a un menú fuera de la acción del juego, lo que te saca un poco de la experiencia, esperamos que sea cosa solo de la beta y en la versión final esto tenga una mejor solución.
En esta secuencia 6 ya tienes disponible una base de operaciones, un caserío que iremos ampliando según avancemos en la historia y resolvamos misiones secundarias. Empieza con un edificio principal habitado por Achilles Davenport, el mentor de la Hermandad colonial, y una pequeña granja, hasta que poco a poco se irá convirtiendo en una pequeña ciudad, con más habitantes, edificios anexos y negocios, irá cobrando vida según avances en la aventura. Comerciantes que nos venderán madera, carbón, materiales con los que podremos crear objetos más complejos como muebles, y estos objetos junto a las pieles de los animales los podremos enviar a Boston y Nueva York para venderlos y sacarnos un valioso dinero. Una parte comercial que parece está bastante desarrollada, y que no deja de sumar a una experiencia ya de por sí muy compleja y completa.
Nos topamos con algunos minijuegos como las damas o el fanorona, en los que podemos apostar y ganar dinero, nos hicimos con la enciclopedia del hombre corriente, que tendremos que ir rellenando "escaneando" a personas importantes, y vimos un coleccionable en forma de páginas que en vez de estar localizadas en un punto en concreto son mecidas por el viento, se mueven por el escenario, y tenemos que ser ágiles para atraparlas. Hay multitud de tesoros repartidos por el mapa, algunas misiones secundarias están relacionadas con esto, y vuelven cómo no las atalayas, en esta ocasión muchas en forma de enormes y complejos árboles, que no son fáciles de escalar.
En definitiva parece que será un Assassin's Creed enorme, con multitud de cosas por hacer, y aunque no habrá Hermandad de asesinos como tal, las misiones secundarias serán muy numerosas y sobre todo diferentes, lo que hace que esta tercera entrega rompa en muchos aspectos con las precedentes y se sienta como algo fresco y nuevo. No había más que seguir avanzando para descubrir una y otra novedad detrás de otra, que dejan bien claro el paso adelante de la saga.
Por ejemplo el sistema de combate, muy mejorado y cambiado, algo que llevaban muchos jugadores pidiendo a gritos tras varias entregas. Ahora podemos llevar equipadas hasta dos armas a la vez, como una pistola y el hacha tomahawk, y eso tiene su repercusión en el nuevo sistema de contras. Ahora exige más al jugador, un mayor timing, que nos recuerda un poco a lo visto en los dos geniales juegos de Batman de Rocksteady, y ya no supone una muerte fulminante realizar un contrataque como en anteriores Assassin's Creed. Si conseguimos realizar la contra en el momento justo, tenemos que decidir con cuál de las dos armas que tenemos equipadas contratacamos, y esto deriva en distintas acciones y movimientos, y un mayor dinamismo de los combates.
Cuesta acostumbrarse al principio, teníamos muy grabado a fuego el sistema de combate tras jugar a cuatro Assassin's Creed, pero una vez entiendes las nuevas mecánicas y las comienzas a poner en práctica, descubres lo mejorado que está, mucho más complejo y participativo por parte del jugador, más natural, y que creemos va a encantar a los jugadores. Hay cosas todavía mejorables, como cierta pasividad de los enemigos en ocasiones, pero ya no te atacan por turnos, y es normal recibir ataques de dos o tres a la vez. Además la manera de salirnos de un combate y huir es mucho más sencilla, y basta pulsar el botón de correr R1/RB para salir pitando y dejar la pelea, algo muy mal resuelto en anteriores Assassin's.
El mundo de Assassin's Creed III es enorme, y está dividido en secciones, bastante grandes como para que los tiempos de carga no sean una molestia. Todo el área metropolitana de Boston es una sección, los bosques que la rodean es otra, luego tenemos la zona de la frontera y el puerto, unas 3 o 4 grandes secciones en esta beta, sin haber llegado todavía a Nueva York. Además de tener el caballo para desplazarnos hay viaje rápido a puntos importantes del mapa, y no parece que el desplazarse grandes distancias vaya a ser para nada tedioso, y el simple hecho de explorar las bellas extensiones naturales a pie o a caballo es un placer y uno de los alicientes, aunque los más vagos o apresurados siempre tendrán disponibles los puntos de viaje rápido.
Resolvimos algunas misiones antes de pisar la primera ciudad, como ayudar a una mujer herida que había sido atacada por unos cazadores furtivos, que llevábamos a nuestra base para curarla y se acaba instalando, montando un negocio. Luego dimos buena cuenta de sus agresores con los dardos de cuerda, esa arma letal con la que encaramados desde un árbol podemos usar y dejar colgados a los enemigos. También ayudamos a un tipo de estaba a punto de ser ejecutado por un grupo de soldados, descubrimos y escalamos varias atalayas, y por fin llegamos a la ciudad de Boston.
La recreación de esta es admirable, esta llena de vida, de adultos en sus quehaceres diarios, e incluso niños por primera vez en un Assassin's Creed, algunos de ellos importantes como los huérfanos, a los que si damos dinero distraen a los guardias. Hay perros, gatos y ratas, y la vida fluye por las calles, entre civiles y soldados, mucho comerciante y no pocas protestas, con la ciudadanía harta de la ocupación militar, se palpa en el ambiente que la revolución está a punto de estallar.
Otra de las novedades son los cambios climatológicos en tiempo real, que pudimos comprobar en nuestras carnes, cómo de manera muy realista se pone a chispear y luego a llover, en distintas intensidades, incluso con un chaparrón. A veces podemos entrar por puertas y ventanas en las casas, atajos que vienen muy bien en las huidas, que nos dieron la sensación de ser muy complicadas. Boston está lleno de soldados, y una vez estos se ponen a buscarnos es muy difícil perderles de vista, ya que la ciudad no cuenta con sitios demasiado elevados en los que escondernos.
En una de las misiones de Boston comprobamos cómo habrá varios objetivos secundarios para conseguir el 100% de sincronización en una misión. En anteriores Assassin's Creed había un objetivo secundario en cada misión, ahora podemos tener varios. En una que jugamos había hasta cuatro o cinco, como mantener la notoriedad por debajo de determinado nivel o acabar con nuestros objetivos con barriles explosivos en vez de cualquier otra manera. Por lo que parece completar todas las misiones al 100% será todavía más complejo y difícil, una dificultad al gusto del jugador.
Además de sumergirnos en la historia para un jugador de Assassin's Creed III durante varias horas, que nos dejó con ganas de jugar mucho más, algo para lo que todavía tendremos que esperar un poco, también pudimos disfrutar del modo multijugador, que sigue lo visto en las anteriores dos entregas. Concretamente probamos un modo de juego cuatro contra cuatro en el que dos equipos, con los miembros de cada equipo con el mismo aspecto, el mismo personaje, tenías que conquistar las tres zonas del equipo contrario, a la vez que defendías las propias. Muy divertido, tanto la tarea de defender como en la de atacar, teniendo que estar muy atentos ante cualquier movimiento extraño por parte de los personajes, para así poder identificar a un jugador contrario.
Y el otro modo que probamos fue Manada de lobos, en el que de dos a cuatro jugadores, de manera cooperativa, se tienen que dedicar a cazar objetivos controlados por la IA, antes de que se acabe el tiempo, primando la velocidad, el sigilo y si se puede, la sincronización, ya que en cada ronda hay tantos objetivos como jugadores, y se premia mucho el matarlos a todos a la vez. 16 personajes para seleccionar, 7 mapas, 8 modos competitivos, uno cooperativo, 10 perks, 14 habilidades, 50 niveles, muchas opciones de personalización y 58 vídeos a archivos desbloqueables, que nos proporcionarán más información de la historia de Assassin's Creed III, son algunas de las cifras de un completo multijugador.
En lo que respecta a los gráficos tuvimos sensaciones encontradas. Por un lado artísticamente, la manera de recrear las ciudades y la naturaleza, es una pasada, con infinidad de detalles, bosques de los más realistas que hemos visto en juego alguno, y una recreación histórica en las ciudades soberbia, algo solo al alcance de muy pocas superproducciones. Por otro lado es muy ambicioso, los escenarios son enormes, y las actuales consolas no dan para más. Era una versión beta y está claro que la versión final estará mucho más pulida, por lo que habrá que esperar para hacer una valoración, pero había texturas, dientes de sierra o incluso niebla en el horizonte que afeaban mucho lo bien realizado en la dirección artística, por lo que veremos cómo de pulido llega el producto final.
Assassin's Creed III saldrá a la venta el 31 de octubre en PlayStation 3 y Xbox 360, el 23 de noviembre en PC y el 30 del mismo mes en la nueva Wii U, y si ya le teníamos bastantes ganas, después de haberlo jugado unas cuantas horas no podemos esperar más. Es justo lo que necesitaba la saga, una auténtica tercera entrega, con numerosos cambios en todos sus apartados, desde algunos tan obvios como la ambientación, otros tan necesarios como el sistema de combate, y muchos más sutiles como el sistema de misiones, más similar al de cualquier juego de rol.
Quienes han disfrutado de todas las entregas de la saga que vayan contando los días y las horas, para ellos va a ser uno de los juegos del año, en el que sumergirse durante muchísimas horas. Para los que andaban un tanto descontentos con el estancamiento de la saga en la Italia del Renacimiento, y a quienes Revelations no terminó de convencer por su falta de novedades, se sorprenderán con Assassin's Creed III, que está repleto de ellas. Ya queda menos, y aunque no hay duda de que será uno de los juegos del año, veremos si tan ambiciosa propuesta llega a buen puerto y se convierte también en uno de los títulos insignia de esta generación que ya está llegando a su fin.
