Análisis de Kinect Adventures (Xbox 360)

Kinect Adventures es el juego que viene de serie con todos los Kinect que se vendan, hasta nuevo aviso, por lo que todos los usuarios de la nueva detección de movimiento de Microsoft tendrá oportunidad de probarlo y valorarlo. Se trata de un recopilatorio de minijuegos variados que parte de la premisa de familiarizar al usuario con Kinect, dándole un envoltorio de aventuras para hacerlo agradable para toda la familia. Aunque Adventures dista mucho de ser la compilación de minijuegos definitiva, sí ofrece cinco pruebas variadas y sin duda tiene éxito a la hora de "sumergir" a los nuevos usuarios, es decir, todo el mundo, en la experiencia de juego sin mando de Kinect.

Incluye cinco minijuegos, un número que puede parecer limitado a priori, pero cada minijuego tiene numerosas fases y niveles, de creciente dificultad, por lo que la variedad está garantizada, aunque obviamente el juego tiene sus limitaciones y se acaba haciendo algo corto. El primer reto que nos encontraremos, Carambola, es un viejo conocido. Se trata del primer minijuego con el que se demostró la tecnología de Kinect, aquel en el que golpeábamos una pelota contra un muro usando nuestros pies, manos y cualquier parte del cuerpo.

La versión final, Carambola, usa el estilo gráfico de Kinect Adventures, pero la idea sigue siendo la misma, hacer que una pelota -o varias al mismo tiempo- vayan derribando los objetos que están al final de la pared, en la profundidad, intentando que no se nos escape la pelota y así hacer cuantos más puntos posibles. El sistema de puntuación es, incluso, el mismo que el de la demo, puntuándonos por la cantidad de bolas que tengamos en pantalla, el ritmo al que vayamos destruyendo los obstáculos, y finalmente el tiempo que nos sobra en todo el proceso. Con cada nivel extra, va aumentando la dificultad, el número de objetos que tenemos que destruir, y disminuyendo el tiempo disponible para lograrlo.

Tapagrietas es un minijuego muy curioso. Estamos en una especie de pecera en el fondo del mar, y se acercan peces y demás fauna marítima creando grietas en el habitáculo, tanto frente a nosotros como a los lados, e incluso en el suelo. Nuestra misión es tapar las grietas con las manos y con los pies, moviendo nuestras extremidades frente la pantalla, reconociendo Kinect nuestros movimientos y de ese modo posicionando la mano o el pie en la grieta de turno para evitar que el agua comience a subir.

El minijuego es muy competente, detecta bien nuestros movimientos, y además se va complicando poco a poco. Lo que en un primer momento son grietas puntuales, luego va complicándose, con varias grietas al mismo tiempo, o dos, tres y hasta cuatro unidas entre sí, que tendremos que tapar poniendo nuestras manos y pies al mismo tiempo, como si se tratase del juego de mesa Twister. A medida que se complica se va haciendo más exigente, y resulta muy divertido.



Cosmoburbujas es otro muy original. Nos sitúa en una especie de entorno de gravedad cero, donde tendremos que movernos para atrapar unas burbujas que irán saliendo desde arriba, abajo y los lados. Tendremos que movernos de arriba a abajo en este entorno de gravedad cero, aleteando hacia arriba, como nadando, y agachándonos para bajar más rápido, y moviéndonos hacia los lados (todo nuestro cuerpo) para que nuestro personaje lo haga en el juego. Tras unos primeros segundos sencillos, entra en juego un eje más de profundidad, teniendo que avanzar y retroceder en nuestro espacio de juego para que nuestro personaje haga lo mismo en ese entorno de gravedad cero. De nuevo, con la idea de enseñarnos cómo funciona la detección de movimiento, se crea un minijuego divertido.



Los otros dos minijuegos son Río Abajo y Cumbre de Reflejos, y se han visto en más ocasiones, porque se han utilizado para mostrar las capacidades de Kinect.

Río Abajo, en inglés River Rush, se pensó que iba a ser un juego independiente en su momento. Estamos en una lancha, y bajamos por unos rápidos con la misión de conseguir todos los emblemas posibles y hacerlo en el menor tiempo posible. La lancha baja sola, evidentemente, y nosotros tendremos que controlar su dirección inclinándonos y moviéndonos hacia los lados, y también podemos saltar.



De esta idea sencilla, el minijuego resulta muy divertido gracias a la cantidad de niveles y a lo variados que resultan, y sobre todo por la existencia de varios caminos. Tendremos que tener reflejos para tomarlos, pues los caminos complicados llevan a más emblemas, y sobre todo tendremos que saltar a tiempo para poder ir de plataforma en plataforma. En las plataformas aéreas se encuentran gran cantidad de estos emblemas. El juego es bastante permisivo en la sincronización de estos saltos, y a veces se salta un poco las leyes de la gravedad al permitirnos saltar en el aire. Resulta divertido y es de los que más nos retan a mejorar.

Finalmente, Cumbre de Reflejos nos sitúa en una especie de recorrido en una plataforma, en la que tenemos que movernos para esquivar y saltar obstáculos y recoger emblemas tocándolos con las manos. Es quizás el minijuego más flojo de todos, pese a lo diverso y variado de sus escenarios, al exigir a veces demasiada sincronización o antelación en los movimientos, lo que puede llegar a frustrar a algunos. Aún así, se complementa bien con los otros, y nos exige que estemos atentos y nos movamos mucho.

A nivel gráfico y sonoro, Adventures simplemente cumple, con un apartado visual decente, con buenos escenarios en los minijuegos Cumbre de Reflejos y Río Abajo, aunque no abunda la variedad visual en éstos. En los otros minijuegos hay muchas más limitaciones, al estar en un escenario estático, mientras que el resto del juego en general tiene una buena producción detrás y un diseño artístico abierto, familiar, con ese toque aventurero. El sonido es tres cuartas partes de lo mismo, cumple con melodías bastante variadas y cuenta con efectos llamativos a veces.

En general, esta selección de minijuegos está bien, sin que haya ninguno que destaque por ser especialmente divertido, ni ninguno que desentone, aunque es cierto que el "carambola" o "ricochet" es el más simplón de todos. El problema está en que, pese a que cada minijuego incluye numerosas fases de creciente dificultad, el número acaba haciéndose demasiado escaso, y pese a las opciones multijugador que hay, estos minijuegos no son especialmente competitivos. Hay, de todas formas, un modo principal con bastantes retos y algunas recompensas curiosas.



Pero aunque Kinect Adventures no vaya a ser recordado como la mejor compilación de minijuegos jamás hecha para Kinect, lo cierto es que cumple con creces su objetivo de aportar a todos los nuevos usuarios del dispositivo una experiencia de familiarización con sus posibilidades que resulta abierta a todos los públicos y, como suele decirse, "para toda la familia". Cada uno de los minijuegos aprovecha una faceta de las posibilidades que la detección de movimiento de Kinect ofrece, nos ayuda a familiarizarnos con ella y en cierto modo a "entrenar" para otros juegos.