Análisis de Jade Empire (Xbox)
La consola de Microsoft se encontró en sus inicios con algunos escollos a la hora de nutrirse de juegos de ciertos géneros, y uno de ellos eran los juegos de rol "estilo consola" que las compañías japonesas habían decidido hacer únicamente para PlayStation 2 con ciertas excepciones en GameCube. Conociendo el éxito de Final Fantasy en la generación anterior, Microsoft se apresuró a intentar llenar el hueco con sus propios recursos, y hasta el más acérrimo fan de Square Enix reconocerá que la jugada le ha salido bien. Aunque no en gran cantidad, Xbox ha contado con grandes juegos de rol, quizás los más innovadores de consola alguna, y al trío formado con las dos entregas de Caballeros de la Antigua República y Fable se une ahora este Jade Empire del afamado grupo Bioware, creadores de Baldur’s Gate y del propio Star Wars: Caballeros.
Jade Empire no es un juego de rol clásico, sino que es más preciso definirlo como un juego de acción y rol en la línea de Zelda o el propio Fable, aunque con un combate no tan fluido como estos últimos y con unas reglas más delimitadas por características como la velocidad del personaje y del ataque en cuestión. Al contrario de la costumbre de Bioware, no sigue las reglas del universo de Dragones y Mazmorras, sino que empieza desde cero para ofrecernos una aventura inusual, ambientada en un mundo de fantasía medieval: El Imperio de Jade, que viene ser algo así como un antiguo Imperio Chino con peculiaridades como la existencia de máquinas voladoras y demonios sobrenaturales.
Como casi parece que es ya costumbre en los juegos de Bioware, al comienzo del juego no sabremos quiénes somos, o al menos quiénes somos realmente. El misterio no durará mucho, pues a la media hora nuestro maestro, que recogió a nuestro personaje cuando era un bebé y lo ha entrenado en las artes marciales, nos revela que somos el último superviviente de un pueblo que tenía el cometido de asegurar el paso de las almas de los fallecidos al mundo de los espíritus. Desde que ese pueblo no existe, las almas vagan por la tierra lamentándose y ocasionando problemas frecuentemente.
La historia irá conociéndose a medida que avanzamos por el juego, y de hecho está narrada a base de secuencias cinemáticas (algunas CG de gran calidad, otras son vídeos del motor gráfico del juego, estas últimas un tanto extrañas) como es costumbre en los juegos de rol, y estructurada en capítulos, al principio de los cuales se nos hará un breve resumen como si de un cuento se tratase, al estilo de "Donde tal personaje descubre la verdad sobre tal cosa". La forma de contar la historia es bastante diferente a la de otros juegos de Bioware como el ya mencionado SW: Kotor, pues no solo tiene más secuencias cinemáticas sino que con frecuencia aparecen personajes que no sabemos quiénes son, pero de quienes se insinúa que tendrán importancia en la historia, un estilo visual parecido a las clásicas películas orientales.
Las referencias orientales no solo se notan en estos anecdóticos detalles de la narración de la historia sino que están por todas partes. Los personajes, en primer lugar, tienen todos aspecto oriental, al igual que todos los escenarios, objetos, etc... incluso en algunas ocasiones el doblaje dejará de ser en inglés y será en una lengua específicamente creada para el juego (llamada Tho Fan), aunque siempre subtitulado correctamente en castellano. Pero sin duda lo que hace al juego más oriental es la forma de combatir: las artes marciales, tanto con armas como con puño y pierna, y con movimientos que recuerdan a los de películas como Tigre y Dragón.
En efecto, el combate en Jade Empire, junto con el desarrollo del personaje, es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en los juegos de rol de Bioware. Tres atributos son los principales (cuerpo, mente y espíritu) y otros tres serán directamente proporcionales a esas características: vitalidad (la vida), concentración y chi. Estas dos últimas barras de energía serán tan importantes como la de vitalidad, porque con el chi podremos recuperar vida o infligir golpes más poderosos, y la concentración es esencial para manejar armas blancas o bien para entrar en el modo especial concentración, donde la pantalla se volverá grisácea y la acción a cámara lenta, es decir, un tiempo bala.
Como decíamos, en Jade Empire los combates son en tiempo real y aparte son masivos, al estilo de un juego "yo contra el barrio". Nuestro personaje tendrá una serie de estilos de lucha, estando los habituales asignados a la cruceta de Xbox, y en cualquier momento del combate podremos cambiar a uno u otro estilo; de hecho el juego potencia eso ya que de ese modo lograremos hacer combos armónicos. Dentro de cada estilo, tendremos un ataque estándar que podremos enlazar en un sencillo combo (pulsar más veces el botón), y de un ataque fuerte que usaremos para romper guardias. La guardia es esencial en el juego, dado que con ella puedes parar todos los ataques estándar, salvo los ataques fuertes, los cuales son precedido de un tiempo de concentración por parte del otro personaje en el que podremos aprovechar o bien para huir o bien para atizarle un golpe normal y así impedir que nos ataque. También es muy importante el combate esquivar, pudiendo hacerlo si pulsamos el botón de guardia y una dirección del mando, hasta poder incluso saltar sobre los enemigos y sorprenderles desde atrás.
Los estilos juegan un papel muy importante en el juego, ya que la sabia concentración de ellos nos permitirá ganar los combates con facilidad. Aparte, todos ellos son mejorables, ya que al subir de nivel nos serán otorgados unos puntos de habilidad que podremos usar para mejorar a nuestro personaje en cada uno de los estilos de combate, siguiendo la tradición de Bioware en otros juegos como KOTOR. Hay cinco clases de estilos, siendo los principales los de artes marciales, que no tienen mayor complicación ni uso que golpear a los enemigos sin consumir ninguna de nuestras barras de energía. Los de apoyo, en principio, no sirven para hacer daño a los enemigos pero sí para causarles estados especiales, como el de ralentización, aunque si entramos en el modo golpe de chi (que, efectivamente, gasta chi) podremos dañar a los enemigos además de causarles ese estado.
Los de arma, como su propio nombre indica, se usan con los diferentes tipos de armas que encontraremos en el juego, y consumen Concentración, aunque hacen mucho daño a los enemigos. Los de magia consumen Chi, pero tienen la ventaja de ser ataques desde lejos, por lo que podremos usarlos para abatir a nuestros enemigos a base de bolas de fuego. Finalmente, los más curiosos: los de transformación. Estos nos permitirán convertirnos en una de las bestias del juego pudiendo usar sus poderes mágicos. El contra es su gasto de chi.
Aunque el sistema de lucha es prometedor en un primer momento, desde el principio notaremos que, pese a las buenas intenciones, le falta "algo" que posiblemente sea una mezcla entre variedad y ritmo. La inexperiencia de Bioware en los juegos de acción se nota, y el combate de Jade Empire más que parecerse al de un yo contra el barrio parece una sucesión de estrategias, estilo ver si el enemigo se cubre y si te da tiempo a hacer un golpe fuerte, evitar el golpe fuerte del enemigo a tiempo para luego pegarle tú cuando lo termine de hacer, etc.
No hay una fluidez a la hora de acercarse a un enemigo y golpearle, sino que el personaje irá muy lentamente en muchas ocasiones, por lo que se pierde el factor sorpresa y es imposible que el juego tenga el ritmo de un arcade. El uso de varios estilos y el poder realizar combos armónicos combinándolos es interesante y le da cierta profundidad al sistema de combate, pero en esencia es uno de los puntos débiles del juego –cosa que no quiere decir que sea injugable-, con la ya comentada falta de ritmo, la poca variedad de golpes por estilo, lo caótico del sistema de "lock-on" y algunos problemas de cámara que ocurren de vez en cuando.
Pero no siempre estaremos solos a la hora de enfrentarnos a los enemigos, sino que en multitud de ocasiones alguno de los personajes que nos acompaña (y que irán creciendo en número a lo largo del juego) podrá ayudarnos, ya sea luchando contra el enemigo o adoptando una posición de apoyo que mejorará nuestras dotes de combate. Algunos personajes, si toman la actitud de apoyo, harán que nuestros ataques con armas sean más poderosos, mientras que otros beneficiarán nuestra magia o nuestra capacidad de regenerar vitalidad.
Sin embargo no todo será combate en el juego, y hay una considerable exploración del escenario para cumplir con las aventuras secundarias, y mucha interacción con los personajes. Los diálogos con estos son muy numerosos y de cierta complejidad, contando siempre con un buen repertorio de respuestas que irán desde la sumisión hasta la total rebeldía con varios estados intermedios, y que hacen que la conversación se dirija hacia un lado u otro. Dependiendo de nuestras acciones y decisiones, además, nuestro personaje se irá inclinando hacia el bien o el mal, exactamente del mismo modo que en Caballeros de la Antigua República o Fable, aunque aquí la Fuerza es substituida por "El camino de la palma abierta" y "El camino del puño cerrado", bien y mal respectivamente.
La evolución de nuestro personaje por cada uno de esos dos "caminos" hará que pueda acceder a diferentes estilos e items, por lo que es recomendable seguir marcadamente una forma de comportamiento en vez de quedarse en el medio. Esto hace que, además, el juego cuente con una gran rejugabilidad, porque muchos de nuestros actos traerán consecuencias al resto del mundo del juego, y las diferentes aventuras tendrán varias formas de resolverse con diferentes resultados morales, económicos y sociales con otros personajes de Jade Empire.
A nivel gráfico el juego se ubica entre los mejores exponentes de lo que se puede hacer en Xbox, mostrando unos escenarios amplios y repletos de detalles, con fantásticos efectos gráficos y un altísimo nivel en modelados y texturas. Es francamente superior en calidad visual a Caballeros de la Antigua República, aunque eso no significa que sea sobresaliente en todos sus aspectos. La gran mayoría de las animaciones son excelentes, pero algunas contadas quedan por debajo de la media, y sobre todo, dos aspectos técnicos enturbian lo que es una experiencia visual muy notable y, sobre todo, bonita: las frecuentes ralentizaciones, más numerosas cuantos más enemigos haya en pantalla, y los larguísimos tiempos de carga entre cada escenario. Por lo demás, en algunas ocasiones nos dejará con la boca abierta.
El apartado sonoro queda un tanto en entredicho por la decisión de no doblar el juego al castellano, pero el doblaje en inglés, acompañado de los subtítulos, es muy bueno ya que no solo las voces suenan bien sino que las entonaciones de las frases reflejan muy bien el estado de ánimo de los personajes que hablan. Los efectos de sonido son numerosos, variados y muy efectivos, mientras que la música, memorable, está plagada de toques orientales que ambientan muy bien la acción.
En definitiva, Jade Empire es uno de los mejores juegos de Xbox que han salido este año 2005. Su estilo es poco habitual en los juegos de consola y especialmente en Xbox –únicamente Fable es similar-, y su historia está particularmente bien narrada, mezclando escenas cinemáticas con una buena cantidad de diálogo que nos introducirá en el mundo mágico del imperio de Jade. La posibilidad de elección en muchas situaciones le da al jugador mucha libertad de acción, y el sistema de inclinación hacia un lado u otro del espectro moral le aporta rejugabilidad. El único punto negro de esta producción de Bioware es no haber podido implementar un sistema de combate tan bueno como el resto de las facetas de este Jade Empire, que aún así resulta una compra muy recomendable para los usuarios de Xbox.