Análisis de Mario Strikers: Charged Football (Wii)

A lo largo de los últimos veinte, cada vez más cerca de veinticinco, años, Mario ha protagonizado todo tipo de juegos, desde la saga principal de plataformas hasta todo tipo de variados, ya sea juegos como Mario Party o Mario Kart, o adaptaciones de deportes como Mario Golf o Mario Tennis. La última de ellas, o penúltima si contamos el Mario Basket de Nintendo DS, fue Super Mario Strikers, lanzado para GameCube a finales del año 2005. Mario Strikers introducía a Mario y sus amigos en el deporte rey, en una sencilla y divertida adaptación arcade de fútbol, introduciendo además ítems para poder cambiar el rumbo del partido en cualquier momento. Menos de dos años después, Mario Strikers es el primer juego deportivo de Mario en salir para Wii, y además el primero que tiene el honor de estrenar el servicio de juego online de la consola de Nintendo, usando un particular sistema de códigos de amigo.

Al contrario que otros títulos para Wii, esta versión de Mario Strikers no cambia radicalmente la forma de jugar aprovechando las capacidades de detección de movimiento de la máquina.

Este nuevo Mario Strikers es bastante continuista respecto al anterior y, aunque incluye algunos cambios en el juego, la detección de movimiento no se usa demasiado, únicamente para hacer cargas, y para un minijuego donde tendremos que parar los balones que nos tira un rival cuando hace un supertiro.

Los conceptos básicos del anterior juego se mantienen. Cada equipo tiene cuatro jugadores y un portero que se comporta de forma automática, con una habilidad considerable aunque a veces fácil de engañar. De los cuatro jugadores uno es el capitán del equipo, es decir, un personaje de Nintendo como Mario, Luigi o Bowser, por citar a algunos, y los otros tres son personajes normales como un Koopa, un Toad o un Hermano Martillo. Pero aquí reside una diferencia muy importante con respecto al juego anterior, donde todos los "gregarios" eran exactamente iguales. Ahora podremos elegir cuáles serán los otros tres jugadores de nuestro equipo, y cada tipo tiene sus pros y sus contras (técnico, defensivo), sus características (más rápido, disparo más potente) y, como gran novedad, su propio supertiro.

Los tiros han cambiado bastante, perfeccionándose considerablemente el sistema de juego en comparación con la anterior incursión futbolística de Mario. Por una parte, a la hora de hacer las jugadas, el balón irá cambiando de color, de morado a blanco, y cuanto más claro sea, más posibilidades tendremos de marcar gol. Esto hace que el juego favorezca a los jugadores más creativos, o que hagan jugadas más elaboradas. Por otra parte, como decíamos antes, ahora nuestros compañeros de tiro tienen supertiros, que como es de esperar haremos cargando durante un rato el botón de disparo. Los supertiros de los jugadores "de relleno" son algo así como movimientos especiales, que no siempre son imparables, pero sí vistosos y creativos. Los del capitán son "supertrallazos", y tendremos que hacer una especie de minijuego (una medidor que habrá que parar dos veces) para establecer el número de tiros que dispararemos y la precisión de éstos.

En el anterior juego, el rival se quedaba prácticamente indefenso ante este tipo de tiros. Naturalmente para hacer estos tiros hay que estar un momento manteniendo pulsado el botón, y no será fácil lograr estar unos segundos sin que nadie nos haga una carga, o para un rival estarlo sin que nosotros le derribemos; pero ahora, además, el portero rival no estará parado ante el supertiro. Cuando lo hagamos, o nos lo hagan, se iniciará un minijuego mediante el cual el portero ve llegar los balones en primera persona, y nosotros tenemos que mover el puntero del mando de Wii y pulsar el botón A para blocar los balones. Tras el minijuego, se mostrará una secuencia cinemática en la que el portero para y encaja los balones, bastante variada en general.

Éste no es el único uso de la detección de movimiento del mando de Wii, aunque sí el más llamativo. El otro consiste en realizar cargas contra el rival agitando rápidamente el mando de la consola (también podemos hacer entradas pulsando la cruceta, que usaremos para hacer regates –específicos de cada jugador- cuando tengamos el balón). Éstas son las pocas características que aprovechan las funciones de movimiento de Wii, aparte de los menús y el interfaz en general. Los ítems en el juego siguen presentes y vuelven a tener un efecto decisivo en el devenir de los partidos. Caparazones de diversos colores, bombas, plátanos, etc… tienen efectos similares a los de otros juegos como Mario Kart, del que los toma prestados.

Otra novedad son las habilidades especiales. Logrando el item indicado, nuestro capitán podrá activar su habilidad especial, que suele ser casi siempre una garantía de gol. Mario, por ejemplo, se convierte en Super Mario, es decir, en un Mario enorme; Yoshi se convierte en un huevo gigante y los resultados son parecidos, mientras que Donkey Kong golpeará el suelo haciendo que los otros jugadores de la cancha vuelen por los aires y Bowser genera una tormenta de juego. Estas son las novedades jugables de Mario Strikers Charged; por una parte, una mayor variedad en los equipos, pudiendo elegir a más gregarios; por la otra, más opciones en los tiros, incluyendo el "supertrallazo" que describíamos arriba, y finalmente las habilidades especiales. No cambia el concepto, pero sí se hace más variado –algo en lo que fallaba el primer juego-, y además se ha ajustado en general el ritmo de juego. Quizás los supertrallazos –podemos meter hasta seis goles si el portero rival es un manta- sean a veces un tanto exagerados en lo que a modificación del marcador e interrupción del juego se refiere, pero en partidas avanzadas difícil será lograr realizar uno.

Como en todos los juegos de este tipo, el modo contra la máquina resulta entretenido, y de hecho cuenta con un modo de copa (superar varios campeonatos, desbloqueando nuevos personajes), un modo de partidos amistosos y un modo de desafíos (situaciones críticas como una muerte súbita o un marcador en contra), pero donde realmente gana Mario Strikers Charged es en el modo multijugador; aparte de permitir hasta cuatro jugadores, el juego incluye un modo online que inaugura el juego online en la consola Wii. Elegiremos nuestro Mii, y participaremos en un sistema de clasificación online basado en nuestras victorias, derrotas y golaverage. Hay un sistema de jugar con amigos que, sorprendentemente, es independiente del sistema de amigos de la Wii –lo que es muy engorroso- y, también sorprendente y de forma muy poco funcional, funciona con códigos de amigo de doce números, diferentes al código de amigo de la consola. Un sistema que Nintendo ha implementado, aparentemente, para proteger a los jugadores más jóvenes, pero que carece de la funcionalidad de los otros sistemas online.

A nivel gráfico Mario Strikers Charged es bastante vistoso, mejorando lo visto en la versión original de GameCube y destacando especialmente por los estadios, muy numerosos y variados, y por las secuencias cinemáticas que, aunque no estén muy lejos técnicamente, sí son bastante variadas y vistosas. Un apartado que, sin destacar demasiado, cumple con su labor. Algo parecido puede decirse del sonido, con una selección de temas musicales que ambienta bien e intenta transmitir emoción e intensidad al jugador, y una serie de efectos de sonido y cánticos variada y efectiva.

Mario Strikers Charged es un juego de fútbol arcade muy entretenido. Resulta uno de los títulos más divertidos actualmente del catálogo de Wii, si bien es cierto que éste es todavía bastante escaso, y más en lo que a títulos exclusivos se refiere. El modo online es una introducción bienvenida, y funciona bien, aunque el sistema de códigos de amigo resulta un incordio. Técnicamente decente, los cambios jugables respecto a la anterior entrega son acertados aunque a la larga pueden hacerse insuficientes, pero el juego en principio es mucho más variado que el anterior, y tiene una jugabilidad más ajustada. Una compra recomendada especialmente a los que ansían jugar online con su consola Wii. De todas formas, y aunque es divertido, esperamos algo más de las próximas "encarnaciones deportivas" de Mario.