Análisis de Barrio Sésamo: Érase una vez un Monstruo (Xbox 360)
Que lo que mejor se le da a Kinect, de momento, son los juegos de baile y de pruebas deportivas, no hay duda, pero parece que también se está especializando en otra clase de títulos, destinados a un público infantil. Propuestas como los dos Kinectimals, el reciente Disneyland Adventures y este Érase una vez un Monstruo, son juegos ideales para los más pequeños de la casa, tanto por su contenido como por su calidad, algo que a veces se olvida en este tipo de productos.
Con la excusa de que a quienes van dirigidos niños pequeños que supuestamente todavía no son capaces de apreciar ni diferenciar un trabajo bien acabo y hecho con respeto, de uno hecho de cualquier manera y con poco cariño, a lo largo del año van apareciendo numerosas propuestas de muy discutible calidad. Pensar en cualquier serie de dibujos animados de moda, película o cuento infantil, y seguro que ya contará con alguna adaptación a videojuego, y muy posiblemente, no sea un gran producto, aunque sí puede que entretenga a los niños, igual que lo podría hacer una caja de zapatos o una pelota…
Pero da gusto encontrar videojuegos que aunque orientados exclusivamente a un público infantil, un adulto puede apreciar que están bien hechos, tanto en sus apartados técnicos y artísticos como jugables, y que no son un sacacuartos hecho con prisas y sin ganas para aprovecharse de una licencia. Cuando nos enteramos de que Double Fine, el estudio fundado por el popular diseñador Tim Schafer, artífice de obras tan legendarias como Maniac Mansion, The Secret of Monkey Island, Grim Fandango, y que con su actual equipo han realizado títulos tan originales como Psychonauts y Brütal Legend, iban a estar detrás de un juego de Barrio Sésamo, no fuimos pocos los que nos sorprendimos, pero a la vez pensamos, que seguro sería un título infantil más que digno, y no nos equivocamos.
Sesame Street, conocida en España como Barrio Sésamo, es una serie de televisión estadounidense dirigida a los niños que existe 1969, y que se sigue emitiendo en la actualidad, todo un logro. Dirigida a los niños en edad preescolar, no solo se contenta con entretenerlos, sino que también contiene un fuerte componente educativo, algo de lo que también se nutre este juego. Coco, Epi y Blas, la Rana Gustavo, Triqui el monstruo de las galletas, El Conde Draco, personajes mundialmente conocidos y creados por la factoría de Jim Henson, conocidos en nuestro país como los Los Teleñecos. Aunque en 2004 The Walt Disney Company compró los derechos de estos para su explotación, no pudo hacerse con los de Sesame Street, que pertenecen a la marca Sesame Workshop, por lo que se puede decir que la familia Teleñeco ha seguido dos caminos distintos.
Aquí tenemos como absolutos protagonistas del relato a Elmo y el Monstruo de las Galletas, a los que nos encontraremos nada más iniciar el juego en un vídeo de imagen real, y que nos invitarán a adentrarnos en un cuento y mundo protagonizado por monstruos. De todo el enorme universo de Sesame Street se ha decidido apostar por los monstruos, todo un acierto dada la peculiar y excéntrica personalidad que suelen tener los títulos de Double Fine, que han congeniado de manera estupenda con este particular mundo, tanto que parece que lo podrían haber creado ellos mismos.
Una vez dentro del cuento de Érase una vez un Monstruo lo primero que nos llamará la atención es el genial y cuidado doblaje al castellano, contando con las voces que doblan habitualmente a estos personajes en nuestro país. Ya no solo es que consideremos que estamos ante un buen doblaje para tratarse de un juego infantil, sino que si lo extrapolamos a cualquier videojuego, nos parece un doblaje sobresaliente, muy cuidado. Esto permite que te introduzcas de manera perfecta en su propuesta, y a los más pequeños les parecerá como estar viendo su programa de televisión, pero en este caso interactivo.
Nos encontramos dentro de esta gran historia de los monstruos, con seis cuentos distintos, que serían como los capítulos, que contienen las distintas pruebas, unas cinco o seis cada cuento. Los propios menús de selección de capítulos y pruebas son un libro, en el que tenemos que pasar páginas, seleccionar marcadores y tirar de los dos extremos para entrar en uno de los cuentos, un menú bastante sencillo e intuitivo para un público infantil.
Comenzamos con la Fiesta de cumpleaños, un relato que comienza al encontrarnos al pobre Marco solo en el día de su cumpleaños. Primero tendremos que jugar una prueba en la que imitamos distintas posturas. Luego un minijuego de ir avanzando hacia delante por un bosque, saltando obstáculos, agachándonos para no chocarnos con las ramas, inclinando ligeramente los hombros para movernos de izquierda a derecha, y mientras recogiendo ítems. Tras esto pasaremos por una prueba de poner distinta ropa a un monstruo, después volaremos hasta lo alto de un árbol acompañados de Coco agitando los brazos como si fuéramos un pájaro, tocaremos el tambor en una prueba musical, y por último tendremos una prueba de baile, en la que debemos imitar los movimientos de los personajes en pantalla.
Aquí acaba este cuento, en pruebas de tres o cuatro minutos como mucho, y que luego se vuelven a repetir de diferentes maneras, por ejemplo la de volar, de avanzar y de vestir, con ligeras variaciones, pero básicamente iguales. Siempre permite participar dos jugadores, algo importante, y además en mitad de una partida. El juego no usa en ningún momento texto alguno, y simplemente con el sonido y las imágenes se las apaña y muy bien para explicarnos lo que debemos hacer en cada momento. Incluso hasta si nos hemos movido del área de juego de Kinect, de manera graciosa e inteligente sus personajes nos lo dicen, pidiéndonos que nos acerquemos, que nos alejemos o lo que corresponda.
Tras este cuento tenemos De semilla al cielo, en el que tenemos que ayudar a Shelby a limpiar el jardín y dejarlo como nuevo, en minijuegos de eliminar las malas hierbas, de recoger basuras y encestarlas en cubos, o de plantar semillas y regarlas. En Seamus el valiente tendremos que ayudar a este personaje a crear una obra de teatro, en Tener y abrazar hay que conseguir que Grrhoof acepte ser quien es y se haga amigo de los Puffalope, en Ricos y peludos montas una banda de música con Tallulah, y Monstruos en el cielo es el cueto que concluye el juego, comenzando con un viaje en trineo y finalizando con un resumen de todo lo vivido hasta el momento.
Además de pruebas de bailar, de imitar gestos, de limpiar con agua a los personajes, recoger objetos, dar de comer a unas criaturas, o afinar unas flores musicales, todo pruebas realizadas con el movimiento de nuestro cuerpo, hay momentos en los que se usa la voz. Por ejemplo para decir el nombre de algún monstruo y llamar su atención, una prueba muy graciosa en la que tenemos que interpretar distintos pedazos de una obra y luego nos escuchamos con la voz distorsionada, y sin duda se ve un potencialmente tremendo al uso del micrófono de este dispositivo, que esperemos se comience a usar más.
Algo que nos ha encantado, ya que aunque su colorido, simpáticos sonidos y los movimientos que nos obliga a realizar, son suficientes como para llamar la atención de un niño y tenerle delante de la pantalla, los valores que enseña son dignos de elogio. En vez de apostar como otros juegos infantiles por enseñar temas 100% educativos como las matemáticas, o valores un tanto manidos como el ecologismo, aquí de una manera muy inteligente se apuesta por los valores de la amistad, la cooperación y el trabajo en equipo, el respetar al diferente, el aceptarse a uno mismo tal y como es, y un largo etcétera, siempre de manera sutil y no invasiva, sin tratar al niño por tonto. Por ello, los padres pueden estar muy tranquilos con dejar a su hijo delante de este título, ya que no solo se divertirá, sino que también aprenderá buenos mensajes.
Los seis cuentos se pueden acabar en unas tres horas, pero en cada una de las pruebas dependiendo de cómo los hagamos, se pueden obtener hasta cinco estrellas, que son un motivo para rejugarlas. En cualquier caso esto no es problema para un niño, que si es capaz de ver su película favorita de dibujos animados una y otra vez sin cansarse nunca, estamos seguros que podrá jugar mil y una veces a la gran cantidad de pruebas de este título sin aburrirse.
Los gráficos son excelentes y cumplen con su cometido a la perfección, no son un prodigio de la técnica claro, pero recrean a los monstruos y su peculiar pelaje con mucho detalle y con unos buenos modelados, en unos entornos llenos de detalles y sobre todo colorido. Aunque si en algo destaca en general es en su diseño artístico, muy coherente y cuidado, de lo mejor que hemos visto en un juego de este tipo. En el apartado sonoro, ya hemos hablado del perfecto doblaje al castellano, pero es que la música no le anda a la zaga. Unos melodías muy bonitas, con temas simpáticos y alegres en las fases musicales, y hay algún tema en concreto, como el de los créditos, que nos parece precioso, ya dejando a un lado que se trate de un título infantil o no.
En resumen, un gran juego para el público infantil, para el que a veces cuesta encontrar propuestas de calidad, demostrando que Kinect es una herramienta muy apropiada para este tipo de títulos. El hecho de prescindir de un mando hace que pueda jugar un niño de casi cualquier edad, a lo que se suma el buen hacer de Double Fine a la hora de realizar una buena historia, que desprende alegría y simpatía, con buenos valores, y unas ideas jugables muy sencillas y accesibles para los más pequeños. Esto lo redondea su vistoso apartado visual y sonoro, y la verdad, deja en muy mal lugar a las decenas de títulos orientados al mercado infantil que salen cada año, muchas veces un tanto descuidados. Una manera perfecta de iniciar a los más pequeños en este apasionante ocio.