Análisis de GoldenEye 007 (Wii)

Goldeneye de Nintendo 64 es una parte importante en la historia de los videojuegos, y más aún si cabe en la memoria de todos los nintenderos que lleven en esto unos cuantos años, tantos como trece. Es la excepción que confirma la regla que dice que todo juego basado en una licencia cinematográfica es malo o mediocre; para muchos uno de los mejores títulos de acción en primera persona de la historia que vino a demostrar que este género era posible en consolas, para otros un recuerdo imborrable de su infancia o adolescencia, horas y horas junto a otros tres amigos pasándoselo en grande.

El juego tomó prestada la licencia de la película de 1995 del mismo nombre que traía de vuelta a la pantalla grande al agente secreto más famoso de todos los tiempos, tras seis años en el ostracismo debido a las dos pésimas entregas protagonizadas por el poco carismático Timothy Dalton. Martin Campbell fue el encargado de dirigir esta nueva película (curiosamente también dirigió Casino Royale, la primera de la hasta ahora última etapa del personaje) protagonizada por Pierce Brosnan, que fue un gran éxito y a la que sucedieron tres entregas más con el mismo actor, hasta la llegada de Daniel Craig a la franquicia. Ahora en esta revisión del clásico es este actor el que toma el relevo del original que junto a Judi Dench (que repite su rol de la película) protagonizan el juego, dejando de lado otros actores como Sean Bean, imaginamos todo esto debido a un problema de licencias.

Goldeneye para Nintendo 64 fue un éxito total, tanto de crítica como de público, llegando a vender ocho millones de copias en una consola que llevaba muy poco tiempo en el mercado, todo un logro. Puso a Rare bajo la atenta mirada de toda la industria lanzando tres años después (en el 2000) su sucesor espiritual, Perfect Dark, otro shooter esta vez sin la licencia de James Bond pero que volvía a triunfar, aunque para una gran mayoría no superara al mítico Goldeneye. La leyenda de este juego ha ido creciendo con los años y en 2004 Electronic Arts intentó traer de vuelta la franquicia y aprovecharse de su buen nombre con Goldeneye: Agente Corrupto, un título de muy dudosa calidad, siendo benévolos y por no decir directamente lamentable.



Es ahora en 2010 cuando nos llega un auténtico remake del original, tras años de rumores e intentos infructuosos. Es difícil resumir semejante culebrón, pero por intentarlo diremos que desde que Rare fue comprada por Microsoft y sobre todo ante el éxito de los títulos descargables en Xbox Live Arcade y la demanda de muchos jugadores, Rare desarrolló una versión de Goldeneye adaptado a la alta resolución para ser lanzado en este sistema a la espera de resolver diversos y muy duros problemas con las licencias. Por un lado la del agente 007, en posesión de Activision, por otro la del juego original, en manos de Nintendo, lo que provocó que al final no se lanzará, con el consiguiente mosqueo por parte de Microsoft y Rare, y la respuesta de las otras dos compañías, que vista la expectación generada entre los fans, anunciaban en el pasado E3 este remake, que veremos si cumple con las expectativas y está a la altura de tan mítico nombre, tras esta larga pero necesaria introducción.

Un James Bond más violento y duro en un título igual de divertido que el original aunque con ligeras variaciones

Desarrollado por Eurocom, una compañía con muchas años en la industria experta en realizar títulos mediocres basados en licencias cinematográficas (incluidos algunos de la saga Bond), esta nueva versión intenta respetar el espíritu del original para contentar a los que disfrutaron en su momento de él, pero añadiendo las suficientes novedades como para que resulte atractiva una nueva adquisición y conseguir atraer a los jugadores actuales. Se vuelve a seguir en su mayor parte el argumento de la película pero se añaden objetivos secundarios que no estaban en el juego de Nintendo 64 e incluso alguna fase nueva como una desarrollada en una discoteca de Barcelona o la sustitución de Mónaco por Dubái, en un intento de traer la historia original a los tiempos actuales.



Lo primero que deberemos hacer a la hora de empezar la partida es elegir el tipo de control con el que queremos jugar: combinación de Wiimote más Nunchuk, mando clásico o de GameCube, o bien usar el Wii Zapper. Este es un punto muy polémico y no se puede decir que un tipo de control sea superior a los demás, entran en juego las sensaciones que quiera tener cada uno a la hora de jugar y cómo se sienta más a gusto, algo muy subjetivo. Si elegimos la primera opción, Wiimote más Nunchuk, notaremos que se ha trabajado mucho el control de este, aunque si no nos gusta cómo viene por defecto podremos probar entre varias configuraciones (incluidas algunas para zurdos de los que siempre se olvidan) y ajustar la sensibilidad a nuestro antojo, así como activar o no multitud de ayudas al apuntado, incluso existiendo un modo en el que no tenemos ni que apuntar a la pantalla.

Hay algunas decisiones en la configuración por defecto discutibles, un ejemplo es que disparamos con el botón B, cuando muchos preferirían hacerlo con el A, y no se puede cambiar, o el recargar el arma, que se hace con el botón - , que está en la parte inferior del mando y menos accesible que otros, aunque esto sí se puede modificar. Por lo demás tras trastear un rato con la configuración y cambiar algunas cosas a nuestro antojo el juego se maneja perfectamente, con alguna pega como el rifle francotirador cuyo movimiento al apuntar con la mira en cualquier de los diferentes modelos que adquirimos no es del todo preciso.

Estamos ante uno de los shooters de la consola que mejor se maneja y en el que se ve mucho trabajo invertido, pero a pesar de esto no nos acaba de convencer plenamente el control con el mando de Wii, siendo para el que escribe estas líneas Metroid Prime 3 el juego que mejor lo ha llevado a cabo, resultando curioso que tras tres años nadie haya sabido mejorarlo sustancialmente.

Es decepcionante que la mayor baza y atractivo de la consola, su original control, al final en los mejores juegos de esta y por los que será recordada no haya sido determinante, títulos como Mario Galaxy, Zelda Twilight Princess, Super Smash Bros. Brawl, Monster Hunter Tri o el futuro Donkey Kong Country Returns se podrían haber jugado sin problemas con un mando clásico, habiendo unas pocas excepciones como Metroid Prime 3 o Zack & Wiki que sí le sacan verdadero partido.



En este caso nos encontramos con un juego que se controla bien con el Wiimote, pero estamos seguros que mucha gente acabará usando el mando clásico, aunque sea por comodidad, ya que estar varias horas en el online moviendo el brazo puede acabar con más de uno, y hasta cosas tan sencillas como girar se acaban convirtiendo en tediosas. Pero queremos insistir en que la satisfacción en el tipo de control es muy subjetiva y a unos jugadores les encantará mientras que otros se lanzarán a los brazos del mando clásico.



Ya sea con este o con el antiguo mando de GameCube es de esta manera como recuperamos las sensaciones que nos transmitió por entonces el Goldeneye original, y sea por motivos nostálgicos o sencillamente prácticos este modo de control resulta impecable e imperecedero. Aunque el hecho de poder apuntar a cualquier punto de la pantalla de manera rápida con el mando de Wii pueda parecer una ventaja a priori, en el modo online nos preguntamos qué control será el más usado, aunque no creemos que ninguno tenga una ventaja clara respecto a los demás y el éxito dependerá de nuestra habilidad y las horas que le echemos. Por último podemos jugar con el Wii Zapper, cuyo control es el menos práctico de los tres aunque nos parece positivo que se haya incluido para quien quiera utilizarlo.



Cuando iniciemos el modo campaña deberemos elegir la dificultad, desde la más sencilla en la que no es obligatorio cumplir las misiones secundarias, pasando por otras dos más difíciles en las que tendremos que superar estos objetivos, hasta la más complicada llamada 007 Clásico. Esta última es la que preferirán los fans del original o de los shooters más tradicionales, ya que a diferencia de las otras dificultades aquí no hay la tan de moda recuperación de vida automática (que ha provocado un descenso muy acusado de la dificultad en multitud de juegos) y tendremos que hacer uso de los chalecos antibalas.

Por lo demás nos encontramos ante un shooter de corte clásico, respetando bastante el espíritu del original, y aunque se han incluido novedades como hacer fotos o hackear dispositivos electrónicos para dar más variedad a la acción, estos resultan anecdóticos. En una gran parte de la historia podremos afrontar las situaciones de dos maneras: mediante el sigilo o usando la fuerza bruta, siendo la primera bastante interesante y compleja ya que cuesta limpiar un escenario de enemigos sin que salten las alarmas.

Se agradece que los escenarios en muchos momentos no sean lineales y tengamos cierta libertad para explorarlos, e incluso a veces nos costará encontrar la solución de algún objetivo secundario y deberemos dar algunas vueltas hasta encontrarlo. Si optamos por un estilo de acción directa y de disparar a todo lo que se mueva veremos que aun con el gran lavado de cara estético que ha sufrido su corazón late como el de hace trece años, lo que no es malo, pero lo que por entonces resultó fresco y sorprendente hoy en día no lo es tanto.

Este género es en los últimos años uno de los más demandados, y año tras año nos llegan bastantes propuestas de mucha calidad, siendo pocas las que fracasan en ventas. Unos pocos elegidos innovan y crean tendencia, aportando algo nuevo, y poco a poco con el paso del tiempo este tipo de juegos ha ido evolucionando, aunque para muchos no siempre a mejor. Por tanto más de diez años en el género son muchos, y la mecánica jugable de Goldeneye hoy en día se ve un tanto obsoleta, sobre todo en lo que respecta al comportamiento de los enemigos.



Si afrontamos el juego desde el punto de vista de la acción directa nos daremos cuenta de la anticuada inteligencia de unos enemigos que se quedan parados disparando enfrente nuestra, que se esconden pobremente y que solo saben plantearnos un reto aumentando en número, pero nunca en inteligencia. Se intenta disimular esta sencillez jugable incorporando el uso del móvil, o con unas fases "sobre raíles" en las que nos limitaremos a disparar, intentando aportar algo de variedad, pero estos elementos no consiguen disimular la simpleza de su planteamiento.



En cualquier caso su desarrollo no es menos complejo (incluso nos atrevemos a decir que lo es más) que el de los últimos Call of Duty, de los que toma prestada para esta actualización su espectacularidad, y estos venden millones de unidades con unos enemigos que se limitan a asomarse a las ventanas para saludarnos, lo que nos hace preguntarnos a veces si el género en su modo para un jugador realmente no ha involucionado, aunque esto daría para un arduo debate. Aun así y pese al paso del tiempo sigue siendo muy divertido, demostrando lo bien diseñado que estaba y la maestría de Rare, y la verdad es que los diversos añadidos para hacerlo distinto o más complejo no consiguen mejorarlo de manera sustancial, pudiéndose ver como un fracaso por parte de Eurocom o un acierto por parte de Rare por haber hecho un juego tan redondo en su día.



Mucho podríamos decir de los modos multijugador, pero todo se puede resumir en que estamos ante posiblemente el mejor de la consola, tanto para cuatro jugadores en modo local como jugando en línea, a partir de hoy sin rival en el terreno de la acción dentro del catálogo de Wii, y al que le auguramos un gran éxito. Jugando con hasta otros tres compañeros desde la misma consola podremos recuperar las sensaciones del original de Nintendo 64, demostrando los creadores de esta nueva versión su respeto por él o bien el miedo a los fans de aquel (o ambas cosas). Nos encontraremos los mismos modos de juego más algunos nuevos pero ante todo sabe mantener el "feeling" del original (eso que tanto le gusta a un famoso entrenador de fútbol español) y podremos junto a nuestros antiguos amigos rememorar los buenos momentos vividos hace casi quince años.

Conflicto en el que sumamos puntos por cada baja, Pistola de oro con la que matamos de un disparo y nos proporciona cinco puntos, Solo se vive dos veces, modo en el que contamos con un número determinado de vidas, estos podrán ser disfrutados tanto de manera local como online, pero es jugando por internet donde encontramos los más originales, algunos no desbloqueados desde el principio, siendo los modos online hasta para ocho jugadores.



Como se ha puesto de moda contaremos con puntos experiencia que nos permiten subir de nivel y acceder a nuevo equipamiento y mejoras, lo que aumenta la adicción ya de por sí alta debido a lo numerosos y variados que son los modos de juego, y la cantidad de variables que podemos modificar para alargar la vida de estos. Los fans también agradecerán y de que manera la inclusión de algunos de los personajes más carismáticos de las películas como el Doctor No, Tiburón y otros villanos. Además los mapas están muy bien diseñados, teniendo el tamaño justo haciéndolos muy divertidos, sin duda quien estuviera esperando un título de acción en Wii con un buen multijugador online debería lanzarse de cabeza a por él.

Una presentación impecable para un motor gráfico que no lo es tanto

El juego se muestra muy cuidado desde un principio, con una animación de las manos de nuestro personaje genial y tras superar los primeros minutos y saltar por la presa se nos muestra una introducción en la línea de las películas de James Bond, muy cuidada aunque con una reinterpretación y modernización un tanto cuestionable del tema original interpretado por Tina Turner, difícil de superar ya que se trata de una de las mejores canciones de la franquicia de la mano de una cantante sin igual. También nos sorprenderá lo bien hecha que está la lluvia y la perfecta recreación del actor Daniel Craig, con un enorme parecido. Todos los personajes cuentan con unos buenos modelados y animaciones, y en los personajes principales un gran detalle en sus rostros, de lo mejor que hemos podido ver en Wii.



Las primeras sensaciones son inmejorables aunque según avanzados se van destapando algunas de sus carencias, como unos escenarios en muchos momentos un tanto vacíos y faltos de detalles, con unos elementos en ellos que pecan de sencillos, unos cadáveres de los enemigos que desaparecen a los pocos segundos, lo que le resta realismo, y sobre todo lo que es más imperdonable, unas ralentizaciones en ocasiones bastante notables cuando se concentran muchos enemigos en pantalla, lo que ocurre bastante a menudo y que lastra un apartado que podía haber sido de sobresaliente. Hemos visto juegos en Wii con más detalle en sus escenarios, igual número de enemigos y mejor fluidez, por lo que no es un problema de que la consola no de para más, y sí de los desarrolladores de este título que no han sabido sacarle todo el partido posible al hardware. Aun con esto hay que reconocerle una buena dirección de las escenas que presenciamos, tomando prestada la espectacularidad de la saga Call of Duty, aunque también sus numerosos scripts.

El sonido en cambio se puede decir que es impecable, con una banda sonora cien por cien Bond compuesta por David Arnold, el compositor de las últimas películas de 007. El doblaje es digno de elogio, contando con las mismas voces españolas que podemos oír en el cine de los actores Daniel Craig y Judi Dench, lo que le da mucho empaque al título, aunque otras voces no estén tan logradas debido a unos acentos por momentos extraños y un tanto forzados, pero que no consiguen empañar lo trabajado que está el apartado sonoro en general.

Una excelente manera de recuperar un clásico de los videojuegos

Un divertido modo campaña que respeta el espíritu del original aunque añadiendo nuevos detalles y fases, con un envoltorio de excepción: banda sonora de primera, doblaje de calidad, un guión escrito por el guionista de la película, captura de movimiento para los actores... todo un esfuerzo en su producción, junto al mítico modo multijugador para cuatro jugadores que hizo tan grande al título de Nintendo 64, más uno nuevo online que promete horas y horas de diversión. Todo roza el sobresaliente, a excepción de alguna que otra ralentización un tanto molesta y unos enemigos con una inteligencia un tanto desfasada, pero muchos se preguntarán que necesidad había de revisar un título tan bueno y si no hubiera sido mejor dedicar tanto esfuerzo a un juego nuevo, mientras que otros estarán satisfechos ya que es exactamente lo que pedían.

Pese a sus numerosas virtudes no dejamos de tener la impresión de que si logra destacar en el catálogo de Wii es gracias a muchos méritos propios pero también a deméritos de otros, ya que no hay muchos shooters en primera persona de esta calidad en la consola, y creemos que si este título hubiera sido lanzado en otra de las consolas de sobremesa actuales, que cuentan con grandes exponentes del género, Goldeneye no hubiera destacado prácticamente en nada, dejando a un lado el factor nostálgico. En cualquier caso estamos ante el mejor shooter de Wii, con el mejor multijugador de acción y uno de los juegos del año para la consola.