Análisis de Tiger Woods PGA Tour 13 (Xbox 360)
Como lleva ocurriendo desde hace más de 20 años, Electronic Arts lanza al mercado su clásico simulador de golf, PGA Tour Golf, que desde 1998 está protagonizado por el mejor golfista de los últimos tiempos: Tiger Woods. En la edición pasada, el protagonismo lo tomó el mítico torneo del Masters de Augusta, dado que EA se hizo con la jugosa licencia y además el deportista no pasaba por su mejor momento de popularidad, con varios escándalos extradeportivos.
Ahora en esta edición 2013, Tiger vuelve a ser el protagonista, incluyéndose un interesante modo titulado Tiger Legacy Challenge, que nos permite repasar toda la vida deportiva del golfista. Desde que eran tan solo un niño, cuando con dos años apareció en un programa de televisión demostrando su talento, sus primeros campeonatos junior, su etapa amateur y el primer Masters, sus primeras grandes victorias, sus años dorados, la etapa actual, y hasta el futuro, cuando se retire en 2019. Nueve etapas compuestas de cuatro a ocho desafíos, que pueden ir desde lo más simple a lo más complejo, como jugar un único y decisivo hoyo, y que tendremos que ir desbloqueando sucesivamente, con algunos vídeos que nos van explicando la vida del golfista.
Otra de las grandes novedades viene en lo que respecta al control, siendo el golpeo obligatoriamente con el stick analógico izquierdo. En anteriores ediciones ya se introdujo este tipo de control, pero se podía seguir jugando con los clásicos botones y la barra de potencia y precisión. Ahora no. Solo tenemos un esquema de control, nos guste o no, y tendremos que habituarnos a jugar así, sin duda una decisión polémica pero atrevida por parte de EA.
Como os podéis imaginar, el golpeo se realiza echando hacia atrás el stick izquierdo, y después hacia adelante, contando con un indicador de potencia que ayuda bastante. Dependiendo de cuanto lo pulsemos hacia atrás, y lo rápido que lo bajemos, imprimiremos más fuerza a la pelota. También lo que será muy importante es lo recto que hagamos este movimiento, ya que cualquier ligera inclinación hacia los lados hará que se desvíe el golpeo original. Un sistema de juego muy preciso y profundo pero a la vez complejo y complicado.
Si no has jugado nunca a un simulador de golf y te inicias con este, será un comienzo duro. Es muy posible que te desesperes al llegar al green, donde la precisión a la hora de ejecutar el golpe tiene que ser máxima, y una ligera desviación haga que pases del birdie, al par o al bogey. Eso sí, para los más expertos se convertirá en una delicia, y los amantes de este deporte seguro que no tienen queja. Aunque no entendemos por qué han dejado de ofrecer los dos métodos de control –stick analógico y botones-, para satisfacer a un mayor número de jugadores, y a más de uno seguro que este cambio le va a disgustar.
Siguen la enorme cantidad de posibilidades una vez que estamos en el campo, como el tipo de palo, la distancia, observar la fuerza y dirección del viento, la colocación de los pies, y para ayudarnos con todos estos abrumadores parámetros tenemos al caddie, un genial acierto por parte de EA en la anterior entrega, aunque como contrapartida y como es habitual en la saga, llega a nuestro país completamente en inglés, por lo que requiere un mínimo conocimiento del idioma para sacarle todo el partido al juego.
Siguiendo con las novedades, este año se ofrece por primera vez compatibilidad con Kinect en Xbox 360, también con Move en PlayStation 3, aunque eso ya ocurrió en las dos anteriores entregas. Kinect se ha implementado decididamente y no jugamos con él en un modo aparte, sino que todos los modos disponibles para jugar con el mando están también disponibles para el periférico de control por movimientos. Como está ocurriendo en muchos de los últimos títulos que ofrecen compatibilidad con Kinect, hace un uso exhaustivo de los comandos de voz, haciendo que sea muy fácil acceder a la gran cantidad de posibilidades que tenemos cuando estamos en el campo, como elegir palo o hablar con el caddie.
Para golpear tenemos que juntar las manos y hacer el gesto real, y al igual que jugando con el mando, vemos una barra que nos ayuda a guiarnos un poco y saber qué potencia tenemos que imprimir al golpe. Es en el green donde nuevamente se exige más precisión, y donde se destapan algunas de las carencias de Kinect, que funciona mejor con movimientos exagerados y bien marcados, pero no tan bien con los sutiles y delicados. Es curiosa por ejemplo la manera de ver dónde va a caer la bola, poniéndonos la mano en la frente, como si oteáramos el horizonte, y agacharnos para ver de cerca la inclinación del green. Se agradece su inclusión, pero no creemos que la gente vaya a pasar mucho tiempo jugando de esta manera, primero por lo impreciso que resulta a veces, y luego por el ritmo de juego, lento, que obliga a estar mucho tiempo jugando para completar 18 hoyos.
Los Pins son otra de las novedades, unos potenciadores que podemos equipar –hasta un máximo de tres- y que proporcionan una mejora de las capacidades del golfista. Se obtienen jugando y cosechando éxitos, pero sobre todo, gastando Coins, la moneda que usa el juego para desbloquear diversas cosas, como campos de golf extras. El juego trae 17 campos disponibles, más 19 bloqueados. Para jugar en estos, tenemos que gastar Coins, o dinero real, si queremos desbloquearlos para siempre. El problema es que no es fácil conseguir estas Coins, hay que jugar muchas horas para conseguirlas, y cuesta carísimo jugar en estos campos, por lo que estamos claramente ante campos vía DLC.
Han intentado implementar de alguna manera el modelo de los juegos free-to-play, en el que puedes conseguir casi todo siendo muy bueno y jugando muchas horas, pero cuya vía rápida es pasando por caja. En ese tipo de títulos lo entendemos, al fin y al cabo son gratuitos y ya cada uno paga por lo que quiere, pero que en un juego que cuesta 70 €, estén todo el rato tentándonos a que paguemos más por desbloquear contenidos, es cuanto menos criticable. Sabemos que todos los juegos tienen DLC, pero pocas veces hemos visto que estén tan arraigados en un producto, en todos los menús, para hacer cualquier cosa. Como si pensaran que quienes juegan a títulos de golf tienen el mismo poder adquisitivo de quienes lo practican de verdad, y no les importará pasar por caja.
No queremos seguir insistiendo en este tema, pero si lo queremos dejar muy claro, como un aviso a navegantes. Si estás en contra de los contenidos descargables de pago, y más los que bloquean contenidos que vienen en el propio disco, ni se te ocurra acercarte a Tiger Woods PGA Tour 2013. En su favor hay que decir que no va precisamente escaso de modos de juego y posibilidades. Desde jugar entre cuatro jugadores cualquier de los campos –se puede elegir que unos lo hagan con Kinect o Move y otros con mando tradicional-, el Course Mastery, una serie de retos en los que para participar tenemos que gastar las Coins, y el imprescindible modo Carrera, tan completo como siempre.
Crearemos un golfista con un flexible editor y después empezaremos a competir desde los torneos locales más sencillos a las competiciones más importantes, mejorando las características del personaje con puntos de experiencia, el equipamiento y la ropa, teniendo que llamar la atención de los diferentes sponsors, y en definitiva, todo lo que se le puede pedir a este tipo de modo, imprescindible en cualquier juego deportivo y que alarga la vida del producto hasta el infinito.
En cuanto a los modos online, la gran novedad son los Country Clubs, pudiendo crear clubs de golf, ya sean públicos o solo privados, para amigos, o unirnos a otros. Aquí nos picaremos para ser los mejores del club, en diversos torneos semanales o diarios, y cuanto mayor nivel tengamos dentro del club, más rápido conseguiremos experiencia y las tan codiciadas Coins. Sin duda lo que hacía falta al modo online de los PGA Tour Golf, que no estaba demasiado cuidado en anteriores entregas.
En lo que respecta al apartado gráfico, seguimos en la línea continuista de la saga, y no parece que EA a estas alturas vaya a invertir en mejorar de manera considerable el aspecto técnico de su serie de golf, que comparado con otros títulos deportivos de la misma compañía, parece que juega en segunda división. Ojo, para nada decimos que sea malo gráficamente, pero apenas han mejorado los gráficos en las últimas tres ediciones, y tres años en el mundo de los videojuegos son muchos. Se nota un pequeño esfuerzo por mejorar la ambientación, pero en general es lo de siempre, y cumple sin mayores problemas. La música como de costumbre es relajante y acorde al deporte, y las voces están en perfecto inglés.
Con novedades, pero el mismo buen simulador de siempre
Realmente estamos ante una de las entregas de la saga de golf de EA que más novedades ha incluido en esta generación de consolas, y por ejemplo el modo que repasa la carrera deportiva de Tiger Woods nos encanta, y los Country Clubs en el modo online son un paso adelante muy importante dentro de la serie. La compatibilidad con Kinect bueno, es curiosa, y el apostar por un control solo con el stick izquierdo es valiente, y deriva en una jugabilidad muy profunda y difícil de dominar, incluso desafiante. Seguimos sin entender algunas ausencias, como un correcto tutorial donde expliquen paso a paso todos los pormenores de este complejo deporte, con el fin de enganchar a nuevos fans, y es muy discutible su descarada apuesta por los contenidos descargables de pago, que pueblan todos los rincones del juego. Un año más el mejor simulador de golf, tanto por su calidad, como por la ausencia de rivales.