Análisis de Pokémon Rumble WiiW (Wii)
Los pokémon regresan a WiiWare con un juego bastante curioso en su planteamiento: Pokémon Rumble nos propone controlar a un grupo de muńecos pokémon en su lucha contra otros, recorriendo laberintos y haciendo frente a un montón de enemigos.
La propuesta es original, pero se desinfla rápidamente. Por un lado, el planteamiento de controlar no un pokémon sino un muńeco de un pokémon realmente podría haber dado juego para incluir algunas modificaciones de relevancia, pero parece que se limita a ser una simple excusa para reciclar los limitados diseńos de estas criaturas que se utilizaron en Pokémon Ranch (desarrollado por el mismo equipo: Ambrella).
Es decir, el hecho de que los pokémon que aparecen aquí sean trasuntos de los mismos no aporta realmente nada.
Estéticamente, con todo, es curioso, y los diseńos no son tan horribles dada la cámara (perspectiva y distancia entran en juego), pero es una pena que no se haya trabajado -aunque fuese un poco- en este campo. Los muńecos de pokémon que manejamos luchan de manera directa, olvidándose de los turnos, magias y técnicas clásicas de la saga de rol principal para ofrecernos un título de acción directa mucho más cercano a repartemamporros al uso que a la saga Pokémon, de manera que el planteamiento puede resultar atractivo a los jugadores.
Pokémon Rumble propone un control sencillo que permite ser jugado con el mando remoto en horizontal, el mando clásico de Wii, o el mando de GameCube, pues basta con usar la cruceta para movernos y dos botones para ejecutar las acciones del juego. No hay mucha profundidad en sus combates, lo que es un paso atrás en la saga, pues debemos tener en cuenta que, por mucho que le pese a sus detractores, las posibilidades de personalización, progreso y demás elementos de los Pokémon de rol le confieren una jugabilidad profunda y elaborada. Pese al cambio de género a la acción, esto no tendría que haberse perdido, sino transformado. En cambio, nos encontramos una jugabilidad limitada y repetitiva.
Empezamos controlando a un Rattata bastante inútil, pero consciente de su incapacidad para ser un muńeco pokémon fuerte. Eso no será un impedimento para sus aspiraciones a la lucha de estilo battle royale que se le viene encima. Como él solo no puede, confía en que con amigos sí, de manera que irá reclutando a nuevos muńecos de pokémon, que nos encontraremos en los seis niveles diferentes que componen el juego. Para que nuevos muńecos pokémon se sumen, primero habrá que vencerles, consiguiendo así cada vez bichos más poderosos, teniendo en cuenta que sus estadísticas no progresan. Nos vamos haciendo así con una importante colección de pokémons, pudiendo cambiar sobre la marcha cuál controlamos (la acción no se para en este proceso).
Hay que tener en cuenta, además, que los pokémon que se van sumando pueden tener diferentes características, en la medida en que todos cuentan con un poder especial, y éste puede ser diferente en dos pokémon idénticos: pero no podemos saber cuál es su poder especial de antemano, así que el cambio es a ciegas. Los pokémon sólo tienen dos ataques diferentes, cada uno asignado a un botón, por eso la variedad de criaturas es importante, y teniendo en cuenta cuál es nuestro estilo de juego podemos usar ataques a distancia, cuerpo a cuerpo, etc.
El problema está en que una vez hemos superado los seis niveles y ya le hemos dado un repaso a los pokémon, sólo podemos volver a empezar esos mismos seis niveles, una y otra vez. Incluso cuando hemos visto ya a los 151 originales y pasamos a Sinnoh… los mismos seis niveles regresan. Es muy repetitivo, ya que no hay variación de ningún tipo, salvo el tipo de enemigos que hay pululando, por lo que no sólo el combate es repetitivo y limitado, sino que también lo son los escenarios y niveles. El único incentivo es ir recolectando pokémon diferentes, pero esto sólo puede mantener el interés durante un tiempo limitado; luego, el juego no puede disimular sus limitaciones.
Además, el juego tiene carencias también en sus modos de juego, que podrían haber ayudado a hacerlo más llevadero, como multijugador en línea. Cuenta con multijugador local, pero lo cierto es que no hay razón objetiva para no haber incluido multijugador en línea y potenciar esa línea de diversión, dado que para un único jugador es tedio en estado puro.
Los gráficos, como decíamos, son limitados: feos diseńos, y niveles poco inspirados y repetitivos. No hay fallos técnicos, pero es que si los hubiese tenido eso sería injustificable por completo, ya que no hay ningún tipo de lucimiento visual, en ningún sentido posible. La música es igualmente insoportable, repetitiva, aburrida, y poco o nada inspirada; los efectos sonoros, por su parte, sólo destacan por las vocecillas de los pokémon, lo que tampoco es decir mucho.
Conclusiones
Los jugadores que esperasen un Gauntlet con los pokémon se llevarán una decepción. Los jugadores que esperasen un buen juego de Pokémon se llevarán una decepción. Los jugadores que esperasen un juego entretenido… decepción mayúscula. No es sólo que técnicamente sea descuidado en todos sus aspecto, es que tampoco se ha puesto el más mínimo esfuerzo en componer una experiencia de juego que motive a dedicarle tiempo. Puede resultar durante las dos primeras veces que se superan los únicos seis niveles que contiene… y eso siendo generosos. Lo único capaz de retener al jugador es la presencia de los Pokémon de Rojo y Azul y los de Diamante y Perla (la ausencia de Oro y Plata y Rubí y Zafiro es una nueva muestra de que sólo había interés por reciclar los modelos de Pokémon Ranch), por lo que hay que ser muy apasionado por estas criaturas para encontrarle el gusto al que, además, es uno de los juegos más caros de WiiWare.
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