Análisis de Deep Black - Episode 1 (Xbox 360)
De la mano de Biart Company y producido por 505 Games llega a Xbox Live Arcade Deep Black: Episode 1, un shooter de acción en el que podremos cambiar los escenarios en tierra por el fondo del océano. Una propuesta que nos traslada al medio acuático para luchar, en el año 2047, por el bien de nuestra facción. Una propuesta diferente con la que tiros y una perspectiva futurista nos harán pasar un buen rato.
Aportaciones justas pero un medio interesante
De buenas a primeras podemos decir que Deep Black: Episode 1 no viene a descubrirnos nada en cuanto a jugabilidad, gráficos ni historia. Un buen inicio, con un artwork basado en el cómic, nos sumerge en una historia que, como hemos dicho, tendrá su arranque en el año 2047. La acción se desarrolla en torno a dos corporaciones, la conocida como Alianza Global, en la que se encuentran Europa, Estados Unidos y Australia contra un conglomerado de los países de África, América del Sur y parte de Asia llamada Gondwana. En el juego también tendrá su peso específico una corporación empresarial llamada Ishiguro-Himmel Systems, que trabaja con tecnologías de última generación. Protagonizando este título de acción en tercera persona guiaremos al Teniente Syrus Pierce, un militar retirado por una mala misión de infiltración que ahora volverá a las armas después de cierto tiempo fuera de servicio.
Esta pequeña introducción sobre la historia del juego nos deja bien visibles dos propuestas que el juego realiza. En primer lugar, el enfrentamiento entre naciones y corporaciones militares, un argumento bastante desgastado que para más inri se ambienta en un futuro no muy lejano. Trajes especiales, armamento pesado y misiones algo lineales que más adelante nos encargaremos de desglosar… como decimos… nada nuevo en el horizonte.
En segundo lugar podemos destacar algo que sí que nos ha llamado más la atención a la hora de jugar, el medio en el que nos movemos en la mayor parte de pantallas: el agua. El líquido elemento hace que este juego no se convierta en un arcade más y le prestemos algo más de atención.
Si algo era difícil es conseguir que el juego se moviese bien por debajo del agua y podemos dar fe de que lo consigue. Mientras los movimientos en los escenarios en tierra son más que discretos notaremos una propuesta trabajada en movimientos bajo el agua. Nuestro "submarinista" aprovecha el "nanotraje" para moverse rápido (con un propulsor que se agota si lo pulsamos seguidamente y recarga automáticamente), esconder armamento y permitirnos respirar sin salir a la superficie.
Jugabilidad arcaica en tierra
Tanto en los ataques terrestres como acuáticos tendremos que aplicar la mecánica de las coberturas para evitar que los diferentes enemigos nos acribillen a balazos. Los disparos a larga distancia cuando se está en cobertura dejan a la vista unos movimientos algo añejos -sobre todo en el caso de estar en tierra- un hecho que se repite a la hora del cuerpo a cuerpo, en el que se hace difícil, sea cual sea el enemigo, realizar la acción de disparar sobre este. En el caso del agua encontraremos una especie de robots llamados "drones" con los que podremos enfrentarnos en cuerpo a cuerpo mediante una cinemática que se activará cuando los tengamos cerca. Con un simple "machaque" del botón B podremos avanzar mientras este explota sin mayor preocupación.
En este sentido la presencia de tres modos de juegos nos permitirá aumentar –un poco– la dificultad del juego haciendo que los enemigos obtengan más resistencia aunque una vez interiorizado el modo de disparo no será difícil avanzar. Entre estos encontraremos desde humanos hasta toda clase de robots con, al menos, un cañón para abatirnos.
En nuestras manos contaremos con un arsenal que no destaca por su amplitud pero sí por ser efectivo frente a los enemigos. El abanico se despliega desde una pistola cuyas balas son infinitas a artillería más pesada que iremos recogiendo conforme la misión vaya avanzando. Metralletas, granadas, un arpón… armas comunes que podremos utilizar tanto dentro como fuera del agua. La interacción con algunos elementos de pantalla (abrir compuertas para inundar pantallas, cerrar válvulas para avanzar y arponear dispositivos para abrir rejas) se irá convirtiendo en algo rutinario que aporta poco conforme el juego avanza. De la misma manera la brújula que incorpora Deep Black hace que el juego –que ya de por sí es lineal– se convierta en casi una plataforma al saber en cada momento el lugar por el que tenemos que avanzar.
Gráficos bien resueltos
Puede que el apartado gráfico sea el que más destaque en este juego. Para no desvelar las diferentes partes del juego podemos decir que en el principio de nuestra aventura –cosa que será tónica general– los ambientes mezclan lo industrial en tierra con las bases submarinas bajo el mar. Así tendremos que conseguir infiltraciones en los territorios pensando siempre en eliminar de la forma más rápida a los guardias. El arpón será una buena arma para lanzar y atraer hacia nosotros al rival para terminar con él de una forma más o menos vistosa –que no controlaremos-.
La visión tanto fuera como dentro del agua se ha resuelto bien. Grandes estructuras, ambientaciones visuales destacables y un buen comportamiento gráfico de los elementos decorativos en el agua hacen que el juego sea agradecido a la hora de jugarlo. Asimismo podemos decir que las bases también están muy trabajadas convirtiendo el apartado gráfico en uno de los puntos más bien desarrollados del juego.
Un online para completar el juego
Jugando con el agua y una serie de cinco mapas de buena calidad gráfica, Deep Black también nos ofrece la posibilidad de demostrar nuestro buen hacer al mando del protagonista con un modo online en el que podremos realizar partidas rápidas o personalizadas pudiendo definir el tipo de mapa, el modo de combate, el límite de muertes y el límite de tiempo.
Después de realizar unas cuantas partidas podemos decir lo mismo que del juego. El online no tiene mucha más historia que la de aprovechar ciertas bondades gráficas para movernos combinando escenarios acuáticos y terrestres para acabar con el enemigo, que en este caso será humano. En el escenario, de igual forma, podremos recoger diferentes armas y utilizarlas para dar caza a los enemigos antes de que acaben con nosotros, un online al uso que no ofrece más hecho diferencial que el de movernos bajo el agua.
Conclusiones
Este primer episodio de Deep Black nos muestra una de cal y otra de arena a la hora de evaluarlo. Decir que es un gran juego no hace honor a la verdad ya que no aporta nada nuevo. Los puntos positivos del juego pasan por una mecánica de juego fácil de entender y una baza muy importante en el elemento del agua, centro absoluto de la jugabilidad en este sentido. Jugar con este concepto y el aliño que añaden los gráficos hacen que este Deep Black no sea un mal título pese a tener algunas carencias que le harán suspender en las manos de los más acostumbrados a esta tipología de género.
En la jugabilidad podemos decir que la tercera persona funciona, y bien, aunque los movimientos en tierra no son todo lo fluidos que deberían, de hecho se repiten hasta la saciedad, hecho del que el jugador se percata enseguida. De la misma manera los impactos son cambiantes y podemos encontrarnos con enemigos del mismo tipo que caen a los dos tiros o con un simple tirón de arpón hacia el agua y otros que son auténticos escudos humanos a los que ráfagas de tiros no hacen ni temblar.
Los 800 MSP que cuesta hacen que le podamos dar una oportunidad… gráficos y buena jugabilidad en el agua hacen que la balanza quede bastante equilibrada si bien algunos de los errores del juego son imperdonables.