Análisis de Dust: An Elysian Tail XBLA (Xbox 360, PS4, PC, Switch, iPhone)
Si hay algo de lo que Xbox 360 puede presumir, es de tener un catálogo de juegos exclusivos para Xbox Live Arcade realmente envidiable. Títulos como Shadow Complex o los recientes Trials Evolution y Fez son un claro ejemplo de esto, al que ahora tendremos que sumar Dust: An Elysian Tail. Y es que la obra de Humble Hearts nos ha enamorado por completo de principio a fin, hasta el punto de no solo habernos parecido el mejor juego del Summer of Arcade de este año, sino uno de los mejores títulos que podemos encontrar en la plataforma.
En polvo te convertirás
El comienzo de la aventura es ciertamente desconcertante y consigue animarnos a querer seguir jugando para descubrir lo que ha ocurrido realmente. Tras una breve introducción jugable, Dust, nuestro héroe, despierta en medio de un bosque sin recordar absolutamente nada de su pasado ni sobre quién es. Junto a él se encuentra una espada parlante, Ahrah, quien dice haber acudido a su llamada. Acompañando a la espada está Fidget, una gatiélaga (una especie de mezcla naranja entre gato y murciélago) que dice ser la guardiana de Ahrah. Tras unas breves presentaciones, finalmente deciden emprender un inolvidable viaje para recuperar los recuerdos de Dust.
No os vamos a contar más de su argumento porque merece la pena descubrirlo por uno mismo, ya que este es un punto en el que se ha puesto mucho esmero. Los diálogos son una constante durante toda la aventura, y al contrario de lo que podríamos pensar por su estética, el guión trata temas adultos con mucha madurez, como la miseria y el horror de la guerra, la búsqueda de redención o incluso el propio racismo y el odio que trae consigo. A pesar de ello, también hay espacio para el humor, y no serán pocos los diálogos que conseguirán sacarnos más de una sonrisa. Mención especial en este sentido a Fidget, que parece saber que está dentro de un videojuego y nos soltará frases como "¡empieza a apretar los botones y lucha!" o "espero que hayas guardado la partida". Incluso se extrañará cuando nos vea meter una oveja más grande que nosotros en el inventario como si nada.
Los personajes también están perfectamente construidos y tienen mucha personalidad. Sin duda, Dust es el más interesante de todos y su evolución a lo largo de la historia es más que notable, aunque lo que más nos ha gustado es el equipo que hace con Fidget y Ahrah, ya que los tres forman un grupo de lo más particular.
El placer de combatir y explorar
En esencia, Dust: An Elysian Tail es un Metroidvania 2D puro y duro con muchas reminiscencias a algunas obras de Vanillaware como el fantástico Muramasa: The Demon Blade. Esto significa que tenemos un enorme mundo para explorar a nuestro gusto consiguiendo habilidades (nuevas magias, doble salto, la posibilidad de deslizarnos por el suelo, etc.) y llaves que nos permitan acceder a nuevas áreas a las que antes no podíamos ir. A diferencia de lo habitual, en este caso no hay un único mapeado con las diferentes zonas conectadas entre sí, sino que para acceder a las diversas regiones que lo forman tendremos que hacerlo desde un mapa general, muy al estilo de lo visto en el sobresaliente Castlevania: Order of Ecclesia.
Cada región está formada por diferentes pantallas repletas de secretos y tesoros. En nuestro caso se nos hizo realmente difícil seguir el camino principal del tirón, ya que por norma, cuando conseguíamos una nueva habilidad, sentíamos la imperiosa necesidad de revisitar zonas anteriores para descubrir lo que se ocultaba en los sitios a los que antes no podíamos acceder. Si habéis jugado algún Metroidvania, esta sensación seguramente os resultará muy familiar y sabréis lo que puede llegar a enganchar. Hay varios tipos de secretos, pero lo habitual es que se trate de cofres con tesoros y llaves. Como es de esperar, estas últimas sirven para abrir los primeros. Aunque también hay doce jaulas que encontrar y abrir (cada una necesita varias llaves) con un contenido muy especial que no os vamos a desvelar para no arruinaros la sorpresa.
Pero no todo va a ser exploración. Dust: An Elysian Tail tiene un componente de acción muy alto y estaremos casi constantemente encarando enemigos de toda índole. Por suerte, el sistema de combate es sensacional. Con X haremos el ataque básico, con Y giraremos la espada (si estamos en el aire nos pondremos a girar nosotros mismos de un lado para otro como una especie de torbellino destructivo) o realizaremos un combo si lo pulsamos después de X, con B usaremos las magias de Fidget y con los gatillos realizaremos movimientos de esquiva. También podremos hacer contras si golpeamos justo en el momento en el que un enemigo nos va a atacar y si realizamos una magia y la combinamos con el giro de la espada del botón Y, potenciaremos el ataque de la gatiélaga enormemente, provocando mucho daño a todo lo que se mueva por la pantalla y aumentando el número de nuestro contador de combo considerablemente.
Hablando de combos, mientras mayor sea el número que consigamos en el contador, más experiencia extra recibiremos, por lo que conviene intentar golpear todo lo seguido que podamos sin que nos toquen para no perder la cadena. Todo esto da como resultado un sistema de combate frenético, tremendamente fluido, con acciones fáciles de realizar, con unos controles muy intuitivos, donde el juego aéreo tiene mucha importancia. Además, nos encontraremos con una gran cantidad de diversos tipos de enemigos con sus propias debilidades, por lo que tendremos que averiguar la mejor forma de combatirlos. Unos solo pueden ser dañados con magias, a otros tendremos que romperles la guardia con una contra antes de poder dañarles, etc. Si encima le sumamos que cada escenario tiene sus propias características y peligros propios (pinchos, estalactitas que caen del techo, tormentas que nos empujan, plataformas móviles...) a los que estar pendientes mientras luchamos, se consigue la variedad suficiente de situaciones para que no nos aburramos de pelear.
La única pega que podemos tener en este sentido son los jefes finales. No esperéis encontraros monstruos gigantescos que ocupen toda la pantalla y con una gran cantidad de ataques que diferentes que esquivar. Aquí los jefes tienen un tamaño similar al nuestro y sus rutinas de ataque son muy poco variadas, con solo dos o tres ataques distintos y fácilmente memorizables. Además, muchos de ellos podremos matarlos simplemente saltando y haciendo el torbellino combinado con magia una y otra vez. Sin duda son lo más decepcionante de todo el título, aunque al menos se agradece muchísimo que los combates contra ellos tengan su sentido argumental y que no estén simplemente por estar.
También se han añadido varios elementos de rol, que aunque no son demasiado profundos, cumplen su función a la perfección. Cada vez que subamos un nivel recibiremos un punto que podremos invertir o en subir nuestra vida máxima, el ataque, la defensa o las magias de Fidget. Mencionar que estas mejoras se notan muchísimo, ya que no suben solo 1 o 2 puntos nuestras estadísticas, sino que pueden ser 50 o 100 del tirón. Además, tenemos un inventario desde el que podemos equipar un objeto consumible de uso rápido, mejoras para nuestra arma, una armadura, dos anillos y un colgante.
Un detalle que nos ha parecido muy interesante es el sistema de herrería. Al igual que en casi todos los juegos, podremos reunir materiales para fabricar piezas de equipo más poderosas de las que solemos encontrar en una tienda (siempre que tengamos el patrón correspondiente), pero se ha implementado de tal forma que no hará falta farmear un mismo material durante horas para conseguir los objetos necesarios. Cada vez que vendamos uno de un tipo en una tienda por primera vez, este se sumará al catálogo, por lo que podremos comprarlo cuando lo necesitemos. Las existencias son limitadas, pero se van reponiendo cada cierto tiempo.
En cuanto a duración y dificultad, tampoco podemos poner ninguna queja. Todo lo contrario. En normal nos durará unas 10 o 13 horas si vamos con prisas, sin atascarnos demasiado en los sencillos puzles que hay y atajando directamente con la historia principal. Pero si queremos pararnos a explorarlo todo y a conseguir el 100%, esta cifra puede pasar perfectamente de las 20 horas sin ningún problema. Además, hay un número bastante considerable de misiones secundarias por hacer y desafíos de arena que completar, por lo que no os va a durar una simple tarde, como por desgracia suele pasar con un buen número de arcades (independientemente de su calidad). Finalmente, la dificultad está muy bien medida, con varias opciones para ajustarla a las exigencias de cada uno. En fácil es un paseo por el campo, en normal es un reto digno pero no demasiado complicado, en difícil sudaremos la gota gorda y en el último nivel de dificultad sabremos lo que es el infierno en la Tierra.
Arte animado
Resumiendo rápidamente: Dust: An Elysian Tail es un juego gráficamente de 10. Decir que visualmente no tiene nada que envidiar a ese coloso de la animación 2D que es Rayman Origins, por lo que os podéis hacer una idea de lo bien que luce. Y al igual que este, no os fieis solo de las imágenes que acompañan este texto, ya que en movimiento gana enormemente. A unos escenarios vivos, recargados, variados, llenos de colorido, con innumerables detalles y con una dirección artística soberbia, hay que sumarle unas animaciones fluidas y naturales como pocas veces hemos visto en un juego de este tipo, unos efectos gráficos muy resultones, y unos efectos dinámicos de luces y clima estupendos, ya que en cualquier momento se puede poner a llover o a nevar, por ejemplo.
En la parte negativa, a pesar de que el diseño de los personajes a nivel artístico es muy bueno (principalmente son conejos y lagartos antropomórficos), la calidad del dibujo en las ilustraciones de las conversaciones o en los vídeos de anime, está algo por debajo de lo que esperábamos, especialmente en comparación con cómo lucen los personajes en el propio juego.
En cuanto al sonido, una fantástica banda sonora ambiental nos acompañará en nuestras aventuras, con temas que se adaptan excelentemente a los entornos que recorremos. Los efectos de sonido también tienen calidad de sobra, ya que son variados, claros y nítidos. El doblaje (en inglés con subtítulos genialmente traducidos al castellano) por su parte cuenta con algunas voces e interpretaciones que chirrían un poco, ya que a veces ponen tonos demasiado forzados, aunque en general nos ha gustado bastante y cumple su función a la perfección.
Conclusiones
Dust: An Elysian Tail es un juego que no puede faltar en vuestra colección de Xbox Live Arcade. Por solo 1.200 Microsoft Points nos ofrece una aventura que a nivel jugable, gráfico y de contenidos no tiene absolutamente nada que envidiar a muchos lanzamientos físicos. Dada su mecánica, puede que haya a quien se le haga un pelín repetitivo tanto combate, y que los jefes no estén a la altura, pero la diversión siempre está ahí, que al fin y al cabo es lo que cuenta y lo que buscamos en un juego. Una buena historia, unos gráficos dignos de una película de animación, un sistema de combate divertidísimo y muchos mapas por explorar, son las principales virtudes de un juego, que si bien no inventa nada, desprende personalidad, carisma, calidad y buen hacer por los cuatro costados. Imprescindible.