Diablo es una de las sagas más queridas por los jugadores de PC y Blizzard ahora quiere devolverla a la actualidad con su tercera entrega. Sin embargo, junto a toda la expectación que está levantando, le acompaña también la polémica al haberse conocido que será obligatorio estar permanentemente conectado a internet para jugar y que se incluirá una subasta que hará uso de dinero real, algo que puede echar para atrás a más de uno.
Pero si hay algo en lo que es especialista esta compañía, es en mimar sus juegos y sagas más emblemáticas para ofrecer productos de una calidad sobresaliente, motivo por el cual una gran legión de fans de Diablo II esperan como agua de mayo esta tercera parte, que promete respetar el estilo de juego de rol y acción clásico de la serie aderezado con múltiples novedades.
En esta Gamescom hemos podido probarlo por primera vez alrededor de una hora, y aunque nos ha sabido a poco, ya que como sabrá cualquier fan en un título de esta magnitud ese tiempo no sirve ni para calentar, nos ha dejado un sabor de boca inmejorable, perdiendo la noción del tiempo totalmente junto al ratón y el teclado.
La historia nos sitúa 20 años después de los acontecimientos de la segunda entrega, tras la derrota de los tres señores infernales: Diablo y sus dos hermanos, Mefisto y Baal. En esta época de aparente paz, el sabio Deckard Caín (que ahora será sustituido por su sobrina Leah), uno de nuestros acompañantes y consejero de entregas anteriores, vuelve a la catedral de Tristán. En este lugar fue donde se desarrolló el primer capítulo de la saga y por donde Diablo accedió a Santuario, el mundo del juego. Mientras buscaba una forma de evitar un nuevo despertar del mal, aparece un heraldo del Apocalipsis que revive de nuevo a las fuerzas de los Infiernos Abrasadores. Para esta ocasión Blizzard ha querido dar un mayor peso a la historia y ahora encontraremos diversos archivos de sonido, que nos contarán aspectos del argumento y sobre el mundo de Santuario.
El desarrollo de la aventura volverá a dividirse en actos, correspondiéndose cada uno de ellos con una zona determinada de la geografía de Santuario y comprendiendo una parte concreta de la historia del título. Con esta premisa, tendremos que volver a seleccionar una de las cinco clases disponibles para hacer frente a esta nueva amenaza. A pesar de que la mayoría son nuevas, es justo decir que muchas son fruto de la unión de dos clases de entregas anteriores. Además, en esta ocasión se nos permitirá escoger el sexo de nuestro personaje, en vez de limitarnos al predeterminado como pasaba antes.
En un primer lugar tenemos al clásico bárbaro, la clase más demoledora en combate cuerpo a cuerpo. A pesar de no ser precisamente rápido, su fuerza, su defensa y su gran cantidad de vida lo compensa con creces. Para poder hacer sus habilidades tiene que recargar su furia, para lo cual necesita atacar o recibir daño. Algunas de sus técnicas mostradas han sido Rajar, un golpe que afecta a todo aquel que tenga por delante, Pisotón en el suelo, que tras golpear la tierra aturde a todos los enemigos dentro de su rango, Salto, mediante el cual el bárbaro se impulsa hacia sus rivales para caer duramente sobre ellos. También está el Embate sísmico, con la que golpea el suelo con el arma para crear un temblor que va en línea recta hacia delante y Torbellino, técnica con la que el personaje se pone a girar sobre sí mismo haciendo trizas a todo lo que toca.
En segundo lugar tenemos al médico brujo, la clase que sustituye en esta ocasión al nigromante, aunque tiene su estilo propio. Se trata de un mago experto en las artes del vudú. Puede tirar bombas de fuego, usar Horrorizar para que todos sus enemigos salgan corriendo despavoridos, invocar enjambres de langostas o plagas de ranas, confundir a sus rivales para que se maten entre ellos o absorber las almas de los desdichados que se enfrenten a él. Además, podrá invocar diversas criaturas para que le ayuden en el combate.
El mago es el sucesor espiritual de la hechicera y como es de suponer, haciendo uso de los poderes arcanos lanza devastadores hechizos de todo tipo. Desde desintegrar enemigos con un rayo, hasta electrocutarlos, teletransportarse, lanzar misiles mágicos o ralentizar el tiempo. Sus posibilidades son múltiples y muy dañinas, destacando en el combate a larga distancia.
El monje a diferencia del bárbaro, es un combatiente cuerpo a cuerpo muy rápido y ágil, experto en las artes marciales y en ciertas técnicas espirituales. Puede paralizar a sus enemigos con una onda paralizante, devolver proyectiles, crear explosiones con su puño, atacar a gran velocidad dando la impresión de que se teletransporta alrededor del enemigo o usar el Camino de los cien puños, un combo de puñetazos a alta velocidad que acaba con todo lo que tenga delante.
Por último, hemos dejado para el final al cazador de demonios, la última clase presentada y que pudimos probar en la Gamescom de Colonia. Con esta clase, armada con dos mini ballestas y especialista en el combate a distancia, nos adentramos en una mazmorra repleta de demonios y criaturas de ultratumba. El cazador de demonios tiene dos tipos de recursos para usar diferentes habilidades, divididas en las puramente ofensivas como el Abanico de cuchillos, mediante el cual el personaje lanza una gran cantidad de cuchillos en todas direcciones, y otras más tácticas como crear trampas o hacer movimientos evasivos. En términos generales nos ha parecido una clase muy completa y que se adapta perfectamente a cada tipo de situación con mucha soltura.
En esta mazmorra pudimos comprobar algunas de las novedades del juego, especialmente la interactividad con el entorno. Ahora los escenarios tendrán múltiples elementos destruibles e interactivos que podremos aprovechar para mejorar nuestra estrategia de combate. Por ejemplo, en uno de los pasillos había una trampa de fuego en el suelo que emitía llamaradas periódicamente. Haciendo uso de un gancho, abrasábamos a los enemigos tirando de ellos hacia la trampa justo cuando estaba activa. Otro ejemplo de esto serían las puertas, que ahora se pueden destruir, algo que nos resultó especialmente útil, ya que podíamos romperlas desde lejos para estar bien posicionados para hacer frente adecuadamente a los enemigos del otro lado.
También nos acompañó un seguidor, que ahora se dividirán en tres clases (el templario Kormac, la hechicera Eirena y el canalla Lyndon). Al igual que en Diablo II, podremos configurar su equipo y nos acompañarán para acabar con los seres que nos encontremos. Como novedad, en esta ocasión tendrán una historia propia para mejorar el componente narrativo del juego y además podremos escoger sus habilidades.
Otro asunto que pudimos ver es el nuevo sistema de inventario. Ahora los objetos solo tendrán dos tipos de tamaño y existirán dos de ellos que nos permitirán vender lo que consigamos en cualquier momento o transformarlos en materias primas, de forma que no tendremos que estar volviendo constantemente a los mercaderes o tirando objetos al suelo.
El número de enemigos en pantalla ahora es más alto que nunca y los monstruos vendrán a nuestro encuentro desde diferentes lugares y alturas, por lo que la acción frenética está asegurada. Aunque también deberemos planificar rápidamente nuestras estrategias para vencer a las hordas infernales que nos asediarán, ya que atacar a lo loco hará que casi con total seguridad acabemos mordiendo el polvo. Otras novedades anunciadas y que no tuvimos tiempo de probar son cosas como el sistema de artesanía, mediante el cual si llevamos diferentes materiales a unos artesanos podremos fabricarnos nuestro propio equipo.
Respecto al desarrollo de los personajes, podremos volver a repartir los puntos que ganemos al subir de nivel entre nuestras estadísticas, aunque el sistema de habilidades ha cambiado drásticamente. El árbol de habilidades ha desaparecido y los rangos de las mismas. Ahora las aprenderemos a medida que subimos de nivel. Hay 29 por clase y mediante el nuevo sistema de piedras rúnicas podremos modificarlas y mejorarlas para que hagan cosas completamente nuevas o solo obtengan efectos añadidos.
Por ejemplo, la Flecha de racimo del cazador de demonios, que lanza una potente bomba que explota al impactar con los enemigos y que a su vez suelta más bombas, se convertirá en un misil rastreador si le equipamos a esta habilidad una piedra índigo. En cambio, si le ponemos una piedra áurea invocaremos unas criaturas de las sombras para que nos ayuden y drenen vida a los enemigos para curarnos. En total estamos hablando de 145 modificaciones distintas de habilidades por personaje.
Una característica que se repite de anteriores entregas es la generación aleatoria de mazmorras, de forma que estas siempre cambien de una partida a otra. Aunque también habrá mejoras, como un sistema de eventos aleatorios, de forma que nos encontremos diversas situaciones de forma fortuita mientras recorremos el mundo, como encontrarnos a un duendecillo al que podremos patear para que suelte oro al más puro estilo Golden Axe.
En lo tocante a la vertiente jugador contra jugador del título, esta vez se basará en Arenas, terrenos variados con todo tipo de coberturas donde podremos enfrentarnos en duelos de uno contra uno o de tres contra tres. Blizzard ha dicho que este no será el mejor método para conseguir equipo. De momento no se han dado muchos más detalles sobre cómo funcionan y sobre si volverá el jugador contra jugador en campo abierto.
Una de las últimas novedades anunciadas es el nuevo nivel de dificultad Inferno, el cual promete ser todo un desafío. Mientras que el nivel máximo que podremos alcanzar es el 60, los monstruos de este modo superan ese número, convirtiéndose en una auténtica amenaza que tendremos que tener en cuenta. Pero este desafío también esconde las mejores recompensas y piezas de equipo que podremos encontrar y que además gozan de un diseño exclusivo.
Respecto a los gráficos, a pesar de que en las últimas semanas o meses se han podido ver numerosos vídeos o imágenes, una vez con el juego en movimiento frente a nosotros nos ha sorprendido gratamente. Los vídeos que se pueden ver por internet no le hacen justicia la verdad, en directo luce genial, con mucho detalle tanto en los escenarios y los enemigos, una notable iluminación y una perfecta atmósfera, cómo no gracias a su sobresaliente diseño artístico, algo que Blizzard siempre cuida muchísimo. Tiene detalles muy buenos, por ejemplo cómo se desmiembran muchos enemigos al ser vencidos, o los diversos elementos que podemos destruir de los escenarios. La música, aunque contábamos con cascos el bullicio de la feria era enorme, no pudimos apreciarla como hubiéramos deseado, pero los pocos momentos que pudimos escucharla nos pareció excelente, a la altura de semejante producción.
Más de diez año después Diablo vuelve, y la fórmula no parece haber envejecido nada, nuestro primer contacto nos ha puesto los dientes muy largos, dejándonos unas sensaciones inmejorables. Sobre su posible éxito no nos queda ninguna duda, varias horas esperaban los visitantes de la Gamescom para poder probarlo, ningún juego de la feria generaba tanta expectación, una tercera entrega que miles de jugadores de todo el mundo llevan años esperando, y todo indica que Blizzard va a volver a arrasar. Con el comienzo de la beta en septiembre, se esperaba que la versión final llegue antes de que acabe este 2011, con lo que seguro entraría en todas las quinielas a ser uno de los juegos del año.
