TaleWorlds Entertainment ofreció el pasado E3 2016 un nuevo vistazo a Mount & Blade II: Bannerlord, su esperado juego de rol y estrategia con una temática tan interesante como son los asedios medievales. Ahora que las guerras modernas y futuristas empiezan a saturar el mercado, es bueno ver que la Edad Media en su vertiente no fantástica todavía resiste las embestidas de la ciencia ficción. Ahí está el prometedor Kingdom Come: Deliverance o el título multijugador de Ubisoft For Honor.
Bannerlord nos llevará a un mundo ficticio con una escala mayor que nunca, y más sangrienta que su predecesor.
La presentación en la feria de Los Ángeles se centró en una versión jugable de los asedios a la que todavía falta del pulido definitivo. En él podemos ver las diferentes estrategias para asaltar una fortaleza que ha preparado un peligroso recibimiento a nuestro ejército, con arqueros y ballestas dispuestas en sus torres.
Mount & Blade II recrea las técnicas de invasión más conocidas. Puedes entrar con el ariete por la puerta principal, aunque lleva su tiempo y el enemigo tendrá listas trampas de aceite hirviendo. Las escaleras sobre el muro son más rápidas, pero nos plantan en el cuerpo a cuerpo contra los soldados apostados en la muralla. ¿Castigas primero con la catapulta o entras en tromba con docenas de guerreros? Bannerlord ha mejorado el motor gráfico para que la guerra luzca más animada que nunca, y si bien por el momento no es un juego que destaque especialmente en los gráficos, muchos objetos y estructuras se podrán dañar y destrozar. Las inclemencias del tiempo y el paso de las estaciones afectarán al ritmo de la guerra: en invierno baja la efectividad de los soldados, pero a cambio la nieve oculta sus movimientos.
Tú decides tu estilo de juego. Podrías liderar la guerra en primera línea, en solitario o rodeado de tus compañeros; o quizás prefieras una vista privilegiada controlando lo que sucede desde una distancia prudencial dando órdenes. Una opción para repetir la partida y rebobinar la acción nos facilitará analizar mejor lo ocurrido y descubrir así las estrategias más efectivas con nuestras unidades.
La historia de este mundo abierto se ambienta en el ocaso del Imperio de Calradia, 200 años antes que Warband. Guarda similitudes con el fin del Imperio Romano y el nacimiento de los diferentes reinos en Europa, aproximadamente entre los siglos VII y el XII. Cada una de las seis facciones tiene sus clanes, mercenarios y propias metas. Representan a la versión primitiva de las que encontramos en el último juego, así que podremos ver alguna relación entre ambos juegos. Según su cultura, algunos prefieren la caballería, los lanceros, arqueros, otras herramientas más directas como las hachas y la infantería armada con espadas, o las emboscadas. El mapa está basado en el de Warband -podrás reconocer localizaciones- sólo que es más grande.
Las misiones principales y algunas secundarias conseguidas en la taberna nos ofrecerán variedad de actividades con numerosos personajes, e incluso la opción de modificar el final dependiendo de nuestra reputación. Es por eso que será muy importante elegir bien a nuestros compañeros según su especialización, dependiendo de nuestras necesidades; cada uno tendrá un pasado y todas sus líneas de diálogo grabadas. En las tabernas por cierto encontraremos minijuegos, exclusivos para cada facción.
Pero no todo es combate. Bannerlord también nos permitirá explorar el mapa, mercadear, administrar recursos, llegar a acuerdos con potenciales aliados y sospechando ante traiciones urdidas por el enemigo. Entre las novedades de esta secuela está un sistema de economía realista, que funciona según la oferta y la demanda del mercado. El excedente de nuestras cosechas se puede vender a otros castillos. Tú decides cómo gestionar la región y el dinero, si entrenar a tus fuerzas, construir nuevos edificios de producción o una fortaleza. Incluso podrás llegar a acuerdos para intercambiar prisioneros y tierras.
TaleWorlds es consciente de los errores y aquellos aspectos susceptibles de mejora en Warband y promete un mundo más rico visualmente, más dinámico, adictivo, con una inteligencia artificial capaz de tomar buenas decisiones, tanto la amiga como la enemiga; si por ejemplo logras abrir una brecha, el comandante rival intentará frenar ese coladero concentrando ahí sus huestes, o buscará una retirada cuando empiece a ver su derrota. De las 150 unidades simultáneas del original –cifra que algunos mods ampliaron- ahora se han hecho demostraciones con 500 personajes en guerra, y el estudio confía en que el número ascenderá sin bajar rendimiento.
Todos estos aspectos –y el de las batallas, que ahora son más cruentas- se benefician de cambios que añaden profundidad. Ahora es posible que un herrero fabrique nuestras propias espadas y escoger su aspecto en cuatro partes de su cuerpo: la empuñadura, el pomo, el gavilán y la hoja.
Naturalmente las armas no se diferencian sólo en su aspecto físico, también disponen de parámetros que definen su velocidad, peso, daño y el punto de equilibrio. A priori parece un aspecto bastante cuidado que se suma a una mayor variedad de equipamiento personalizable, como las armaduras –compuestas también por piezas intercambiables-. No habrá accesorios muy por encima de la media en cuanto a calidad, todo estará equilibrado de una manera creíble al estilo de las versiones históricas en las que se basa los diseños.
¡A las armas!
No es que sea precisamente el juego que más revuelo esté armando desde su anuncio en 2012, pero Mount & Blade II: Bannerlord es una precuela que promete una mejora en todos los ámbitos que sin duda gustarán a los seguidores de pasadas entregas y atraerán a nuevos. Y eso que todavía queda mucho por conocer de sus novedades, las mejoras en el editor de personajes, el soporte de mods –muy integrado para que el mayor número de usuarios realice sus propios niveles y expansiones- y el multijugador.
Este año se espera un acceso anticipado en Steam con vistas a un lanzamiento en 2017. Hasta entonces, id preparando cuerpo y mente para el combate.
