Ya sólo falta un mes para el lanzamiento de Animal Crossing New Leaf para Nintendo 3DS, uno de los juegos que se anunciaron con la presentación de la portátil en el E3 del 2010. Desde entonces, tan sólo pudimos disfrutar de las pocas imágenes que Nintendo iba soltando a cuentagotas, pero desde que tuvo lugar el lanzamiento japonés a finales del año pasado, muchas incógnitas se fueron despejando sobre todo gracias a la gran comunidad que hay a lo largo y ancho de internet, que dio una generosa cobertura mediática a este título tan esperado. Ahora, con la versión final de este título en nuestras manos, tenemos la oportunidad de valorarlo de primera mano y comprobar las novedades que se han introducido a nivel jugable, y os adelantamos que en su mayoría son pequeñas cosas, detalles que incluso pueden pasar inadvertidos, pero están en gran número y todas cuentan y suman en el resultado final.
De turista a alcalde en cero coma
Como es habitual en la saga, nuestro personaje se encuentra en el interior de un vehículo, un vagón de tren en este caso, camino hacia algún lugar. Tras las preguntas de rigor, esta vez con el gato Fran, para determinar quiénes somos y hacia donde nos dirigimos, el minino nos enseña cuatro posibles mapas con el nombre del pueblo que hemos proporcionado; se trata de una de las novedades que nos trae New Leaf: la posibilidad de elegir entre varias opciones la distribución que tendrá el pueblo en el que vamos a vivir, sin tener que recurrir a reiniciar partida porque hubiésemos preferido que la playa quedase a la derecha, que el río fuese más recto o que por ejemplo la tienda de reciclaje se situase al lado de la entrada de la zona comercial.
Y si aún así no nos convence lo que hay, siempre podemos salir del juego y volver a empezar para probar suerte, porque aún no se han guardado datos. Una vez nos hayamos decidido, llegaremos a la estación donde un comité de bienvenida espera al nuevo alcalde: nosotros.
Llegados a este punto, el único requisito que debemos realizar es acompañar a nuestra secretaria hasta el ayuntamiento, donde tras una breve charla y una pequeña petición que deberemos cumplir, nos dará libertad para movernos y dar nuestros primeros paseos, sin los agobios a los que nos tenía acostumbrados Tom Nook obligándonos a realizar recados, plantar árboles o escribir en el tablón de anuncios. New Leaf es menos exigente con el inicio y se agradece; ya más tarde el juego se encargará de hablarnos sobre las distintas acciones que se pueden realizar. Otro punto a favor del juego afecta a algo tan personal para un jugador como es la elección del lugar donde queremos que esté ubicada nuestra vivienda. Las limitaciones en este sentido son mínimas y de sentido común, aunque puede darse el caso de que el lugar que queremos esté ocupado por la vivienda de otro vecino, por lo que aún queda margen de mejora en este sentido para futuras versiones.
Como muchos sabréis, la zona de juego está dividida en tres zonas. En la inferior se encuentra nuestra aldea, atravesada por un río y un único puente. Existe una playa que tiene una extensión considerable, ocupando toda la parte inferior y uno de los laterales, y además el nivel del suelo de la arena está más bajo que el del pueblo en sí, por lo que para acceder a ella podremos utilizar una o dos rampas dependiendo de cómo esté dividida la costa por la desembocadura del río. Existe un pequeño muelle que da acceso a la isla tropical, a la que podremos acceder con un entretenido viaje en barco más adelante, solos o acompañados; en nuestra partida aún no tuvimos la oportunidad de realizar ese viaje, así que suponemos que se activará mediante algún tipo de evento o tras haber realizado determinadas acciones como alcalde. El pueblo se nos antoja de un tamaño más o menos similar a lo visto en versiones anteriores, y el suelo no presenta más altibajos que el mencionado acceso a la playa. Al norte nos encontramos las vías del tren, haciendo las veces de límite, aunque hay un pequeño paso que podemos cruzar para dirigirnos a la siguiente área: la zona comercial.
Al inicio tenemos una única clase de árbol frutal, y uno de ellos presentaba la versión "deliciosa" de la fruta, que se vende a un precio muy superior a la normal. También deberemos plantar un árbol especial que se desarrollará en función de nuestros progresos. En New Leaf tenemos en el pueblo una tienda a nuestra disposición donde conseguir o gastar bayas, aunque en esta ocasión no está regentada por Tom Nook o sus sobrinos, sino por Al y Paca, y su negocio es bastante más particular, ya que se trata de un centro de reciclaje donde nosotros o nuestros vecinos podemos poner a la venta aquellos muebles u objetos que no necesitemos y al precio que creamos más conveniente, e incluso también tenemos la posibilidad de darles un cambio de color para que luzcan un aspecto diferente al original. También funciona como punto de recogida de basura, sólo que en esta ocasión no nos saldrá gratis deshacernos de la chatarra que nos encontremos. En cuanto a las conversaciones de los vecinos, no hemos notado un cambio significativo a lo visto en Let’s go to the city o Wild World, en lo poco que hemos visto se limitaban a darnos pistas sobre qué hacer, peticiones para entregar regalos, u otras conversaciones con su humor típico.
En la zona comercial están ubicadas las distintas tiendas características del juego, aunque debido al poco tiempo que hemos dedicado a New Leaf, todavía no hemos podido desarrollar al completo este lugar. Empezamos con lo más básico: el museo, la sastrería de las Hermanas Manitas, la tienda de Tendo y Nendo, la inmobiliaria de Tom Nook y una cabina de fotos; todo lo demás (Club Jajá, Casa de los Sueños, etc.) irá apareciendo a medida que progresemos en el juego. Una de las novedades interesantes que nos encontramos radica en el museo: ahora Sócrates puede recoger más de una donación al mismo tiempo, por ejemplo, podemos entregarle 15 peces al mismo tiempo, y para facilitarnos dicha tarea, aquellos que todavía no estén expuestos en el museo aparecerán resaltados entre los demás objetos de nuestra mochila. Además, existen una serie de placas en las exposiciones que nos dirán curiosidades sobre ellas, pudiendo consultarlas siempre y cuando queramos. La tercera zona está reservada para mostrarnos las casas de otros jugadores con los que nos hemos cruzado vía streetpass, y para la versión occidental del juego, Nintendo ha introducido también algunas a modo de ejemplo.
Otros detalles que nos han gustado ha sido la cantidad de objetos que podemos guardar en los muebles de casa, hasta un total de 90. Otras tareas típicas para modificar cosas del pueblo como la melodía o la bandera han sido traspasadas al ayuntamiento, liberando de pluriempleo y responsabilidades a otros personajes que llevaban esa carga anteriormente. En este sentido podemos decir que todos los personajes principales tienen una tarea más clara y definida, aunque algunos de ellos han cambiado de profesión. Comentar que también se ha mantenido las posibilidad de sacar fotos de nuestra actividad en cualquier momento, aunque el tener que sacar la tarjeta SD de la consola para pasarlas al ordenador nos parece un sistema un tanto arcaico, pero es un detalle que sin duda ayudará a promocionar el juego a lo largo y ancho de internet.
Gráficamente el juego luce espectacular. Los colores del ambiente van cambiando a lo largo del día en función de la hora, e incluso en el interior de las viviendas y construcciones se nota un trabajo muy elaborado en cuanto a la iluminación. La paleta de colores empleada es extensa, y a pesar de la resolución de la pantalla, se puede apreciar con buen detalle hasta os objetos más pequeños. Nuestro personaje se mueve por el escenario sin que el motor gráfico se resienta lo más mínimo, (habrá que probar qué sucede online y con cuatro jugadores al mismo tiempo) y absolutamente todos los elementos muestran una gran solidez. En cuanto al apartado sonoro, sigue manteniendo el espíritu Animal Crossing, con melodías más o menos animadas según la hora en la que estemos jugando. Los efectos sonoros también están a la altura de todo el conjunto.
Sólo resta decir que Animal Crossing New Leaf ha dado un gran salto de calidad y cantidad hacia delante, eso sí, respetando el mismo espíritu que le ha caracterizado a lo largo de estos años en anteriores entregas. Desde los primeros minutos de juego se nota que han hecho un gran trabajo y que todo este tiempo de espera ha merecido la pena. En unos días os traeremos un nuevo artículo donde hablaremos sobre nuestras impresiones en modo de juego online.