Análisis Hi-Fi Rush, una divertidísima oda a la música y a los videojuegos (Xbox Series X/S, PC)
Que un videojuego de un estudio como Tango Gameworks aparezca de la nada y se lance el mismo día de su anuncio es algo que, como mínimo, resulta sorprendente, especialmente si tenemos en cuenta lo habituados que nos tienen las compañías a extenuantes campañas de marketing que se alargan durante años para promocionar sus producciones antes de que lleguen a las tiendas. Pero si encima ese juego es tan divertido, original y fresco como Hi-Fi Rush, la sorpresa inicial pasa a convertirse en una de las mayores alegrías que nos hemos llevado como jugadores en muchísimo tiempo. Y todo ello por no hablar de que su estreno directo en Xbox Game Pass ha facilitado que millones de jugadores hayan podido disfrutarlo desde un primer momento sin costes adicionales. ¿El resultado? Uno de los primeros bombazos de 2023 y toda una oda a la música y los videojuegos que derrocha calidad y personalidad por los cuatro costados.
Estilazo y mucho humor
La historia de esta nueva aventura de acción y plataformas nos pone en la piel de Chai, un alocado joven que sueña con ser algún día una estrella del rock. Sin embargo, tras un extraño accidente, su corazón acaba siendo sustituido por un reproductor de música que le da poderes a su brazo robótico cuando se mueve al ritmo de los temas que suenan en su lista de reproducción.
Por desgracia para él, esto provoca que sea considerado como un producto defectuoso del que una gran corporación se quiere deshacer, lo que da pie a una frenética odisea en la que tendremos que enfrentarnos a multitud de robots y peligros para sobrevivir.
Como podréis suponer por esta sinopsis, el guion no se toma en serio a sí mismo ni un solo instante y se limita a ser una simple excusa para justificar nuestras idas y venidas mientras nos deleita con todo un recital de bromas y situaciones disparatadas. Es precisamente aquí donde encontramos uno de sus grandes puntos fuertes, ya que el sentido del humor del que hace gala toda la aventura es fantástico y no deja títere con cabeza. No solo podéis esperar infinidad de parodias a juegos, películas, series y memes, sino también mucha crítica social y un elenco de protagonistas brillante y con un carisma arrollador que no deja de romper la cuarta pared de formas muy ingeniosas e inesperadas.
Sumadle unas secuencias de vídeo divertidísimas, dirigidas con muchísimo estilo y con una factura técnica impecable que nada tiene que envidiar a lo que esperaríamos ver en una película de animación, y entenderéis que nos hayamos pasado las 10 horas que dura la trama principal con una sonrisa de oreja a oreja en la cara disfrutando de todas sus locuras.
Golpes a todo ritmo
En lo puramente jugable nos encontramos ante una aventura de acción muy clásica y con un delicioso aroma que nos ha recordado muchísimo y en el buen sentido al tipo de juegos que se popularizaron durante la generación de los 128 bits. Su propuesta es muy sencilla: avanzar por una serie de niveles lineales mientras se van intercalando combates en arenas cerradas con secciones de plataformas tanto en 3D como en 2D. Por el camino también nos esperan montones de coleccionables e ítems de mejora ocultos, algunas secuencias QTE e ingentes cantidades de piezas que podemos intercambiar en la tienda por nuevos movimientos, técnicas especiales, objetos y chips que nos otorgan ventajas pasivas.
Ahora bien, hay un factor clave que hace que Hi-Fi Rush destaque y resulte en una obra muy especial: el ritmo. Absolutamente todo en este juego se mueve al ritmo de la música, lo que incluye las animaciones de Chai y los enemigos, la forma en la que se comportan las plataformas y hasta los mismísimos escenarios. Esto crea un contagioso ambiente festivo que, más allá del buen rollo que transmite, nos acaba metiendo el ritmo en el cuerpo, ayudándonos de manera muy visual a seguir el compás y a medir los tiempos.
Si bien el plataformeo es entretenido y el diseño de niveles se esfuerza por ser variado, es en las batallas cuando más brilla. En ellas dispondremos de un sistema de control muy sencillo que nos permite ejecutar una buena variedad de combos combinando golpes débiles y fuertes. Los primeros se ejecutan en tan solo un tiempo, mientras que los segundos necesitan de dos para realizar la animación completa, algo que tenemos que tener muy en cuenta si queremos sincronizar nuestras acciones con la música.
Aquí conviene destacar que, independientemente de lo bien o mal que llevemos el ritmo, nuestro héroe siempre se va a mover al compás, aunque si somos capaces de pulsar los botones al son de las canciones aumentaremos nuestro daño y nuestra puntuación final, por lo que aporrear el mando a lo loco resulta contraproducente.
Más allá de los combos, también contaremos con la posibilidad de esquivar, realizar paradas e invocar aliados para que nos ayuden a romper las defensas de los rivales y aturdirlos. Además, al final de cada secuencia de golpes, podemos poner en práctica un espectacular remate, algo a lo que hay que sumarle una buena variedad de técnicas especiales que solo pueden usarse cuando rellenamos su correspondiente medidor.
Con todos estos ingredientes se ha creado un sistema de combate divertidísimo, adictivo y con mucha más miga de la que podría parecer en principio. Sí, la lista de combinaciones de ataques no es demasiado extensa, no hay diferentes tipos de armas y todas las acciones se realizan con extrema sencillez, pero es en los patrones de los enemigos y en la necesidad de llevar el ritmo cuando tiene lugar la magia. A efectos prácticos, batallar en Hi-Fi Rush está más cerca de ser un baile que cualquier otra cosa, ya que deberemos mantener nuestra ofensiva presionando botones de manera secuencial al ritmo de la música mientras bloqueamos y esquivamos los envites rivales sin perder el compás y prestando atención a sus sonidos y animaciones para saber cuándo bloquear y cuándo esquivar.
En los primeros niveles es posible que os dé la sensación de que le falta "algo", una falsa impresión que desaparece por completo a medida que el título va sumando nuevas mecánicas e introduciendo nuevos tipos de enemigos con los que vernos las caras, algo que sucede hasta la mismísima batalla final y lo convierte en un producto altamente rejugable que nos invita a repetir fases con tal de pulir nuestras habilidades y sacarle todo el partido a su sistema de combate mientras intentamos mejorar nuestras puntuaciones.
La guinda del pastel la ponen unos jefes fantásticos que son un auténtico espectáculo a todos los niveles: largos, variadísimos, desafiantes y con multitud fases y ataques distintos que nos pondrán a prueba y nos obligarán a hacer uso de todas nuestras herramientas para sobrevivir. De hecho, son tan buenos que nos hemos quedado con las ganas de haber podido disfrutar de un mayor número de ellos.
Este dechado de virtudes no quiere decir que sea un juego perfecto, ya que podríamos argumentar que el plataformeo, aunque entretenido, no es especialmente brillante y está un par de peldaños por debajo de los combates, que el diseño de algunos niveles tiende a repetir ciertos patrones y dinámicas que les resta algo de frescura o que muchos QTE aportan entre poco y nada, interrumpiendo el flujo de la acción, pero son detallitos muy menores en comparación a todo lo demás que nos aporta la obra como conjunto.
Además, llega repleto de contenidos, por lo que podéis esperar dificultades desbloqueables, logros y retos opcionales, una torre de desafíos en la que debemos superar una batalla tras otra, secretos que permanecen bloqueados hasta la segunda partida y que hacen que merezca la pena darle una segunda vuelta como mínimo e infinidad de coleccionables que nos llevarán a explorar con sumo cuidado cada palmo del escenario.
Es un título completísimo que tiene algo que ofrecer para cada tipo de jugador. Si solo os interesa superar la historia sin mayores complicaciones, pasaréis 10 horas geniales plataformeando y combatiendo al son de auténticos temazos, mientras que si vuestro objetivo es explotarlo al máximo, encontraréis un producto en el que invertir decenas de horas poniendo vuestras habilidades a prueba.
Una dirección de arte fantástica y una banda sonora de ensueño
En lo que respecta a su apartado gráfico, comentar que se apuesta por un estilo cel shading muy resultón que consigue que todo parezca un cómic en movimiento, algo que destaca y brilla especialmente en sus secuencias de vídeo, cuya factura es intachable. Si bien los escenarios son en ocasiones un tanto simples, al igual que ciertos elementos que nos encontramos en ellos, sabe compensarlo con una dirección de arte fabulosa que derrocha estilo y personalidad por los cuatro costados, algo que queda claro con tan solo echarle un vistazo a su diseño de personajes. Y todo ello a 60 fps, por supuesto.
Evidentemente, en una obra donde el ritmo y la música son tan importantes, la banda sonora no se ha descuidado lo más mínimo, presentándonos una interesante combinación de nuevas melodías creadas en exclusiva para la ocasión con auténticos temazos licenciados de grupos como The Prodigy, Nine Inch Nails o The Black Keys, los cuales protagonizan los que son, sin duda, los mejores momentos del juego. Por supuesto, los efectos tampoco se quedan atrás y nos ayudan muchísimo a seguir el ritmo, mientras que el doblaje nos llega completamente en español con una selección de voces y unas interpretaciones que nos han parecido de lo mejor que hemos escuchado nunca en videojuego alguno, dotando a los personajes de una personalidad formidable y consiguiendo que los chistes resulten especialmente graciosos.
Conclusiones
Hi-Fi Rush es un recordatorio de qué fue lo que nos enamoró a muchos de este hobby. Una aventura con mucho estilo que va al grano para ofrecernos diversión pura y dura sin complicaciones de ningún tipo. Un título que, al final, solo necesita que cojamos el mando para hacérnoslo pasar en grande sin que ningún elemento externo o las modas del momento se interpongan en su objetivo principal: divertirnos. Puro videojuego.
Lo mejor de todo es que la ejecución es perfecta, deleitándonos con una propuesta muy fresca, única y original que funciona de maravilla, un estilo visual impecable y con personalidad, unos personajes que desbordan carisma, unos combates sobresalientes, una banda sonora de 10 y un desarrollo que no conoce la palabra aburrimiento. Sin duda, un juego muy necesario en una industria donde las nuevas ideas escasean cada vez más y donde la diversión no siempre resulta fácil de encontrar. No lo dudéis y dadle una oportunidad, os aseguramos que nos os arrepentiréis de dejaros seducir por su pegadizo ritmo.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para Steam que nos ha facilitado Bethesda. También lo hemos jugado en Xbox Series X descargándolo desde Xbox Game Pass. Todas las imágenes y vídeos que acompañan este artículo han sido capturados en Xbox Series X.