Análisis de de Blob (Wii, NDS)

Aunque a día de hoy llega como un soplo de aire fresco a nuestras consolas, el concepto de de Blob no es original, sino que parte de un juego flash a cuyos creadores THQ compró los derechos. Aún así, debemos admitir que su estilo de juego encaja perfectamente con la filosofía de Wii, ofreciéndonos un título muy creativo y, sobre todo, tremendamente positivo, que se ha hecho accesible para todo tipo de público.

El juego nos traslada a un mundo donde una malvada organización llamada INKT ha robado todo el color de las calles y ha prohibido cualquier expresión artística a sus habitantes, haciendo sus vidas monótonas y aburridas. Pero no todo el mundo ha caído en sus redes y un grupo rebelde se organiza en las sombras para librar al mundo de esa tiranía. El protagonista, Blob, es un miembro de este grupo rebelde a quien se le encarga la misión de devolver el color a la ciudad para así poder devolver la alegría a sus habitantes y acabar con los INKT.

Elige un color y píntalo todo

Blob es un ser de apariencia gelatinosa que tiene la capacidad de absorber la pintura que almacenan unos robots de INKT e incluso mezclarlas para lograr nuevos colores (algo que deberemos usar para superar ciertos retos que nos proponga el juego). Después, con sólo tocar los edificios y las pareces coloreará la ciudad haciendo que recobre su antiguo esplendor. Manejaremos a nuestro personaje con el nunchuck, debiendo agitar hacia arriba y hacia abajo el mando de control para saltar y lanzarnos a nuestros enemigos respectivamente. Lamentablemente el salto no está todo lo bien llevado a cabo como debería, por lo que muy a menudo deberemos repetir el salto para conseguir llegar hasta donde deseamos, y aunque no suela tener mayores consecuencias que volver a intentarlo, es algo que debiera haberse mejorado, ya que resulta bastante tedioso. Por otra parte, aunque podremos mover la cámara a nuestro antojo, esto será algo que no hagamos muy a menudo, ya que en muy pocas ocasiones su posición nos molestará, algo que sin duda es muy de agradecer.

Como comentábamos antes, Blob deberá devolver el color a las calles, pero además de la satisfacción por devolverles su esplendor, conseguiremos puntos de energía según vayamos pintando la ciudad, puntos que nos irán abriendo nuevas zonas y harán que aparezcan objetos que nos darán la posibilidad de restaurar totalmente una zona. Pero pintar la ciudad a nuestro aire no será lo único que podamos hacer para ganar puntos, sino que a lo largo de los niveles, nos encontraremos con personajes que nos propondrán una serie de misiones. Estas misiones será muy sencillas al principio (del tipo pinta estos edificios de este color), pero según avancemos por el juego, estas se complicarán, haciendo que debamos pintar los edificios de distintos colores, poniéndonos obstáculos que nos compliquen las cosas o incluso proponiéndonos puzles que requerirán cierto ingenio por nuestra parte. Según lo bien que hayamos realizado estas misiones, nos darán una medalla de un metal determinado, lo que dejará la puerta abierta a mejorar nuestros resultados. Algunas de estas misiones, además, nos abrirán unas nuevas pruebas, por lo que tendremos que esforzarnos si queremos sacarlo todo.

Los niveles son enormes, estando formados por varias zonas. Cada uno de los niveles nos llevará a distintas partes de la ciudad, por lo que serán bastante diferentes entre sí y darán bastante variedad. La introducción a cada uno de estos niveles (habrá un total de diez en el juego) se hará por medio de una serie de viñetas que nos pondrán en situación y nos darán consejos y, tras haber cargado la pantalla, con un video muy bien realizado que nos contará como estás las cosas con una buena dosis de humor. En este sentido, debemos destacar la presentación del juego, y es que tanto como las viñetas (cuya misión es hacernos más amenos los tiempos de carga) como los videos están muy cuidados y dotan de gran personalidad al juego.

Juega y anímate

Si hay algo que puede decirse de de Blob es que es un juego tremendamente positivo, que nos pondrá de buen humor cuando echemos una partida. Al primer causante de esto que es, cómo no, el concepto de ir coloreando la ciudad, se le une una música de estilo jazz que se irá adaptando a lo que ocurra en la pantalla (cuanto más coloreemos la ciudad, más animada se volverá). Hemos de decir que la banda sonora es sencillamente genial y se adapta totalmente al estilo de juego, haciendo que nos sintamos aún más dentro de la partida.

Lamentablemente, el juego nos interrumpirá continuamente dándonos información de nuevas misiones o cosas que hemos desbloqueado. Cuando eso ocurra, el juego se parará y la cámara nos llevará hasta la localización donde ocurra algo, siguiendo en ocasiones la explicación de alguno de los personajes. Esto corta mucho el ritmo del juego, y en ocasiones se producirán varios cortes en un intervalo de tiempo muy pequeño, por lo que nos sentiremos más fuera del juego que dentro, algo que nos parece un error, sobre todo teniendo en cuenta el concepto del juego.

de Blob es un juego dirigido a todo tipo de público, algo a lo que ayuda su sencilla mecánica. Como comentábamos antes, es un juego muy fácil de jugar y con una mecánica muy simple. El juego en sí es bastante sencillo, en parte por sus misiones, que hasta bien avanzado el juego no suponen un reto real al jugador, siendo un mero trámite realizarlas correctamente. Quizás esto sea una mala noticia para ciertos jugadores que busquen un mayor nivel reto en los juegos, pero el título busca ofrecer otro tipo de experiencia, una más relajante. Algo en lo que se aprecia esta falta de reto o presión para el jugador, es el tiempo límite de cada una de las fases en el modo principal, que en ningún momento nos supondrá el más mínimo problema (el tiempo irá aumentando según cumplamos con éxito ciertos objetivos) y será solamente algo que tendremos que tener ligeramente en cuenta.

Pero este modo principal no será el único. La otra gran estrella para un jugador será el modo libre, que estará disponible según superemos los niveles del modo historia. En este modo podremos recorrer libremente los niveles, sin enemigos y sin límite de tiempo, de modo que podremos dar rienda suelta a nuestra creatividad sin tener que preocuparnos por nada más que combinar colores y redecorar la ciudad.

Además del modo para un jugador, podremos jugar con amigos en varios modos de juego quizás no tan elaborados como el modo principal pero igualmente divertidos. Este modo permitirá jugar en pantalla partida hasta a cuatro jugadores, donde cada uno deberá pintar lo máximo posible, pudiendo incluso pintar por encima de lo de otro jugador.

Apartado técnico

Aunque el juego no destaca por su apartado gráfico, hay que decir que cumple bastante bien. Es cierto que el juego es bastante simplón, con una geometría algo limitada y con unas texturas algo limitadas. Aún así el juego es bastante sólido, y su simplicidad no desentona con el espíritu del juego, aunque es cierto que hay aspectos mejorables. El diseño de los personajes es bastante sencillo, siendo en su mayoría poco detallado. Quitando a nuestro protagonista y al resto de sus compañeros rebeldes, el resto de los personajes, como los habitantes o los enemigos, tendrán poca variedad, repitiéndose continuamente.

Por otra parte, los escenarios tienen un gran tamaño, aunque no son ningún alarde técnico, con edificios bastante cuadradotes y con poco detalle, aunque un detalle a su favor es que a pesar de su tamaño no encontraremos tiempos de carga. Además, debemos comentar que está muy bien plasmada la diferencia entre la ciudad en blanco y negro (fría y bastante sosa) con la ciudad restaurada, que se llena de elementos animados y personajes por aquí y por allá.

El apartado sonoro, como comentábamos antes, es una delicia que nos acompañará durante la aventura a las mil maravillas. Tendremos distintos tipos de melodías de que se irán adaptando perfectamente a lo que hagamos y que en ningún momento pasarán desapercibidas gracias a su calidad. Sin duda es uno de los factores que más ayudan a transmitir la sensación de bienestar que produce el juego.

Juega y disfruta sin complejos.

de Blob no es un título convencional, por lo que puede no gustar a aquellos que busquen un juego más típico. Lo que nos ofrece el juego es dejarnos llevar coloreando el mundo, relajándonos con la experiencia. No nos supondrá un gran reto en su mayoría, pero sí que ofrece una experiencia muy interesante para todo el mundo, ya que su sencillez lo hace accesible para todo tipo de público. Es cierto que el juego tiene defectos, como la poca variedad de situaciones o sus problemas de control, pero sin duda la positividad que desprende nos pondrá de buen humor tras una partida, por lo que es una propuesta muy interesante para aquellos que busquen una propuesta alternativa más tranquila.