Análisis de Martha is dead: Terror subido de tono (Xbox Series X/S, PC, PS5, PS4, Xbox One)
Los productos de terror, sean películas, series o videojuegos (e incluso elementos reales como vendrían a ser las atracciones o túneles estilo tren de la bruja) se tornan adictivos. La adrenalina que se desprende al estar en una situación de peligro, por miedo a lo desconocido o porque estamos expuestos y puede pasarnos cualquier cosa, hace que nuestro cuerpo saque sus instintos más primitivos y empecemos a realizar acciones que carecen de sentido. Dejamos de pensar, ya no razonamos como lo haríamos en una situación tranquila y sin ningún tipo de presión. No serán pocas las veces que, viendo la clásica película de terror de turno, habréis señalado que lo que hacen los personajes es absurdo (que sí, en ocasiones lo es, pero no siempre). "¡No vayas por allí!". "¡No abras esa puerta". "¿Pero no ve que se lo van a cargar?". Desde la placida plaza de nuestra butaca de cine, o sofá, es muy cómodo indicar qué debe hacer cada cual con perspectiva y con la posibilidad de analizar lo que hay alrededor, porque nuestra mente no está chorreando adrenalina y nuestro instinto de supervivencia está más dormido que Morfeo.
Un miedo que te deja helado
Martha is Dead, es de los pocos juegos de terror recientes (que no clásicos) que ha conseguido transmitirnos esa sensación de agobio y adrenalina constantes que culmina en una presión en el pecho por no saber qué diablos va a ocurrir cuando crucemos una puerta, una esquina o cuando nos adentremos en el bosque en plena noche porque, claro, así lo demandan la mayoría de obras del género para justificar la aparición de fantasmas, espectros o entes (no toméis esto como un spoiler porque esto sucede desde la misma construcción del terror audiovisual). El videojuego de LKA y Wired Productions, eso sí, no es uno de los más terroríficos que hemos jugado en nuestra vida, ya os lo adelantamos. Posee unas características, que comentaremos a continuación, que sí hacen que estemos frente a una historia enfermiza y que se tiene que tratar con cuidado, pero desde luego no es un juego que busque recoger el testigo de otros como Layers of Fear, Blair Witch, Outlast u otros del mismo género que prefieren tirar por la herencia del horror contemporáneo instaurada por personalidades como James Wan en el celuloide, con sus famosos golpes de sonido e imágenes de terror sorprendentes que aparecen de repente en pantalla. Sí, hablamos de los famosos jumpscares.
LKA deja esas imágenes "sorprendentes" para pasar a lo crudo, con los horrores de la Segunda Guerra Mundial sirviendo como telón de fondo para narrar en primer plano la descomposición de una familia en Italia a partir de la muerte de uno de sus miembros. Martha is Dead no opta por el camino fácil para que los jugadores más experimentados, grosso modo, puedan olerse por dónde vendrán los sustos y cuándo aparecerán esos momentos de terror que terminan generando adicción, por esa emanación de adrenalina que os hemos comentado que se hace de forma involuntaria con este tipo de obras si es que somos de los que nos metemos en la historia y nos gusta pasar miedo. Aquí se busca despistar a los jugadores para que estos, sin esperarlo, se topen con imágenes realmente duras que hasta les haga plantearse si continuar jugando o no. No esperéis dar saltos en la silla mientras jugáis, no esperéis tener que bajar el volumen de los cascos, ni tampoco necesitar jugar con la luz encendida por si acaso. Cuando Martha is Dead muestra su terror y su verdadero código de género es cuando, sin avisar, el jugador debe tomar partido de desmembramientos o convertirse en el mismo Leatherface de La matanza de Texas (que, por cierto, acaba de estrenar una nueva película en Netflix) y es él mismo quien está siendo protagonista de esas macabrerías que acostumbramos a ver en manos de asesinos en serie en slashers o thrillers un tanto subidos de tono.
Escenarios y mecánicas más bien justos
En Martha is Dead deambularemos la mayor parte del tiempo por una habitual e idílica casa en la campiña italiana y los bosques que hay a su alrededor. En ese sentido, por parte de LKA, se ha innovado poco o, si lo queréis ver de otro modo, se ha tirado por el camino sencillo para que los jugadores tengan elementos sencillos de reconocer para engancharse más.
En este apartado, a decir verdad, esperábamos una mayor variedad, porque termina haciéndose un poco repetitivo tener que pasar una y otra vez por los mismos escenarios para poder avanzar en la historia. Si el escenario cambiase o evolucionase, por lo menos, se haría un poco más ameno. Pero por desgracia no es el caso y lo que respecta a terror, es un ámbito que nos ha dejado un poco fríos.
En lo que atañe a mecánicas, estamos frente a un videojuego de terror al uso en el que no podremos usar armas para defendernos y el sistema de combate es inexistente. En Martha is Dead podremos coger objetos, reunir pistas de diversos objetivos en nuestro inventario y toquetear e interactuar con un montón de elementos que estarán sueltos por los diversos escenarios, pero desde luego no podremos pasar de ahí. Solo podemos coger lo que se nos permite, observar de cerca lo que interesa y usar los objetos cuando sea menester. En ese sentido, LKA limita bastante las acciones que podemos ejecutar en nuestra partida, siendo casi un videojuego guiado a pesar de que tenemos cierta libertad de exploración, siempre que no rompamos los límites de las zonas en las que debemos cumplir nuestras tareas. Y eso a veces termina siendo un problema.
Por norma general, cuando tenemos que resolver misterios o puzles en los videojuegos de terror, se nos suelen dar las pistas justas y necesarias para que seamos nosotros, como jugadores, quienes tengamos que resolver los acertijos para así continuar avanzando en la historia y desbloquear nuevos niveles. Sin embargo, en Martha is Dead es casi imposible perderse porque viene todo muy mascado. Hasta se nos llega a señalar en nuestro mapa dónde debemos buscar pistas o dónde está nuestro siguiente punto de interés. No hay espacio para pensar apenas y la sensación de estar constantemente guiado en un escape room de terror termina lastrando un poco la experiencia, porque no hay manera de perderse en un área oscura o tenebrosa en busca de ítems necesarios para la resolución de la historia. Su atmósfera de terror, como decíamos, no se construye a partir de estos momentos, que son los estándar, sino en la participación del usuario en los actos más atroces de la obra. Por decirlo de un modo más generalista, Martha is Dead sería uno de esos proyectos del Festival de Sundance en el que se diría que los críticos se han desmayado o han vomitado, sirviendo eso como herramienta de marketing para vender más.
Visualmente acertado en lo que importa
Así pues, las mecánicas de Martha is Dead serán conocidas por el grueso de los jugadores que estén habituados a este género. Lo mejor, eso sí, es el uso que le damos a nuestra cámara de fotos. LKA ha representado de forma muy real, acortando algunos procesos para hacerlo más sencillo, cómo era por aquel entonces realizar fotografías (cómo se encuadraba, enfocaba, se ponían filtros, se cambiaban carretes, etc) y se revelaban en salas específicas con equipos especiales. Es un gustazo realmente hacer aquí de paparazzi e ir capturando imágenes chocantes que luego deben ser expuestas para ir descubriendo la verdad sobre la muerte de Martha poco a poco. No hemos entrado demasiado en la historia porque en este tipo de videojuegos es el motor que lo mueve todo, y cualquier pista, detalle o información que se dé de antemano ya puede servir al jugador para hacerse una idea de por dónde van los tiros, y eso es contraproducente en obras de este estilo, que lo que buscan precisamente es explicar lo mínimo para que no se puedan atar cabos antes de tiempo.
En lo que hace referencia al apartado gráfico, no esperéis tampoco ninguna revolución ni nada por el estilo. Venimos de tener juegos como Horizon Forbidden West, Elden Ring o Dying Light 2 que hacen gala de una puesta en escena y un conjunto gráfico despampanante. Pero aquí hablamos más bien de un estudio más modesto que usa sus recursos para que hasta las zonas soleadas puedan generar cierto malestar en el jugador, al estilo de Midsommar de Ari Aster. En líneas generales, no obstante, Martha is Dead cumple bien con sus propósitos visuales y se centra en representar de forma excelente lo que acaece en primer plano y dar sumo detalle al gore, siendo quizás lo más generalista, como los árboles, ramas o elementos de la naturaleza los que están peor dibujados en lo gráfico, pero tampoco es algo que chirríe en demasía. Aunque, eso sí, hay algún que otro bug que puede frustrar la experiencia de juego (caídas por debajo del mapa o la necesidad de tener que reiniciar a un punto de control específico por bloqueo del personaje). Son errores puntuales todo sea dicho, pero es mejor remarcarlo para que no haya sorpresas.
¿Qué ocurre con la censura?
Los jugadores y espectadores contemporáneos están más que acostumbrados a ver imágenes impactantes. Quien más quien menos ha visto un largometraje de Rob Zombie, alguna secuela de la ya mencionada La matanza de Texas o Viernes 13 o incluso se ha hinchado a jugar a shooters, donde masacramos sin parar a enemigos bañándolos en plomo. La violencia es algo que va adherida a este tipo de obras y en parte es necesaria para comprender el dolor (físico o psicológico) o miedo por el que están atravesando los personajes. Ahora bien, Martha is Dead posee unos pocos momentos (tampoco son muchos) en los que el jugador debe ser partícipe de esas carnicerías que se muestran en pantalla, y ahí reside el motivo por el que se ha sacado la tijera a paseo y se ha realizado la censura, por lo menos desde el punto de vista de este humilde redactor. Es decir, que una cosa es ver cómo se le corta un miembro a un personaje (por poner un ejemplo) y la otra es hacerlo nosotros mismos centrados en esa acción en particular. En Resident Evil 2 Remake, por poner un ejemplo, se ve hasta cómo parten a un hombre por la mitad, cómo le comen el cuello a otro y hasta cómo una mandíbula se despega de la cara, y ahí no hay ningún tijerazo, porque no somos responsables de ello.
En Martha is Dead, lo que vemos no se ha desmembrado por un impacto o una explosión generada por algún tipo de artefacto o superpoder. Se ha hecho con nuestras propias manos y en primer plano. Además, los temas que van en relación a esos actos tan descomunales van ligados a conceptos un tanto delicados, por lo que la censura no está injustificada. Ahora bien, los jugadores que se acercan a este tipo de productos ya saben a lo que vienen, por lo que en parte negar a los usuarios poder experimentar todo el proceso o ver la obra tal y como fue concebida, no es para nada positivo, porque le resta valor a la misma.
Ahora bien, tenéis que saber que tanto en la versión de PS4 y PS5 se puede elegir qué modalidad queremos jugar, si la censurada o la no censurada. Se nos pregunta además en todas las plataformas si queremos asistir a determinadas escenas que podrían herir sensibilidades. En la censurada para las consolas de PlayStation, se saltarán determinadas secuencias subidas de tono que pueden generar cierto malestar entre los jugadores. Ahora bien, si elegimos la no censurada también tendremos parte de censura, porque podremos ver esas escenas gore en primer plano pero no tomaremos partido en ellas. Los elementos interactivos se eliminan y solamente somos espectadores, no tomamos cartas en el asunto, mientras que en Xbox y PC sí que tenemos que pasar por unas serie de interacciones para poder hacer avanzar la trama.
Conclusiones
Martha is Dead nos ha dejado con un buen sabor de boca a pesar de que podría haber ofrecido mucho más. Tomad esta aventura más como un thriller psicológico que como una de terror al uso. Sus mecánicas son un tanto clásicas y no aporta gran cosa en ese sentido, pero la forma en la que mete al jugador en los instantes más espeluznantes son de verdadero horror.
Hemos realizado este análisis en Xbox Series X con un código que nos ha proporcionado PressEngine.