Análisis de World of Tanks (Xbox One)
El terreno de los juegos free-to-play -aquellos que no exigen de un pago previo por su descarga, pero que gozan de compras de elementos y objetos dentro del título- en PC es radicalmente diferente del que podemos encontrar en plataformas móviles, como smartphones y tablets, en los que se intenta estrujar con más descaro e insistencia al jugador -en parte por el poco tiempo de juego de cada sesión, un "aquí te pillo, aquí te mato" en toda la regla a la hora de pasar por caja-.
Si entre toda la abrumadora cantidad de juegos que existen actualmente tuviéramos que escoger un juego que ha sabido aprovechar el máximo las bondades de este sistema de monetización, sin lugar a dudas el primero que se nos viene a la cabeza es World of Tanks. El título de Wargaming ha conseguido permanecer en la brecha y ofrecer a todo tipo de jugadores una interesante propuesta jugable en la que decenas de blindados de baten el cobre por escenarios de guerra variados y diferentes. Tal ha sido su éxito, que World of Tanks ha ido expandiéndose de una plataforma a otra, pasando por el iPad con una sobresaliente versión, y llegando a consolas como Xbox 360 y Xbox One -siendo la última, la versión que hemos analizado-.
Artilleros en consola
World of Tanks, por definición, parece un juego de difícil adaptación en consola. Para empezar, hablamos de un juego de descarga gratuita, algo habitual en PC y plataformas digitales asociadas a los ordenadores, pero que no ha terminado de explotar todavía en las consolas -aunque es una tendencia que está cambiando, y ya contamos con juegos y sagas que se aventuran en el negocio.
La otra condición o requisito, versa sobre el juego online. Como bien sabréis, las dos principales compañías en el mundo de las máquinas de sobremesa exigen una suscripción para jugar online -que se complementa también con descargas de juegos completos gratuitos, rebajas y otras ofertas-, algo que no suele gustar demasiado a las empresas que portan títulos free-to-play a consolas, aunque Sony ha hecho una excepción con esto en PS4.
World of Tanks en sus versiones para Xbox One y 360 -que gozan de juego cruzado-, exige de una cuenta Gold en Xbox Live para ser jugado. Sí, su descarga es completamente gratuita -aunque existen versiones en formato físico con extras en forma de monedas o experiencia-, pero necesitamos de una suscripción Gold para batirnos el cobre en los escenarios bélicos del juego de wargaming.net.
A tenor del tiempo que necesitaremos para aprender por encima las mecánicas básicas, debemos decir que World of Tanks es un juego que pide bastante tiempo de aclimatación de cara al jugador. No es por definición un título complicado, pero sí algo enrevesado, que necesita de tanto tiempo de juego como de preparación, mejora y planificación. El tutorial, en el que se nos muestran las nociones más simples de control de cara a nuestro tanque, nos pedirá que nos familiaricemos con el movimiento, las directrices sencillas de disparo, el tipo de carro que podemos manejar o al que debemos enfrentarnos y los objetivos a cumplir.
El control se ha trasladado de manera inteligente, así que no hay que preocuparse demasiado por el mando de Xbox One y su mapeado de botones. Tanto si hemos jugado a la versión de PC como si no, en Xbox One tenemos la posibilidad de responder de manera efectiva, rápida y sin problemas a cualquier amenaza que se nos cruce por delante, algo que agradecemos especialmente pues World of Tanks exige en sus escarceos con la pólvora, y mucho. Hay veces en las que tenemos que reaccionar con apenas milésimas de segundo de margen, obligándonos a disparar, movernos y tomar partido en situaciones límite con carros de metal de varias toneladas de peso. Es una traslación directa de todo lo bueno de la versión de Xbox 360.
El camino del artillero necesita de paciencia… ¿Y dinero?
World of Tanks, como no podría ser de otra manera, trata sobre combates de tanques. Combates feroces entre jugadores de todo el mundo, que a lomos de los más variados blindados, se dispararán y embestirán entre ellos por la victoria en escenarios de todo tipo. Como juego de combate multijugador masivo World of Tanks cumple con todos los requisitos existentes, ofertando al jugador una enorme colección de tanques, divididos por países y a su vez, por categoría de blindaje y capacidad de fuego. Cada blindado tiene sus propias características físicas, de velocidad, potencia de fuego o de capacidad de localización y distancia de disparo, con lo que en función de nuestra elección, deberemos cumplir un determinado papel en el campo de batalla o aprender los trucos, debilidades y problemáticas de cada vehículo.
World of Tanks es un juego bastante duro y arenoso de cara a los nuevos jugadores que se inmiscuyan dentro de sus disputas online. Para todos aquellos usuarios que comiencen desde cero, el título se puede hacer bastante cuesta arriba. Nos costará muchísimo permanecer con vida en algunas de las primeras partidas, en las que la gran mayoría de jugadores nos llevarán ventaja de una forma u otra -bien porque han jugado varias veces y se saben los mapas de memoria o porque llevan una máquina sobradamente equipada en comparación a la nuestra-, haciéndonos morder el polvo a los pocos segundos. Sí, podemos permanecer escondidos en algún lugar recóndito del mapa y esperar a que todo se solucione, pero no es recomendable, y elimina, de un plumazo, las recompensas que podamos obtener por descubrir rivales, dispararles o destruirlos.
Una vez entramos dentro de la dicotomía de las partidas online y el empleo de las recompensas -experiencia, oro- en perfeccionar los numerosos parámetros de nuestro tanque -desde la tripulación al blindaje, torretas, motores, radio, el tipo de munición o el equipamiento extra-, comenzaremos a vislumbrar lo adictivo de la propuesta de World of Tanks. El juego nos ofrece varios huecos en el taller para que experimentemos con los distintos tanques de las diversas naciones -La Unión Soviética, Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania y Reino Unido-, comprando y desbloqueando líneas de producción en función de nuestra elección. Al comienzo todo serán tanquetas ligeras, de gran maniobralidad pero de escasa potencia de fuego, algo que podemos cambiar a las pocas horas -en seis horas de juego, si somos inteligentes, podemos tener un blindado de potencia media-. La versión de Xbox One incluye una suerte de modo jugador contra entorno, en el que podemos poner a prueba esa nueva máquina y saber sus puntos débiles y fuertes antes de llevarla al entorno de combate online.
Tardaremos bastante -y cuando decimos bastante, nos referimos a bastante tiempo delante de la consola- en poder acceder a tanques medios notables en su forma más básica como el Sherman o el Panther II, y más todavía en acceder a pesados de gran calidad, como el Maus, el Tiger -en cualquiera de sus variantes- o el M6A2E1 -por citar ejemplos de tanques estadounidenses y alemanes-. Es el principal problema de World of Tanks: pese a que se reviste de juego accesible, con múltiples posibilidades desde el mismo principio en cuanto a elección de tanque y equipamiento para los novatos, todo es pura fachada. No comenzaremos a ser competitivos online hasta que hayamos invertido tiempo y dinero en nuestro tanque, y eso no siempre es satisfactorio.
Si no estamos acostumbrado a la dura pugna del online, con tanques que se mueven de forma lenta y pesada, y en una condiciones en las que un proyectil enemigo es capaz de mandarnos al otro barrio en un abrir de ojos, lo cierto es que muy pocos jugadores pasarán la excesiva criba de las primeras horas. Criba que tiene sus consecuencias. Si acabamos heridos, muertos o destrozados en una de estas duras y pantagruélicas batallas, tendremos que amarrarnos los machos a la hora de las reparaciones y la recarga de munición, así como de la contratación o preparación del personal, otro puntal vital de cara al éxito.
Es un poco frustrante ver como, el tanque o la mejora que creíamos correcta, y por la que habíamos pagado tanto -tras jugar varias horas de sesiones maratonianas por lograrla- no termina de funcionar en el campo de batalla y acaba siendo una mera anécdota. Es la reiteración del concepto de las abismales diferencias entre jugadores y escuadras en el modelo free-to-play: siempre hay otro jugador que ha jugado más que tú o que ha conseguido tener un tanque mejor y que nos hará acabar entre llamas de una manera u otra. Es la eterna disyuntiva de siempre: tirar de cartera o invertir muchísimo tiempo delante de la consola. El muro de pago existe, y está ahí, presente en todo momento, ladrillo a ladrillo. Es el jugado el que decidirá si derrumbarlo de golpe, poco a poco o intentar sortearlo invirtiendo tiempo, sudor y lágrimas.
World of Tanks se disfruta siempre y cuando encontremos una partida que tenga un grupo de usuarios que sepan el rol a desempeñar. Las partidas entre grupos de usuarios suelen ser un tanto caóticas, a no ser que tengamos la suerte de topar con experimentados jugadores -en un bando y otro- que tengan asimilados los papeles y las cualidades de su tanque. Por doquier nos encontraremos con novatos que pasan de las órdenes acordadas -ya sea por audio o por directrices básicas a través de la cruceta digital del pad de Xbox One- y se lanzan al combate descarnado como si de un juego de acción en primera persona se tratase, rompiendo todo el sentido y la mecánica del título y destrozando por completo cualquier posibilidad de victoria para nuestro equipo -o el contrario- al perecer juntos y al mismo tiempo un buen número de tanques.
Eso sí, cuando topamos con un combate entre jugadores con galones, nos daremos cuenta de hasta qué punto es paradójicamente adictivo World of Tanks. Batallas en las que los tanques ligeros ayudan a explorar el terreno escoltados por los de blindaje medio. Batallas en las que los tanques pesados se adueñan de colinas y disparan a los enemigos ocultos entre las ruinas de una solitaria granja. Batallas en las que los anti-tanques buscan a sus presas a cientos de metros de distancia. Este tipo de combates se disfrutan muchísimo, pero acaban siendo pocos -y no siempre gratificantes a nivel de recompensas-, con lo cual no sabemos si la balanza se inclina a su favor.
Una versión técnicamente superior
A nivel técnico, huelga decir que estamos ante una versión muy superior a la vista en Xbox 360. Wargaming incorporó en su momento un rebozado motor gráfico en la versión de PC, que aportaba nuevos modelados, texturas y la adaptación Xbox One mejora incluso aquellos resultados. Hablamos de un juego que, pese a que no es ningún hito técnico, presenta escenarios relativamente grandes, llenos de detalles y efectos notables -todo, o casi todo, se puede destruir-, tanques que son recreaciones exactas de sus versiones de metal y hierro.
Y con condiciones climatológicas cambiantes, además de efectos de luz y partículas mejorados e incluidos por primera vez en esta versión para consola de nueva generación. World of Tanks en Xbox One funciona a 1080p y unos relativamente estables 30 frames por segundo, algo que es de vital importancia en un título que se juega casi al cien por cien a través de internet y entre dos plataformas diferentes. El sonido multicanal es también notable. Cuando hablamos de World of Tanks hablamos de un juego en el que el entorno y el ruido, son parte indispensable a la hora de presentarnos en qué lugar o de qué manera se aproxima un enemigo o un aliado.
Si tenemos un equipo de altavoces o sonido multicanal, World of Tanks gana varios enteros, con un plante de efectos sonoros variado y muy útil de cara a la propia mecánica del juego. Podemos escuchar el crujir de las orugas de un tanque enemigo, el fallo de un motor o rotor de nuestro propio blindado, un disparo lejano y localizarlo por su expansión sonora por el aire… Es un apartado que podría pasar desapercibido pero que en Wargaming han cuidado. Ya sea de noche, de día o bajo sol o lluvia, World of Tanks se comporta muy bien -las bajadas de frames por segundo son muy puntuales-, siendo muy lustroso e impactante, en Xbox One.
Conclusiones finales
World of Tanks obtiene la madurez en consolas de Microsoft -concretamente, en Xbox One- con una versión ampliada, mejorada y perfeccionada de lo que ya fue en su momento la de Xbox 360. Su núcleo jugable, enmarcado dentro del free-to-play, es idéntico al de PC o al de la anterior consola de Microsoft, pese a que hablamos de una adaptación más potente en lo visual y en lo técnico -superando a la de PC en determinados aspectos-.
El título de Wargaming requiere de muchísimo tiempo y esfuerzo para ser gratificante, y al contrario que en otras versiones -como la de iPad-, sus posibilidades son tan grandes que pueden llegar a abrumar y suponer un handicap para el jugador esporádico. World of Tanks es un juego entretenido, pero que exige mucho al jugador. En cualquier caso, dada que su descarga es gratuita en Xbox One, recomendamos que se pruebe durante un tiempo antes de ponerse el uniforme. Será el usuario el que tenga la última palabra, y el que decida, en última instancia y como artillero, si apretar el gatillo y arriesgarse o permanecer oculto un tiempo más esperando a que las cosas se solucionen en el frente.