Análisis de #IDARB (Xbox One)
Es un fenómeno curioso, pero bien podríamos decir que en los primeros meses de vida de Xbox One -y sí, también de PlayStation 4- los juegos que más nos han sorprendido y maravillado, provienen de lo que se podría llamar como escena de desarrollo independiente. Es un término un tanto laxo, pero creemos que lo suficientemente justo y correcto como para separarlos de los habituales lanzamientos multitudinarios o de las grandes producciones que llegan un mes sí y otro también, a las estanterías de las tiendas.
Microsoft, conocedora de esto, decidió abrir un programa para dar cobijo a estos desarrollos y videojuegos independientes -no sin cierta polémica y un inicio un tanto dubitativo-. Así, nació ID@Xbox, una iniciativa que buscaba hacer más accesible a los programadores y estudios pequeños, la entrada a la nueva generación y a Xbox One. Y desde hace unos meses, estamos viendo, disfrutando y jugando con sus frutos. #IDARB nace también bajo su amparo, y en función del producto final que ha llegado a nuestras consolas Xbox, la verdad es que parece que el programa está dando muy buenos resultados.
Cuando el fútbol del futuro nos alcance
#IDARB es uno de los videojuegos más originales, frescos y diferentes de cuantos hemos probado en los últimos meses, y eso de entrada, es algo bastante bueno.
Su mecánica es un cajón de sastre en el cual se reúnen cientos de apuestas disparatadas y elementos recogidos de otros juegos y aportados por la comunidad -que participó en una tormenta de ideas durante meses a través de Twitter y redes sociales-. Es tal el desconcierto, que hasta pasados unos minutos, no sabremos qué estamos haciendo o a qué estamos jugando realmente.
Siendo un tanto simplistas, diremos que #IDARB es un juego de deportes con estética y tintes de los juegos de plataformas y acción en 2D de la época de los 8 y 16 bits. En el juego, tendremos que organizarnos en dos equipos -que pueden estar integrados de uno a cuatro jugadores-, e intentar marcar goles en una de las porterías contrarias. A partir de este planteamiento, #IDARB conjuga con maestría sus tintes de juego clásico de saltos en perspectiva lateral, y nos lleva a un escenario lleno de balconadas, obstáculos y diferentes alturas, que complicarán y mucho el llevar el balón de un lado a otro. Balón que se soltará en el centro, teniendo los distintos jugadores la obligación de cogerlo -y evitar que se lo roben-, mientras se desplazan de un lado a otro por el atiborrado terreno de juego dirección a la portería rival.
El control de #IDARB es sencillo y muy práctico, teniendo un botón para los saltos, otro para disparar, otro para pasar el balón a un compañero y otro para golpear y evitar que el contrario disponga de la pelota. No hay un mapeado de botones complejo y abrumador, con innecesarias combinaciones de botones. Todo es accesible, está bien implementado, y consigue que tanto el jugador más experimentado como que el que se pone a los mandos por primera vez, sepa qué hacer y de qué manera.
Es francamente divertido andar de una plataforma a otra, tirando desde más o menos distancia -cuanto más lejos estemos de la portería, mayor índice de puntuación lograremos-, o simplemente, estorbando al contrario intentando que no enceste ni anote en la nuestra. A los pocos segundos, #IDARB se convierte en una suerte de Bomberman con tintes de Worms, en el cual los jugadores harán todo lo posible por molestarse y competir los unos con los otros. Puede parecer simple -sobre todo dado su concepto de juego- pero nada más lejos de la realidad: #IDARB es increíblemente complejo, sobre todo si aprovechamos la vertiente multijugador para la que está diseñado.
Una experiencia enfocada al multijugador y las redes sociales
#IDARB es un juego muy enfocado a la cooperación y competición multijugador. Tanto en la misma consola a nivel local -#IDARB admite hasta ocho jugadores en este modo- como a través de Xbox Live, el juego de Other Ocean Interactive es un videojuego que necesita de otros jugadores y de la comunidad para sacarse y presentarnos su mejor versión. La mayor pega de #IDARB es que, para jugar en partidas multitudinarias por Xbox Live, tendremos que disponer de cuatro mandos en la misma consola y que nuestro contrincante, disponga de un número equivalente de los mismos en la suya. De otra manera, si no tenemos una retahíla de controladores nos veremos obligados a disputar encuentros de uno contra uno, que no están mal, pero no son ni mucho menos, tan divertidos.
#IDARB se vuelca al completo en su vertiente online invitándonos incluso, a que retransmitamos, comentemos -usando la consabida etiqueta mediante la red social, Twitter- o disfrutemos de las partidas que se estén emitiendo en ese momento a través de Twitch. De hecho, Other Ocean Interactive invita a los jugadores a que interactúen en los partidos y retransmisiones ajenas, usando una característica denominada como "etiquetas bomba" o hashbombs. De esta manera, y usando distintos comandos y etiquetas a través de Twitter, los espectadores pueden influir en los partidos en tiempo real y en directo, modificando el curso de la partida con power-ups, obstáculos y demás.
Siguiendo los paralelismos con el citado Worms, #IDARB derrocha humor a los cuatro costados, con numerosos comentarios que intentan homenajear al cine y los videojuegos -y lo consiguen-. De esta manera, a través de los narradores y comentaristas del partido que estemos disputando, escucharemos frases sacadas -y en algunos casos, reinterpretadas- de películas como ‘Tiburón’ o ‘300’. Por si fuera poco, #IDARB permite que el jugador, además de elegir en una abrumadora e ingente cantidad de equipos y personajes -imaginad casi cualquier icono de la cultura popular o el más disparatado de vuestra saga preferida de videojuegos y es muy probable que esté entre ellos-, personalizar y crear nuestro propio equipo, eligiendo fanfarrias, banderas, aspecto… Es tan completo en este aspecto, que casi pasaremos el mismo tiempo caracterizando y creando, que jugando.
A nivel técnico, #IDARB es atrayente y fresco. Sí, toma prestados muchos elementos de los videojuegos más clásicos del género -ya hemos citado a Bomberman y os hemos hablado de lo que bebe de los títulos de plataformas en dos dimensiones, e incluso nos atreveríamos que bebe de Smash TV o de Smash Bros., la reputada saga de lucha de Nintendo-, pero consigue recodificarlos a su forma y manera, proporcionándole al conjunto personalidad e identidad artística propia. Además, tiene cierta predilección por la fanfarria audiovisual -imaginad la que se lía en pantalla cuando anotamos o marcamos un gol-, con múltiples colores y efectos que redondean una espartana, aunque atractiva, presentación.
Conclusiones finales
#IDARB es un curioso y bien avenido experimento, a medio camino entre el juego de plataformas y limitado juego de deportes, que explota y nos presenta su verdadera forma una vez comenzamos a estrujar sus posibilidades multijugador. #IDARB es uno de los mejores y más frenéticos títulos para varios jugadores que he visto en la consola de Microsoft, que conjuga con lustre el modo online y el juego local en una misma consola -aunque dado los requisitos en este aspecto, quizás sea más que conveniente tener más de un par de mandos en casa, pues más allá del multijugador no hay demasiado a lo que jugar-. En cualquier caso #IDARB es un juego muy recomendable en Xbox One y que, si todo va bien, será uno de los títulos que se ofertarán de manera gratuita en la consola con la promoción Games with Gold en el mes de febrero.