Análisis de Kinect Star Wars (Xbox 360)
Cuando se anunció Kinect la Fuerza se apoderó de las ilusiones de muchos jugadores que también eran aficionados a la serie La Guerra de las Galaxias. Las ganas de un juego que te hiciese sentir un caballero jedi eran comparables al miedo a que ese mismo juego decepcionase. Eran unos momentos en los que todo el mundo percibía las posibilidades del dispositivo, pero también surgían preguntas básicas sobre cómo se moverían los personajes, si no sería disuasorio tener que jugar de pie todo el rato…
En este casi año y medio desde que salió el dispositivo los desarrolladores han ido encontrando un lenguaje común y solución a estos problemas. Todos nos hemos dado cuenta de que sí, Kinect es muy intuitivo, pero hay ocasiones en que el mayor realismo se consigue lejos del naturalismo.
Es de agradecer que Microsoft y LucasArts hayan esperado y no se hayan apresurado a sacar el juego. De haber salido al principio de Kinect es muy probable que hubiese sido un juego decepcionante en lugar de ser un título que explora bastantes posibilidades diferentes de la serie con un resultado medio notable.
Después de treinta años luchando con palos de escoba o espadas de coleccionista ha llegado la hora de que veas en una pantalla cómo te defenderías con un sable láser. El resultado deja buen sabor de boca, aunque hay detalles algo amargos.
Lo más destacado del juego es su variedad. Aunque inicialmente pueda parecer que el modo Historia lleva el mayor peso y los otros cuatro modos son minijuegos anecdóticos, rápidamente te das cuenta de que no hay nada más lejos de la realidad. Recuerda a los Juegos Reunidos Geyper que contenían una buena colección de juegos de mesa y, aunque el parchís y la oca eran los reyes, siempre había otros juegos que llamaban la atención a distinto tipo de público.
Esos cinco modos de juego tienen a la pareja de androides más conocida del universo como anfitriones: C3P0 y R2D2, y la misión de recuperar los archivos jedi, que será lo que hagas mientras juegas.
Bienvenido a Star Wars, padawan
Casi seguro que el primer tablero que probarás será el parchís de Kinect Star Wars, el modo historia llamado Destino Jedi. Atendiendo a la que ha demostrado ser de momento la mejor forma de moverse en un juego con kinect va sobre raíles; adelantando un pie te lleva junto al enemigo más cercano y saltando realizas la misma acción en pantalla. También puede esquivar a ambos lados.
Tu papel es el de un padawan en su camino para convertirse en caballero jedi. En tu mano dominante llevas el sable láser y con la otra manejas la Fuerza, de manera que puedes estar peleando con el sable mientras buscas algún elemento del escenario que usar o mueves a un enemigo. Aunque el juego distingue entre jugadores diestros y zurdos, en el caso de estos últimos se le "olvida" que lo son cuando retoma la partida, y la manera más rápida de que te reconozca como tal es salir de la pantalla y volver a entrar para que te detecte, ya como jugador zurdo. Es tremendamente agradable que un desarrollador tenga en cuenta a los jugadores en los que la mano izquierda es la dominante, aunque en los vídeos de pronto se les vea como diestros.
El movimiento con el sable láser es preciso (al detectar el movimiento el juego es a veces un poco más torpe y necesita buena iluminación), si lo agitas de la forma adecuada recharzará los disparos de bláster y hasta puedes devolvérselos al enemigo. Pero al intentar controlar la fuerza te sentirás un poco como Skywalker durante buena parte del capítulo IV de la serie; es decir, torpe. Cuando más eficaz resulta es para acabar con los clones más débiles, porque buena parte de los enemigos es inmune a tu energía. Si tu ataque tiene eficacia verás al enemigo rodeado de un halo azul, pero si ese halo se vuelve rojo, no podrás hacer nada con él. De esta forma, en la mayoría de las peleas te limitas a avanzar, saltar y golpear. A la mayoría de los enemigos los derrotarás con un golpe de sable, y caerán como si fueran marionetas a las que se les corta las cuerdas, pero otros necesitarán varios golpes, inexplicablemente resistentes.
El estudio ha intentado darte acción incesante y que no pierdas la sensación de que vas avanzando en el juego. Pero hay fases tipo plataformas que recuerdan al Dragon´s Lair de hace décadas, y debes avanzar, moverte, avanzar, saltar, durante un rato. Dar este protagonismo al movimiento en un juego sobre raíles se antoja extraño y superfluo.
El afán casi obsesivo por dar variedad a las misiones queda patente desde el principio: atraviesas el poblado wookie, escapas conduciendo un deslizador, usas la Fuerza para esquivar misiles, te subes a la trasera de otro deslizador para acabar con los enemigos que os siguen, subes a una nave y te conviertes en artillero… todo con un cierto aire frenético que hace que la historia quede limitada a pocas frases y casi deslavazadas; órdenes que te indican tu siguiente paso y poco más.
Carreras de vainas rápidas y movidas
En un ránking de aquellos elementos de Star Wars que un aficionado quisiera probar seguramente el tercer lugar lo ocuparían las carreras de vainas, después del sable láser y la Fuerza. Estarán encantados con las de Kinect Star Wars. Como en todos los juegos, tienes varios niveles de dificultad, plasmadas en este caso en forma de asistencias a la conducción de la vaina. Una vez más, no te dejará ni un instante libre para aburrirte.
Las carreras son rápidas y el control sencillo. Pon las manos ante ti como si fueses en una moto. Retrasando una mano giras en esa dirección, dando un empujón activas el turbo, levantándolas de golpe la moto supera obstáculos y echando los brazos atrás frenas. Pero además puedes propinar un empujón a quienes estén a tu lado, dispararles o activar un robot de reparaciones. Para las dos últimas acciones debes levantar un brazo, y no sólo levantarlo, también agitarlo para que te capte bien el sensor, sin descuidar la conducción de tu vaina. Intenta hacer todo esto durante la carrera y visto desde fuera puedes parecer un director de orquesta. Tras participar en varias competiciones, te vendrá bien hacer un descanso como te recomienda Kinect de vez en cuando, para recuperar los músculos del brazo.
Igual que todo Kinect Star Wars, la experiencia de juego está personalizada al máximo, y además de elegir la ya comentada dificultad en las ayudas a la conducción y el número de vueltas al circuito, puedes elegir el nivel de la ia de los rivales. Si lo que quieres es no complicarte la vida tienes la opción de partida rápida. La posibilidad de empujar al rival y el hecho de que a veces aparecen elementos en el escenario que ponen en peligro tu vaina recuerda a juegos como Split/Second. Parece que Kinect Star Wars ha bebido de diversas fuentes además de la de la Fuerza.
Las carreras de vainas constituyen un reto inicialmente hasta hacerte con el control y puedes llegar a jugarlas de manera compulsiva hasta que llegue el punto de que eches en falta un modo online. Es todo lo gratificante que cabría imaginar.
Cara a cara con Vader
Si en Destino Jedi moverás el sable a tu gusto, descoyuntándote la muñeca o con precisión, en el modo Duelo del Destino deberás seguir unas normas estrictas si quieres avanzar por todos los rivales hasta llegar al premio máximo, enfrentarte a Darth Vader. En Kinect Star Wars para derrotar a un jefe hay que aprender los tempos. Las luchas tienen tres fases, que se repiten las veces necesarias para acabar con el rival.
Puede parecer algo complicado, pero seguro que es la forma en que mejor funciona la lucha con Kinect. Cierto es que el dispositivo es muy intuitivo, pero éste es uno de los casos en que es más eficaz establecer un lenguaje.
En la primera parte de la lucha te toca defender. El enemigo situará su arma de una forma que te indica en qué dirección te va a atacar, y debes bloquear su ataque con tu espada, o esquivar eludiendo el ataque hacia los lados o saltando. Cuando termina su barra de ataque hay un cruce de armas. Un brillo sube y baja por tu espada láser y, en el momento en que brilla más debes dar un empujón a tu rival (o un cabezazo o una patada) para ganar la posición.
Llega la hora de tu ataque. Tienes la duración de tu barra de ataque para golpear con tu láser o con la fuerza. Es sencillo aprender estas pocas normas, pero lleva tiempo manejarlas con soltura, y debes hacerlo ya que cada nuevo enemigo se desbloquea al ganar al anterior en un tiempo determinado. Llegar hasta Vader te costará unas cuantas peleas. Según vayas mejorando con los tiempos y los ritmos de ataque más satisfactorio será este modo de juego.
Como un Rancor en una cacharrería
Una agradable sorpresa es el modo Rancor Desbocado. Al estilo Rampage que de vez en cuando renace en algunos juegos (véase Transformers: La Venganza de los Caídos sin ir más lejos), esta gigantesca bestia llevará la destrucción a toda la galaxia muy muy lejana. Empiezas jugar cumpliendo objetivos en un tiempo determinado y, cuando vayas subiendo de nivel desbloqueas otros modos –como Cólera, una especie de Supervivencia- y escenarios.
Durante la partida destruyes la ciudad, te comes, aplastas o arrojas droides o humanos y luchas contra los soldados que intentan acabar contigo. Es una actividad bastante desestresante, pero tiene ese componente de subida de nivel que te anima a afinar la destrucción y no hacerla sin ton ni son.
Aunque es una mole de fuerza bruta, Rancor es capaz de cargar, aplastar el suelo que le rodea o de comerse a todo lo que se mueve para recuperar un poco de vida. Una vez más se demuestra que la destrucción ejerce un poderoso atractivo y es gratificante.
Que la Fuerza te haga bailar
Y llegamos al punto más candente de la polémica con el juego, el modo Baile Galáctico. Considerado por muchos seguidores como una ofensa similar a la aparición de Jar Jar Binks. Pero tiene, en el fondo, cierta lógica. Es una excusa para aprovechar la turbadora y desasosegante imagen de Leia vestida como esclava a los pies de Jabba el Hutt. Y, sobre todo, demuestra que el desarrollador y LucasArts se han tomado tan en serio ofrecerte todas las ventajas de Kinect que son capaces de bromear con la iconografía de la serie.
Cada tema se divide en dos partes. En la primera baila un personaje que acaba con una pose, lo que da paso a otro personaje. Así, puedes ver en la misma canción a Han Solo y a Lando Calrissian.
Claro que no todo el mundo será capaz de sonreír viendo a Han Solo bailar pasos con nombres como "Sólo disparó primero" o "abrazo de Chewie", pero Kinect Star Wars es un juego para todos y para todo momento. Es posible que incluso sorprenda la aceptación que tenga finalmente este modo, que funciona de manera similar a Dance Central.
No llega a la profundidad ni la exactitud del juego de Harmonix; por ejemplo, cuando equivocas un movimiento en realidad te lo indica un par de segundos después, y no exige la misma exactitud al seguir los pasos del personaje de la pantalla, pero está divertido y también te hace sentir que lo que bailas tiene cierta coherencia, aunque sea coherencia con esa broma que constituye en el fondo. Y te interesa hacerlo bien para conseguir los multiplicadores que te permitan conseguir más estrellas. Este modo no tiene entrenamiento, pero tampoco hay tantos movimientos como para que no te los aprendas a los pocos temas.
Está claro que nadie va a salir siendo un bailarín profesional, pero tampoco nadie logrará mover objetos con la Fuerza por mucho que juegue a Destino Jedi en todas las dificultades. Si superas la barrera de rechazo que puede suponer este modo verás que es bueno. Los temas son versiones de música actual adaptadas a personajes o situaciones de la serie. Los pasos de baile llevan nombres muy divertidos y no son especialmente difíciles. En una reunión de amigos es probable que triunfes echando un duelo de sable láser, pero también podéis pasar un buen rato y echar unas risas con Baile Galáctico.
Ni siquiera en este modo más distendido baja el estudio su intención de hacer que te superes. Si quieres más temas deberás superar los primeros; si quieres bailar en dificultad media o alta deberás demostrar tus cualidades en la más sencilla. Ojalá Jar Jar Binks hubiese estado tan trabajado.
Irregularidades en los gráficos, con unos vídeos muy trabajados
Gráficamente el juego muestra una irregularidad sorprendente. En general luce un buen aspecto, soberbio en ocasiones, pero de pronto hay elementos totalmente discordantes. El exuberante Kashyyyk tiene un aspecto excelente, pero sus principales habitantes, los wookies parecen a veces más revestidos de hojas secas que de pelo ( y sus animaciones no siempre son acertadas). Yoda está muy cuidado, pero otros personajes parecen simplemente resolver la situación como pueden. Un ejemplo de lo bien que sabe trabajar el desarrollador está en el vídeo inicial del modo Rancor Desbocado. No puedes saltarte casi ningún vídeo del juego pero, en este caso, paradójicamente te dan esa opción, aunque no aparece hasta que el vídeo está casi terminado.
Las caídas de frame rate se convierten en una constante de los vídeos del juego, sobre todo en las escenas de batallas en las que la pantalla se llena de naves que escupen fuego y tienen los cañones ardiendo.
El sonido es otro de los puntos más delicados del juego. Está doblado en un buen español; no se trata de las voces originales, pero funcionan con solvencia. En algunos puntos –pocos, eso sí- hay una desconcertante desincronización.
Casi todo el juego puede recorrerse solo o con un compañero. Por esta razón, siempre va contigo otro personaje, jedi o no, que maneja la inteligencia artificial si no lo controla un jugador real. Es otro de esos detalles que hacen que sea un buen juego, porque está hecho con mimo y cuidado.
Sin llegar a completar todos los deseos de aspirantes a jedis, Kinect Star Wars es probablemente el mejor juego que se puede hacer de la franquicia y constituye un compendio de la manera de aprovechar el dispositivo. Intenta adaptarse a todos los jugadores con inteligencia y buen hacer, de forma que cada uno encontrará algo que le satisfaga. También en los juegos reunidos había quien sabía jugar al backgammon, pero para otros muchos era un juego inconcebible.
Por separado ofrece buenas opciones, pero es en conjunto cuando todo cobra coherencia y sentido. Tiene algunos problemas de control, pero no se puede negar que es completo y con la profundidad deseada. La Fuerza ha llegado a Kinect.