Análisis de Blazing Angels 2: Secret Missions of WWII (Xbox 360, PC)

Los apasionados del mundo bélico saben bien que las batallas aéreas de la II Guerra Mundial marcaron un hito dentro de la historia de la aviación, y no es, desde luego, el título que nos ocupa ahora el primer intento de rescatar ese elemento, empezando por el simple hecho de que es una secuela del original, un título que despuntaba en diversos aspectos gracias a notables virtudes, pero que se mostraba irregular en otros. Ahora, Blazing Angels 2: Secret Missions of World War II apuesta por la misma fórmula que el anterior juego, pero depura el diseño en muchos aspectos.

Así, por ejemplo, Blazing Angels 2 cuenta con un rango de misiones bastante amplio y variado, siendo cada una de ellas de una extensión considerable gracias a que nos plantea diversos objetivos a los que hacer frente, componiendo una campaña para un jugador de una muy buena duración. Algunas de las misiones que se presenten al jugador van a proponer planteamientos bien diversos, como tener que proteger objetivos en vez de dedicarse, simplemente, a hacer que explote todo lo que se mueva. Una de las primeras misiones del juego, sin ir más lejos, nos obligará a usar la radio para localizar un submarino que está siendo atacado por aviones enemigos, y, una vez encontrado, protegerlo. También es posible que se nos indique que hay que atacar objetivos específicos, o realizar algunas acciones muy concretas, dentro de un conjunto de la misión mayor, de manera que todo el diseño de niveles va a aportar un buen ritmo de juego.

Además, no todo va a basarse en dedicarse a freír a disparos a los enemigos, ya que en determinadas situaciones tendremos que recurrir al ingenio y a la habilidad para conseguir que se estrellen, engañándolos, mareándolos, para provocar, en definitiva, el error en el enemigo. O también nos podemos ver obligados a eliminar a los enemigos en pleno territorio hostil intentando que no se desaten las alarmas y saquen todos sus pesos pesados contra nosotros.

Parte del encanto del título surge de su planteamiento alejado de una visión historicista estricta del conflicto, gracias a lo que se nos permitirá controlar aviones imposibles de ver en la década de los años 40. Podemos entender que el título juega un poco a hacer "historia-ficción" (aunque de una manera bastante comedida, pese a todo, y buscando siempre una coherencia y verosimilitud importantes), o bien que nos propone prototipos muy arriesgados para la tecnología de la época.

El juego prescinde de los personajes de la primera entrega, para ponernos en el pellejo del capitán Robinson, que tendrá que afrontar algunas peligrosas misiones que decidirán la historia del mundo tal y como lo conocemos, como atacar una base militar alemana donde los nazis están preparando armas de altísima tecnología. Pero también proteger objetivos civiles en territorio americano, o el ya citado ejemplo del submarino. Todo ello combinado y aderezado con el ataque a zepelines e incluso a armas de pura ciencia-ficción, como máquinas de Tesla. En total, vamos a tener dieciocho misiones diferentes en el modo campaña, lo que representa una cantidad bastante elevada de objetivos a los que hacer frente, y un buen puñado de horas de juego para los solitarios.



Habrá que tener en cuenta, sin embargo, que la dificultad del juego resulta un tanto escasa en ocasiones. Esto se ve favorecido, por ejemplo, por el sistema de armas secundarias, que incluye, por ejemplo, varios tipos de misiles guiados o la opción de usar las llamadas bobinas tesla, armas de corte defensivo que generan una descarga eléctrica alrededor del avión dándonos una invencibilidad temporal. En líneas generales, es muy fácil conseguir repuestos de las armas secundarias, por lo que el armamento potente no suele escasear, y eso hace que la experiencia de juego sea, en definitiva, como decíamos, demasiado fácil en muchas ocasiones. Eso sí, esto no significa que el juego sea así en todas las situaciones, ya que el objetivo de la misión no siempre implica reventarlos a todos, y eso da mucha más tensión a ciertos momentos.

Parte esencial en el desarrollo de la historia es la introducción de mejoras en nuestro avión con los puntos que ganemos en las diferentes misiones, de manera que poco a poco iremos consiguiendo acceder a las diferentes mejoras de los aviones disponibles en el título, tanto en el campo del armamento, como la defensa o capacidad de manejo. En este sentido, hay que señalar que Blazing Angels 2 presenta múltiples aviones, como el SpitfireI, el A6M Zero, o el Go 229, combinando, por tanto, aviones de combate real con prototipos que no fueron empleados. Como ejemplos, bien valen el ya mencionado Go 229, modelo de ala volante que no entró en combate, o el británico Vampire, que se empleó por las fuerzas aéreas del Reino Unido en la década de los 50. Por supuesto, habrá también aviones japoneses, como J7W Shinden, por lo que el surtido es bastante amplio. Eso sí, teniendo siempre presente que estamos ante un juego de corte arcade, muy alejado de los planteamientos propios de un simulador.

Como es de esperar, el juego presentará incluso batallas contra jefes finales, siendo los momentos más intensos del desarrollo de la partida, pese a que tampoco tienen una dificultad excesivamente elevada. Entre los enemigos destacará el clásico zepelín gigante, que no puede sino recordarnos en cierto modo a las recreativas de matamarcianos de los años 90. En estas luchas será bueno tener, con todo, todas las herramientas disponibles, incluyendo los aviones de apoyo que vendrán a encargarse de los enemigos, además de aprovechar convenientemente los puntos de salvado, que repararán a nuestro avión de manera automática.

El juego se adapta muy bien al mando de control de las consolas, resultando natural y accesible, mientras que en PC, la combinación de teclado y ratón es más que suficiente para obtener buenos resultados, aunque creemos que el uso de un mando de juego tradicional, o un joystick, aliviarán mucho la experiencia de juego, haciendo de ésa quizá la opción más recomendable. Si optamos por usar el ratón puede costar un poco acostumbrarnos, pero una vez hayamos dominado el esquema de control creemos que los problemas serán mínimos, y en el peor de los casos siempre se podrá optar por controlarlo exclusivamente con el teclado.



La vertiente multijugador de Blazing Angels 2 aporta una intensa experiencia de combate. Así, en el modo Solitario, jugaremos por nuestra cuenta y riesgo, con el objetivo de derrotar a todos los demás jugadores, mientas que en el modo cooperativo tendremos que luchar en equipo contra los enemigos controlados por la máquina. Por último, el modo escuadrilla es quizás el más intenso, al dividir a los jugadores en equipos que se enfrentan entre sí, lo que se puede disfrutar tanto en red local como a través de Internet.

Cada uno de los modos multijugador incluye varios estilos de juego, de manera que las opciones en ese campo son muy amplias en realidad. En Solitario tendremos el combate cerrado (que es el clásico todos contra todos), el póquer de ases y, finalmente, buscar y destruir. En el cooperativo estarán kamikaze (en el que tenemos que proteger la base de ataques suicidas), la campaña (que da acceso a las misiones para un jugador) y escaramuza, que prescinde de limitaciones temporales y sin objetivos fijados. Por último, en Escuadrilla, tendremos el combate cerrado de un equipo contra otro, el asalto (en el que unos atacan y otros defienden), un modo kamikaze, otro de capturar la bandera y uno por objetivos para los equipos, llamado batallas épicas. Por tanto, queda claro que la vertiente multijugador se ha cuidado mucho, y es uno de los aspectos más importantes de este título.

El juego luce muy bien, aunque sin llegar a los niveles técnicos más elevados de algunos de los títulos recientes para las consolas. Los diseños de los aviones son muy realistas y sólidos, moviéndose con suavidad sobre entornos complejos llenos de detalles en muchas ocasiones. Destaca, por ejemplo, la posibilidad de personalizar los patrones de color de los aviones, pero, más que eso, claro, las explosiones y efectos visuales, que no se ven afectados por muchos enemigos que llegue a haber en pantalla, mostrándose incluso a 1080p. Todo resulta muy consistente, y es de agradecer, aunque en PC la cosa puede ser un poco diferente, al haber mucha diferencia entre explotar a fondo nuestra máquina o tener un ordenador poco potente, como es de esperar. Quizás el trabajo de optimización sea mejorable, pero en cualquier caso resulta igualmente sólido, consistente y agradable a la vista.

En una línea similar está el aspecto sonoro, con efectos de sonido contundentes, sobre todo en el uso de armas, y el doblaje a nuestro idioma del juego, que incluye bastantes líneas de diálogo, sobre todo en las secuencias entre misiones. No son los mejores intérpretes del mundo, pero realizan un trabajo a la altura de las voces originales inglesas, ayudan a introducir al jugador en la historia del título, y se ven acompañadas por composiciones bastante acertadas.

Desde luego, Blazing Angels 2 corrige las carencias de su predecesor y mejora la fórmula jugable en casi todos sus aspectos. La presentación del título es muy acertada, con buenos gráficos y un sonido más que competente, que va a acompañar a una acción en ocasiones frenética y en otras más tensa, dando buena muestra de que el juego presenta situaciones variadas que ayudan a mejorar la experiencia para un solo jugador. El multijugador, por su parte, se desvela intenso y divertido, gracias al rápido ritmo de juego y el amplio abanico de opciones disponibles, hasta tal punto que quizás sea el punto fuerte del título.