Análisis Stubbs the Zombie in Rebel Without a Pulse, un regreso que nadie había pedido (Switch, Xbox One, PS4, PC)
Aunque nadie lo recuerda (puede que ni los jugadores más expertos), hace ya más de 15 años se dejó ver una curiosa aventura de acción en tercera persona que fue bautizada con el cómico (y casi interminable) título de Stubbs The Zombie in Rebel Without a Pulse. Una obra que pasó ya no de puntillas, sino que apenas fue seguida por un puñado de usuarios… y que, para sorpresa de muchos jugadores (nosotros los primeros), acaba de recibir una especie de re-release por alguna razón que se nos escapa (a no ser que sea la de casi siempre: poner el cazo). Y es que si bien vivimos una época en la que las remasterizaciones, relanzamientos y demás situaciones similares se dan semana sí y la siguiente también, hay juegos que deberían quedarse tan muertos como siempre lo han estado. Y nunca mejor dicho…
Como su propio nombre indica, el protagonista de esta propuesta es un zombi que responde al nombre de Stubbs. Un muerto viviente que realmente disfrutó de una (corta) vida como comerciante hasta que fue asesinado para, posteriormente, volver a la "vida" como zombi. Un argumento que tampoco es que dé mucho de sí pero que, por lo menos, nos deja alguna que otra broma bastante cachonda de vez en cuando.
Un estilo de juego al que se le ha querido imprimir un fuerte componente de Serie B en todos sus aspectos. Una idea que sobre el papel nos parece perfecta pero que, a la hora de la verdad, casi nos parece más una maniobra de distracción para tratar de excusar los múltiples defectos técnicos y jugables que aglutina que una intención real.
Y es que no vamos a andarnos por las ramas: se trata de una de las propuestas más desangeladas y monótonas que hemos tenido que soportar en tiempos recientes. Un verdadero despropósito que ha sido editado en todos los formatos actuales… y del que, desde nuestro punto de vista, deberíais huir a toda prisa. Eso es, porque dejando de lado el ya comentado humor negro que sí que pone en liza el título y que tiene su gracia (textos en español, por cierto), todo lo demás que acapara esta obra es perfectamente desechable, comenzando por su desarrollo, el cual nos ha parecido increíblemente invariable, lento, poco creativo y original, torpe en según qué situaciones… y aburrido, muuuy aburrido. ¡Estáis avisados!
Comiendo cerebros una y otra vez
Toda la acción tiene lugar en un entorno abierto como es la ciudad de Punchbowl, la cual está situada en algún lugar perdido de Pennsylvania. Un escenario que en su día (a principios de siglo) gozaba de un tamaño relativamente amplio pero que, para los estándares actuales, tampoco es que sea gigantesco precisamente. Eso sí, teniendo en cuenta la desesperantemente lenta velocidad a la que se desplaza el protagonista, es algo que resulta muy de agradecer. Pero, ¿qué es lo que tenemos que hacer en este juego? Pues ir cumpliendo una serie de misiones repetitivas y, lo más importante de todo, alimentarnos con los cerebros humanos de los transeúntes con los que nos vamos cruzando. Una actividad que si bien al principio tiene su gracia, más tarde se convierte en algo muy rutinario… como el título en global.
Desidia es la palabra que mejor describe a esta obra. Todo, desde el control del personaje (o personajes, ya que es posible jugar a dobles en cooperativo) a las cuatro mecánicas de juego que integra resultan toscas, mal ideadas y peor aún ejecutadas. Ni los tutoriales se salvan. No puede ser que la gracia de un título se base única y exclusivamente en el humor negro (que tampoco es que sea un portento) ni en el hecho de merendar cerebros una y otra vez. Acción, combates rudimentarios, el hecho de poder emplear un par de habilidades especiales y poco más es lo único que puede ofrecernos el título en materia jugable. Nada de plataformeo, puzles, toque táctico, RPG, exploración (más allá de deambular por los fondos)… en fin, algo que vaya más allá de pelear de manera bastante lastimosa, contemplar litros de sangre y vísceras y poco más. En fin, que se trata de un título limitadísimo en lo jugable.
Y si el desarrollo es simple hasta decir basta, el apartado gráfico es peor aún aunque parezca increíble. Si la versión original ya presentaba un aspecto que dejaba mucho que desear, esta versión resulta sonrojante. Escenarios vacíos, personajes modelados con un número de polígonos increíblemente reducido, texturas de un talante tan pobre que hacía tiempo que no apreciábamos algo así…. Un desastre en toda regla del que no merece la pena comentar nada más. El sonido es algo más digno, pero vamos, que tampoco se salva de la quema, sobre todo por la colección de efectos genéricos de la que echa mano el título.
¿Por qué has regresado?
Entendemos que el tema de los relanzamientos, remasterizaciones y demás historias tienen su interés para muchos jugadores y estudios de desarrollo y que van más allá de intentar volver a rascar algo de dinero. Pero, en serio, hay veces en las que por mucho que lo intentes, te resulta imposible encontrar justificación alguna que vaya más allá del tema económico a la hora de padecer según qué reediciones. Y el mejor ejemplo que hemos tenido que sufrir en los últimos meses es precisamente Stubbs the Zombie in Rebel Without a Pulse. Una aventura realmente mediocre en casi todos sus apartados (solo se salva su humor negro) que nadie debería probar bajo ningún concepto porque, simplemente, no hay por dónde cogerla.
Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un un código proporcionado por los Zebra Partners.