Análisis de Madagascar 3: El videojuego (Wii, Xbox 360, PS3, Nintendo 3DS, NDS)

Si echamos la vista atrás, podemos ver que detrás de cada superproducción o éxito de cine siempre ha existido una industria encargada de maximizar los beneficios, y lo consiguen sacando al mercado productos relacionados que luego la gente compra. La película de animación de Madagascar quizás no sea de las que más pasiones levanta si la comparamos con otras de mayor renombre, pero de alguna manera ha sabido ganarse un hueco en los corazones de los espectadores, sobre todo en el de los más pequeños de la casa, que devoran sin límites todo lo que tenga que ver con un dibujo animado y tenga un mínimo de calidad que les entretenga y, sobre todo, les haga reír.

Entonces, ¿qué mejor que reciclar la idea y recrear las aventuras de los personajes de Madagascar en una videoconsola? Es una estrategia comercial que ha sido un recurso infalible desde que el videojuego es videojuego, y hoy en día la tecnología permite crear modelados tridimensionales que reproducen con mayor o menor perfección las aventuras que anteriormente se vieron en el celuloide, permitiéndonos a los jugadores pasar un rato manejando a nuestros héroes. Pero por desgracia, con más frecuencia de la que nos gustaría sucede que las adaptaciones al videojuego resultan ser un chasco, un sacacuartos, un auténtico parásito de los agradables momentos que nos ha hecho vivir una película. Veamos qué nos ofrece Madagascar 3: de marcha por Europa.

Juega y maneja a los cuatro héroes de Madagascar 3

El juego sigue los mismos pasos que la trama de la película de Dreamworks, en la que el león Alex, la cebra Marty, la hipopótamo Gloria y la jirafa Melman están tratando de encontrar el camino de vuelta a casa. Pero como no podía ser de otra manera, el destino les lleva hasta Europa, donde se unen al circo Zaragoza con la esperanza de regresar a Nueva York, aunque ello les suponga viajar antes por todo el viejo continente. Los que hayan tenido la oportunidad de ver la película, se encontrarán con situaciones y localizaciones que reconocerán de inmediato, pero también hay lugar para otros acontecimientos que tratan de dar más variedad al juego y agradar a los entusiastas de esta serie de dibujos.

Básicamente se trata de un juego de aventuras al uso, donde manejamos a nuestros héroes con el fin de encontrar determinados objetos o tratar de alcanzar una meta. La novedad radica en que cada personaje tiene habilidades únicas, por ejemplo, mientras Alex es capaz de realizar un doble salto que le permite alcanzar lugares más altos o llegar más lejos, Gloria tiene la habilidad de meterse en estanques o ríos para nadar o bucear buscando objetos que de otra manera son imposibles de conseguir; entonces las misiones siempre van a ser cosa de dos, es decir, usaremos a dos de los animales de tal manera que hay que combinar sus habilidades para superar obstáculos o llegar a un área específica.

Para complicar un poco las cosas, los lugares por donde se mueven están llenos de gente que no dudarán en poner el grito en el cielo para alertar a los agentes de control y que nos pongan entre rejas, pero nuestros queridos animales cuentan con el arma definitiva para camuflarse entre la población sin levantar sospechas: unas gafas de sol. Parece un chiste, pero no lo es, ponérselas implica pasar desapercibidos o no, y tiene sus consecuencias en nuestros movimientos ya que no pueden correr, aunque se las quitan automáticamente cuando realizamos algún movimiento especial como los que hemos comentado. También tenemos la posibilidad de subirnos a algún pedestal (hay muchos por el escenario) al que subirnos y hacer la estatua para que descienda el nivel de alarma lo suficiente para poder continuar sin peligro.

El problema es que generalmente la cámara está detrás del personaje, y no nos damos cuenta de si están puestas o no, ni tampoco hay ningún tipo de sistema más que la alarma de la población o el acoso de los guardias para saber si vamos en modo disfraz o no. Vale, también está la posibilidad de girar la cámara, pero la configuración del mando es de todo menos intuitiva y amigable, lo que nos obliga a parar interrumpiendo la acción tratando de ver cómo se hacía para girar la cámara, o para hacer el movimiento especial u otros movimientos, lo que redunda en continuos errores que no deberían suceder, y no estamos hablando de combinaciones que exigen de entrenamiento pero que luego nos permitirán demostrar nuestra maestría con el mando, sino de que simplemente en las dos primeras horas uno se ve obligado a aprender un manejo extraño, nada estándar para lo que se supone es un juego de plataformeo y aventuras.

Por otro lado, el movimiento de los personajes es lento, demasiado lento para los entornos en los que nos movemos. Antes hemos hablado de que en modo "disfraz" el personaje se movía más despacio para pasar desapercibido, pero es que en modo "normal" la diferencia de mayor velocidad apenas se nota, y si nos encontramos en una ciudad relativamente grande, con un río que la atraviesa y queremos ir de una punta a otra porque quizás se nos haya quedado algo por explorar en aquella zona, el viaje hasta allí se hace terriblemente largo y tedioso.

Como hemos dicho, al inicio de cada aventura vemos que hay que elegir entre dos personajes para iniciar el juego, pero luego debemos ir alternando entre uno y otro para abrir camino. Pues bien, si uno juega solo, en modo un jugador, los dos personajes aparecen en pantalla, y seguirán al que nosotros manejamos pero sorprendentemente el compañero es como si no existiese para la población o agentes de control de animales. Y es un incordio bien gordo tener a alguien detrás que trate siempre de seguirnos, porque en escenarios grandes se podía aprovechar para ir alternando entre ellos y explorar diferentes partes al mismo tiempo, solventando así uno de los problemas que comentábamos anteriormente, pero no se comportan así y eso nos meterá incluso en algún que otro lío imprevisto. Sin embargo, si jugamos acompañados, la cosa cambia bastante al coordinarse, agilizando bastante el ritmo del juego.

Otro tema que no nos ha gustado es la aparición de ítems que no tienen utilidad ninguna. Si se supone que manejamos a Melman y Gloria lo normal es que sólo encontremos jeringuillas (ejem) y ramos de flores, de tal manera que si vemos que hay algo allá lejos que nos ha quedado atrás, sea algo útil para resolver la aventura, y no objetos que son para Alex o Marty. En la mayor parte de los capítulos tendremos que buscar cierta cantidad de cosas para poder finalizar, por ejemplo 15 galletas para el rey Julien, lo lógico es que hubiese 15 y no 30 como ocurre, o aunque hubiese 30, desapareciesen el resto al tener el número solicitado. Con todo esto queremos decir que se produce una confusión enorme en el jugador al creer encontrar algo útil que al final, tras cierto esfuerzo, resulta que no vale para nada, y deambular por ahí sin resultados produce una enorme insatisfacción.

Por otro lado, los personajes están muy bien recreados, y poseen unas animaciones que resultan divertidas, sobre todo para los más jóvenes de la casa, e incluso hay situaciones inesperadas que hacen que nuestro personaje se ponga a hacer muecas porque sí, sorprendiéndonos gratamente. Las voces, perfectamente dobladas a nuestro idioma, con subtítulos, y totalmente fieles a la película, ponen su granito de arena a la hora de enfrentarse a este juego, ya que también van soltando frases y coletillas de manera continua que en momentos tienen su gracia, aunque no es que tengan un amplio repertorio para explorar, igual que las animaciones.

Las ciudades en las que nos movemos son relativamente grandes, aunque en general no entrañan ninguna dificultad a poco que nos empeñemos en explorarlo todo a conciencia, es decir, no veremos esa plataforma imposible a la que parece que no llegaremos más que volando. Todo es perfectamente asequible e incluso podríamos decir que muy lineal. Las texturas son pobres y borrosas, lo que afea esa solidez que se aprecia en general en el entorno. Las melodías son de relleno, aburridas, y ayudan a empobrecer la experiencia.

Conclusiones

Madagascar 3: de marcha por Europa es de esos juegos que viven del éxito comercial obtenido en el cine, y probablemente sólo gustará a los más pequeños de la casa, a los que les importa más meterse en la piel del personaje y poder manejarlo a su antojo, que todos los defectos que pueda tener como videojuego. De hecho se nota que todo está enfocado hacia ese nicho de jugadores, las voces, animaciones, situaciones, y los padres con poca o nula experiencia en este mundillo quizás se vean gratamente sorprendidos por un juego fácil, desenfadado y muy asequible por la poca creatividad de sus puzles. Eso sí, a poco que uno tenga idea y haya disfrutado de otros títulos mucho más equilibrados y de mejor jugabilidad, sólo podrá sacarle jugo como regalo de cumpleaños para enanos de la casa.