Análisis de Dark Messiah of Might And Magic Elements (Xbox 360)
El mesías de la oscuridad se desmarca de los elementos que le hicieron llegar a lo más alto en su paso por Xbox 360.
Alberto Pastor ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
7
SONIDO
7.5
NOTA
7
DIVERSIÓN
7
JUGABILIDAD
6.7
Análisis de versión Xbox 360.
Lanzado a finales de 2006, Dark Messiah of Might & Magic se convirtió rápidamente en uno de los títulos más importantes de PC gracias al magnífico trabajo llevado a cabo por el equipo Arkane Studios, que aunaron a la perfección los elementos del género rol con la acción más intensa, todo aderezado por una ambientación de fantasía digna de mención. Ahora, tras más de un año desde su llegada a compatibles, Ubisoft nos trae esta revisión del título original añadiendo una serie de nuevos capítulos que complementan la historia principal del juego, algo que por desgracia pasa totalmente desapercibido por culpa del nuevo sistema de evolución de personajes diseñado para la ocasión.
Un mesías poco personalizable
Dark Messiah of Might & Magic, que en Xbox 360 ha recibido la coletilla Elements, se trata de un juego de acción en primera persona con toques del género rol en el que tendremos la oportunidad de recorrer un mundo en conflicto, como es la tierra de Ashan, mientras tratamos de cumplir los designios de nuestro maestro, el sabio Phenrig, que nos embarcará en la difícil misión de encontrar la Calavera de las Sombras. Con este objetivo en mente, nuestro protagonista, el aprendiz Sareth, iniciará un largo viaje en el que deberá demostrar su valía venciendo a decenas de enemigos dispuestos a poner fin a su prometedora carrera como aventurero. No obstante, nuestro héroe no estará sólo en su cruzada. Y es que aparte de los diversos personajes con los que se topará a lo largo de su misión, como la joven Leanna, Sareth también contará con la inestimable ayuda de Xana, una atractiva mujer que desde el interior de nuestro héroe actuará como si de su conciencia –a veces muy malévola- se tratara.
Con una base argumental y un desarrollo de la acción idénticos a lo visto en el original, si bien es cierto se han añadido unos cuantos niveles extra que alargan la duración del juego, el resultado final de esta adaptación no es el esperado. Y no lo es porque se ha simplificado en exceso la fórmula jugable diseñada por Arkane Studios hace más de un año. En este sentido, los elementos del género rol han desaparecido casi por completo, algo que no afecta únicamente a la falta de libertad a la hora de personalizar a nuestro avatar, sino que también perjudica notablemente al desarrollo de la acción, al limitarnos a recorrer los diversos escenarios del juego de una única forma posible dependiendo del personaje que controlemos. Huelga remarcar que en caso de controlar a un mago, por ejemplo, no podremos hacer uso del arco de cuerda que con el resto de personajes nos permitirá explorar los entornos con mayor precisión; pero igualmente, un guerrero no podrá usar los arcos para dañar a los rivales, aún cuando sí emplea esta arma para lanzar cuerdas.
Por lo tanto, antes de iniciar la aventura deberemos escoger la clase de nuestro héroe dependiendo del estilo de juego que deseemos desarrollar. De este modo, podremos optar por los combates cuerpo a cuerpo característicos de los guerreros, la lucha a distancia de los arqueros; el sigilo y los golpes letales de los asesinos, o las artes mágicas de los magos. El problema, a diferencia de lo visto en PC, es que en esta ocasión el desarrollo de estos personajes es totalmente lineal, es decir, que nosotros no vamos a decidir cómo desarrollar las habilidades de nuestro avatar. Conforme vayamos eliminando enemigos, cumpliendo objetivos, o encontrando zonas secretas, adquiriremos una serie de puntos de experiencia que a la larga nos permitirán subir de nivel. Tras este momento, en vez de entrar en el clásico menú o árbol de habilidades en el que escoger las opciones que mejor nos convengan, el juego asignará automáticamente todos los puntos obtenidos a las estadísticas de nuestro combatiente, y nos recompensará con una habilidad o característica especial. Lo peor es que aparte de limitar de forma drástica todas las opciones referidas a la personalización de nuestro héroe, también se ha limitado el arsenal que podrá llevar equipado.
Como veíamos anteriormente, dependiendo del personaje seleccionado, éste podrá o no hacer uso de determinadas armas. De este modo, el guerrero no podrá usar los arcos, del mismo modo que un arquero no podrá usar los báculos de los magos. Pese a este detalle, sí es cierto que durante nuestros viajes nos encontraremos con diversos objetos como pociones de toda clase, o pergaminos mágicos, que permitirán a nuestro héroe desarrollar un estilo de combate o defensa algo distinto al de su clase. Por lo tanto, en determinadas situaciones, con los pergaminos adecuados, podremos lanzar potentes conjuros usando a un guerrero, o fortalecer nuestra piel con una poción mágica. También en todo momento podremos recoger todo el equipamiento disponible en el juego, ya que aunque no podamos llevar todos estos objetos, sí se irán añadiendo a un inventario de equipo de colección que sin influir a nivel jugable en ningún aspecto, sí al menos potencia en cierto modo el aspecto de exploración. Eso sí, hay que remarcar que durante gran parte de la aventura, aún adentrándonos en zonas secretas, nos encontraremos una y otra vez con el mismo tipo de objeto, lo que al final puede lograr que terminemos hartos de estas búsquedas (las reliquias, no obstante, sí suponen un desafío más interesante).
El entorno es un arma
Con este nuevo enfoque, mucho más simple que el del título original, Dark Messiah en su paso por Xbox 360 sigue manteniendo los espectaculares combates contra decenas de enemigos en una importante variedad de localizaciones. En este sentido, hay que remarcar en primer lugar que el sistema de control, así como la interfaz diseñada para la ocasión, resulta de lo más intuitivo, ya que controlaremos toda la acción con suma facilidad desde el primer momento. No en vano, gracias al sistema de accesos rápidos a los objetos o habilidades de nuestro héroe, podremos cambiar constantemente el equipo o los movimientos de nuestro avatar en cuestión de segundos, algo que se agradece enormemente en determinadas situaciones.
Y es que como ya ocurriera en el original, en Dark Messiah las batallas podrán resolverse de muchas formas distintas ya que el entorno será un elemento más a tener en cuenta. De este modo, en determinadas situaciones, podemos pegar una patada a un enemigo para que caiga por un precipicio o se queme en una hoguera; disparar con las flechas a una estructura inestable para que, tras derrumbarse, aplaste a los contrarios; golpear con fuerza a un enemigo y ver cómo en su retroceso se ensarta en algunas de las muchas trampas con pinchos que pueblan los entornos por los que avanzaremos, etc. Por supuesto, tampoco podemos olvidar los movimientos especiales que podrán realizar nuestros personajes, o el variado repertorio de poderes mágicos con el que contaremos, ya que habrá conjuros de lo más interesantes. La variedad de enemigos también resulta digna de mención, ya que nos encontraremos con muertos vivientes (a los que venceremos de forma distinta al resto), arañas, orcos, soldados con espadas o arcas… más algún que otro jefe final que dotarán de variedad al desarrollo de la acción.
El diseño de niveles también resulta digno de mención, ya que aunque la mayoría de los mismos son bastante lineales, los puzles que nos complicarán el avance en determinados momentos lograrán que la sucesión de combates sea más llevadera. Por supuesto, no estamos ante un título en el que vayamos a devanarnos los sesos buscando respuestas a complicados acertijos, pero sí al menos estos desafíos han sido planteados de tal forma que deberemos explorar a conciencia los entornos en busca de las llaves o palancas que nos abran el camino, o determinados elementos del entorno con los que tendremos que interactuar para sortear los obstáculos.
En conjunto, este sistema de juego resulta de lo más divertido y emocionante, ya que como decimos, pasaremos de disputar intensos combates contra varios enemigos a la vez, a recorrer oscuras catacumbas en busca de valiosos tesoros. En este sentido, nadie debe dejarse engañar por el nivel introductorio del juego, ya que a todas luces resulta mediocre por presentarnos unos enemigos absolutamente estúpidos, unos puzles extremadamente sencillos, y un diseño de los entornos en general algo pobre. Tras superar este escollo, comenzaremos a descubrir poco a poco las virtudes de esta obra de Arkane Studios, ya que conforme más avancemos en la aventura, mejores niveles y desafíos nos encontraremos.
Altibajos
A nivel técnico esta adaptación no resulta tampoco excesivamente brillante. Por un lado, nos encontramos con el motor gráfico Source, creado por Valve para su exitoso Half Life 2, que si bien a día de hoy sigue siendo un gran ejemplo a seguir por los buenos entornos y modelados en los personajes que presenta, ya no resulta tan espectacular como otros exponentes del género. El problema, sin embargo, radica en las ralentizaciones con las que nos encontraremos en determinadas situaciones, que lograrán en más de una ocasión entorpecer de forma considerable el juego. También existen determinados errores gráficos, como el ver objetos que rompemos desaparecer delante de nuestros ojos, que restan un cierto atractivo al juego. Aún así, algunas de las localizaciones por las que nos moveremos son espectaculares, así como la aparición de determinados enemigos, que nos pondrán las cosas verdaderamente difíciles. También, como reflejábamos con anterioridad, la variedad de entornos por los que nos moveremos resulta digna de mención, sobre todo porque pasaremos de combatir en zonas al aire libre, a adentrarnos en misteriosos templos, o siniestras catacumbas.
El modelado de los enemigos y personajes con los que nos encontraremos resulta correcto, sin sorprender en exceso, del mismo modo que los efectos de luces y sombras, que aún no estando al nivel de otros títulos, cumplen a la perfección con su cometido. No en vano, pese a todas las virtudes o acabados positivos comentados, el hecho de que el juego cuente con errores gráficos y ralentizaciones tan importantes desmerece por completo todo el trabajo llevado a cabo por el equipo de desarrollo. Y lo mismo se podría decir de la inteligencia artificial de nuestros enemigos, que aún presentando una serie de comportamientos de lo más interesantes, como el hecho de que busquen el respaldo de sus compañeros, o que supliquen por su vida o escapen si ven que no están en condiciones de ganar; que todavía haya enemigos que en sus ataques pasen por encima de fogatas prendiéndose fuego a ellos mismos resulta de lo más criticable. Por último, en cuanto al apartado sonoro, hay que destacar el buen trabajo llevado a cabo en el doblaje al castellano del juego, así como a las melodías que nos acompañarán a lo largo de la aventura, ya que se adaptarán a la perfección a las distintas situaciones en las que nos veamos envueltos.
Otro de los apartados que más han sufrido este paso a Xbox 360 es el multijugador de Dark Messiah, que presenta serios problemas de rendimiento. Por un lado, las ralentizaciones y la menor calidad de los gráficos que se nos presenta en esta vertiente jugable del título de Arkane Studios, pero también los problemas con los servidores y la aparición del tan temido lag, que hará que en más de una ocasión las partidas contra otros usuarios (no muy activas de momento) sean insufribles.
Son todos estos aspectos, unido a la importante reducción de los elementos del género rol, los que merman la calidad de este título que tan buenos resultados cosechó en compatibles. La historia, la ambientación, y su gran sistema de combates siguen siendo aspectos francamente buenos que sin duda encantarán a los aficionados al género, pero el hecho de que se haya eliminado de un plumazo la libertad de personalizar a nuestro avatar, con todo lo que ello conlleva, así como los problemas técnicos con los que cuenta el juego, hacen que su compra no sea tan recomendable. Sin ningún tipo de duda, quien esté interesado en este juego y cuente con un PC, debería hacerse con esta versión por todas las posibilidades que ofrece. El resto se encontrarán en Dark Messiah of Might & Magic: Elements simplemente con un buen título de acción.
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