Análisis de Sniper Elite V2 (Xbox 360, Wii U, PS3, PC)

Sabemos que muchos lleváis años esperándolo, tras el buen sabor de boca que os dejó el primer Sniper Elite en 2005, un juego que apareció para Xbox, PlayStation 2, PC y Wii. Uno de esos títulos que no se lleva grandes notas en la prensa pero que consigue conectar con un fiel grupo de jugadores, a los que les encantó su apuesta por el sigilo, los tiros calculados al milímetro y su ambientación en la Segunda Guerra Mundial. En esta nueva entrega no nos encontramos ante una continuación propiamente dicha, sino una reimaginación o reboot de la primera entrega, rescatando elementos del original, añadiendo muchos otros nuevos y sobre todo llevándolo a la alta definición, pero manteniendo sus señas de identidad jugables.

Ese V2 que acompaña al título, que puede parecer que se refiere a una versión dos, a una continuación, realmente hace referencia al interesante argumento, similar al del juego de 2005 pero con distintos cambios. Encarnamos a Karl Fairburne, un agente secreto de la OSS -Oficina de Servicios Estratégicos-, el servicio de inteligencia de los Estados Unidos de América durante la Segunda Guerra Mundial.

Tu misión será infiltrarte en Berlín en 1945, durante los días finales de la guerra, con la ciudad medio en ruinas y a punto de caer, con el objetivo de reclutar a unos científicos de la Alemania nazi que participan en el programa de cohetes V2, el primer misil balístico de combate de largo alcance del mundo, el progenitor de todos los cohetes modernos. Por tanto una misión de vital importancia que va más allá del actual conflicto, una tecnología que puede marcar el curso de las siguientes guerras que estén por venir.

Estamos ante un título que se enmarcaría dentro de la acción en tercera persona, pero muy distinta a lo que estamos acostumbrados. Olvidaros de Gears of War o Uncharted, y otros títulos de acción espectacular y frenética, aquí tenemos que pasar desapercibidos, actuar con sigilo, intentar en la medida de lo posible no ser descubiertos, y pensar y calcular muy bien cada disparo con nuestro rifle francotirador. Llevaremos siempre uno, como el norteamericano Springfield M1903, el alemán Gewehr 43 o el ruso Mosin Nagant junto con un arma de media distancia –MP40, PPSh41, Thompson- y una pistola –Welrod, L.P08, M1911-, armas que iremos desbloqueando según avancemos en las misiones, y que solo usaremos en casos excepcionales y muy contados, cuando no quede más remedio. Si vamos a lo Rambo, disparando a pecho descubierto y sin escondernos ni protegernos, comprobareis rápidamente que la misión será imposible, ya que estamos en clara inferioridad numérica, y no tenemos nada que hacer contra todo un ejército de soldados nazis o soviéticos. El combate cuerpo a cuerpo es bastante malo, por motivos como el control del personaje y la IA enemiga, y se nota mucho que los desarrolladores quieren que evitemos este tipo de enfrentamientos y usemos el rifle francotirador, ya que no están muy elaborados.

En cada misión tenemos varios objetivos, como recoger algún documento, colocar unos explosivos, o acabar con determinada persona, en escenarios más o menos abiertos, que nos dan cierta libertad para movernos y elegir el camino por el que queremos afrontar la misión, aunque menos abiertos a veces de lo que pueden parecer en un principio. Podemos evitar en gran medida la confrontación directa, e incluso podemos acabar con los enemigos por la espalda sin ser descubiertos, con sigilo, ya sea estrangulándolos o con un certero disparo con la pistola silenciadora. Observar el entorno, ver los distintos soldados, su colocación y ruta, y entonces decidir dónde nos queremos colocar, en qué ventana o altillo, para hacer lo que mejor se nos da y lo más divertido de todo el juego: disparar con el rifle francotirador.

Aquí es donde los británicos Rebellion Developments dan lo mejor de sí mismos, recreando de manera muy realista los disparos, pudiendo elegir una simulación más o menos exigente. Al comenzar a jugar elegimos dificultad: Cadete –fácil, sin balística-, Tirador –normal, balística simplificada, enemigos implacables- o Sniper Elite –difícil, balística realista, enemigos mortíferos-. Y lo que es un acierto, podemos personalizar la dificultad, eligiendo la destreza enemiga, desde que ofrezcan poca resistencia a que colaboren y nos persigan; el realismo balístico, que las balas viajan en línea recta y que el pulso esté siempre estable, que la gravedad influya en los proyectiles, o lo más realista, que tanto la gravedad como el viento afecten al tiro, además de prestar atención a la posición y el pulso. Además de poder configurar las ayudas, como los indicadores de amenaza, ayuda al apuntado o la imagen fantasma –una silueta que deja el personaje y que nos indica cuál fue la última posición en la que nos vio el enemigo-.

Todas estas opciones permiten crear una experiencia a nuestra medida, para cualquier tipo de jugador. Desde el que jugó el primer Sniper Elite y quiere algo muy exigente y realista, que desactivará cualquier tipo de ayuda y activará todas las condiciones adversas como el viento y la gravedad, al que no se quiera complicar demasiado, y podrá elegir una de las dificultades por defecto, por ejemplo Tirador, la que equivale a normal y que plantea un reto sin ser desesperante, apropiado para jugadores no muy pacientes.

A la hora de disparar, influye el estar de pie, agachados o tumbados, teniendo más o menos estabilidad, y hay dos zoom distintos que tendremos que ir alternando. Tenemos un botón para vaciar los pulmones, y con esto conseguimos mantener el pulso, que se ve en todo momento en un medidor. Esto dura unos segundos, y en las dificultades fáciles y medias aparece un medidor rojo que nos dice dónde va a dar exactamente la bala. Desactivando esta ayuda es donde entra la gracia del juego, y tendremos que tener en cuenta la caída de la bala si el disparo es muy lejano así como la dirección del viento. Si nos están disparando, estamos nerviosos o venimos de una carrera, no podremos realizar esta acción, ya que el pulso está por las nubes.

Cuando realizamos un tiro muy lejano, mortal, y que va a alguna parte clave del cuerpo enemigo, se activa la Kill Cam, lo mejor sin duda del juego. Una cámara que sigue toda la trayectoria de la bala desde nuestro rifle al cuerpo del enemigo y que muestra con una visión de rayos X cómo el proyectil atraviesa al receptor del disparo. Realizado de manera impecable y muy espectacular, y menos desagradable de lo que puede sonar, vemos el cuerpo por dentro y cómo la bala atraviesa un pulmón, el corazón, el hígado, un ojo, rompe todo tipo de huesos, incluso el cráneo de diferentes formas, y lo que os sonará un tanto escabroso, hasta los testículos de un enemigo podemos reventar. Dependiendo de la zona del cuerpo y la distancia del disparo, recibiremos más o menos puntos, que sirven básicamente para los marcadores en línea, y aportar algo de rejugabilidad a los niveles.

No todos los disparos serán mortales, y podremos dejar a un soldado malherido en el suelo, lo que muchas veces atrae un compañero en su ayuda, momento que podremos aprovechar. A veces los disparos atraviesan el cuerpo, y puede que una bala dé a un segundo soldado si está lo suficientemente cerca, consiguiendo una muerte doble. O puede pasar que demos en una de las granadas que llevan colgadas al cinturón, saltando por los aires él y todos los que le rodean. Hay desde soldados rasos, en puestos de ametralladoras, otros francotiradores, con los que tendremos que tener mucho cuidado y observar el entorno con atención, buscándolos en lo alto de los edificios, e incluso tanques y otros vehículos con los que nos tendremos que ver las caras. De una manera no muy realista, pero sí divertida, habrá que buscar en cada vehículo la pequeñísima tapa roja del combustible y acertarle, haciendo volar el tanque por los aires.

La Inteligencia Artificial es uno de los mayores puntos negros del juego, en las distancias cortas es bastante deficiente, y desde lejos tienen comportamientos absurdos, como salir de las coberturas y ponerse a correr en mitad de la calle, sin un objetivo fijo. Dada la propuesta, disparos lejanos y sigilo, no consigue empañar demasiado la experiencia, aunque sea sin duda es uno de sus mayores defectos. Los soldados son lo suficientemente listos como para una vez que has disparo saber dónde estás, pero no esperéis comportamientos elaborados y desafiantes por su parte, sino más bien imprevisibles y sin mucho sentido. En cualquier caso no hemos disfrutado en esta generación de casi ninguna IA muy elaborada en los grandes títulos, los triple A, tampoco la íbamos a esperar de este, un título más bien modesto.

Además de tres armas, tenemos un inventario con objetos como varios tipos de minas, granadas, dinamita o incluso piedras, que podemos lanzar para atraer la atención de los enemigos a un punto determinado. Cuando encontramos una buena atalaya, desde la que planeamos barrer un escenario de enemigos, hay que tener en cuenta que una vez realizados un par de disparos, todos los soldados estarán en alerta, y algunos de ellos intentarán llegar a nuestra posición. Por eso hay que estudiar muy bien dónde nos colocamos, e intentar poner trampas en las vías de acceso, como minas de tracción, que se activan mediante un cable colocado entre dos puntos, y que son perfectas para poner en las entradas más amplias.

En muchas misiones también hay que utilizar al ruido a nuestro favor, por ejemplo en una fábrica el sonido de la megafonía, o en mitad de una batalla el de las explosiones. Si disparamos cuando el indicador de ruido está en pantalla, nadie nos oirá, y podremos ir acabando con varios enemigos mientras sus compañeros no los vean. También nosotros tenemos que tener cuidado en no causarlo, y no podremos ir corriendo por ahí o los soldados nos oirán. Para añadir un poco de exploración a la jugabilidad, por los escenarios hay repartidas 37 botellas de vino que tenemos que disparar, y 100 lingotes de oro para recoger, un coleccionable para los que deseen sacar el máximo partido al juego.

La campaña para un jugador de diez misiones se puede acabar en unas ocho o nueve horas, en dificultad media, dependiendo mucho de cómo juguemos. En una dificultad superior, o con todas las ayudas desactivadas, la duración se puede disparar, y nos parece muy apropiada, no tenemos ninguna queja. La historia es prácticamente anecdótica, un pequeño motivo para justificar las diferentes misiones, y se le podría haber sacado más chicha, para que algunas situaciones tuvieran más emoción de la que tienen.

También es un tanto repetitivo, aunque siempre entretenido, y no intenta sorprender con variedad de situaciones, con momentos que se salgan de la norma. No hubiera estado de más haber arriesgado un poco, haber incluido situaciones jugables que te sorprendieran, hacerte vivir esos emocionantes momentos que hemos visto muchas veces en el cine protagonizados por francotiradores. Por así decirlo, es un juego un tanto frío, que hace todo bastante bien, pero que le falta un poco de gancho para llegar más alto.

Además de la campaña, de la historia, para un jugador también tenemos Sin piedad, una especie de modo horda en el que en un escenario bastante amplio van viniendo oleadas de enemigos, tanto soldados como tanques, y tenemos que ir venciéndolos, teniendo a nuestra disposición cajones munición y explosivos para que plantemos cara a las distintas amenazas. Un modo que también se puede jugar de manera cooperativa entre dos jugadores a través de internet. Todos los modos multijugador son cooperativos y online, y no ofrece multijugador local desde la misma consola. Hubieran tenido su gracia modos competitivos, pero solo han apostado por la vertiente cooperativa.

Todas las misiones de la campaña se pueden jugar junto a otra persona, y no cambian en nada, simplemente los dos jugadores tienen que ir colaborando para acabar con las distintas amenazas. Los otros modos online son Bombardeo –tienes que recoger las piezas de un vehículo por todo el mapa para repararlo y poder escapar del escenario, con un tiempo límite antes de que empiece el bombardeo- y Precaución –uno juega como francotirador, y el otro será el agente. El primero solo tiene un rifle de francotirador y su misión será cubrir al agente, que tiene una SMG y unos prismáticos con lo que marca a los enemigos, mientras intenta completar varios objetivos-. En cualquier de los modos, cada disparo es puntuado, por la distancia, la parte del cuerpo en la que acertemos, y al terminar la misión nos dan una puntuación general, que sirve si queremos para picarnos en los marcadores en línea, que como podéis imaginar ya cuentan con puntuaciones monstruosas, que nos parecen inalcanzables.

Los gráficos, teniendo en cuenta que estamos ante un título de serie B, o mejor dicho, no estamos ante una superproducción de una gran compañía, están muy bien. Son sólidos, la tasa de imágenes por segundo no se tambalea en ningún momento, y cuenta con una gran ambientación, tanto en la recreación de los escenarios como en una iluminación muy lograda. El efecto Kill Cam es espectacular, y no nos cansaremos de ver una y otra vez nuestros disparos, siempre con diferentes resultados.

Lo que menos nos gustan son las animaciones de los personajes, muy normalitas, y las físicas de los cuerpos, muy buenas al recibir el disparo, pero que a veces hacen extraños al caer al suelo, hemos visto volar a algún soldado varios metros por los aires con un simple disparo. Los enemigos también podrían haber sido un poco más variados, ya que a veces tienes la sensación de estar luchando contra un ejército de clones. Tampoco hubiera estado mal unos escenarios más interactivos, ya que queda muy cutre disparar a un punto de luz y que no se rompa, y unas mejores texturas, pero el conjunto en general es resultón.

El sonido ambiente cumple y la música acompaña sin más, sin querer ser protagonista en ningún momento, aunque se acaba haciendo repetitiva, y podría haber sido más inspirada. Cuenta con un buen doblaje al castellano, que es cierto que oímos pocas veces, ya que no hay muchos diálogos, casi siempre solo escuchamos al protagonista al comenzar la misión contándonos qué tenemos que hacer. Al que por cierto dobla en castellano el mismo actor de Nathan Drake, el protagonista de la saga Uncharted.

Si te atrae la Segunda Guerra Mundial y el papel de los francotiradores, este es tu juego

Estamos ante un notable juego de acción francotirador, que propone algo muy concreto, y lo hace bastante bien. No es recomendable para todo tipo de público, y solo los más pacientes, los amantes del sigilo, y a los que no les importe disfrutar de cada disparo, lo sabrán apreciar. Tampoco estamos ante un simulador demasiado complejo, y unos de sus logros es que puede adaptarse a todo tipo de públicos, desde los que busquen una entretenida experiencia francotirador, lo suficientemente real, a los que quieran un gran reto, algo desafiante, que lo tendrán. Una campaña con una duración adecuada, modos multijugador cooperativos, y en definitiva un gran trabajo de Rebellion, que quizás en algún momento concreto nos hubiera gustado que arriesgarán un poco, que fuera más ambicioso, y nos sorprendiera con alguna situación jugable que se saliera de la norma, y que tuviera una IA un poco mejor. Pero en cualquier caso es muy recomendable, y pocas veces hemos disfrutado tanto siendo un "campero".