Análisis Have a Nice Death, problemas en la oficina de la muerte (Switch, PC)
Llevar un negocio siempre es difícil y agotador, incluso si eres el director ejecutivo de Death Incorporated y la Parca en persona. Cuando el papeleo se amontona y la compañía empieza a desmadrarse alguien debe poner orden en la compañía, y ese evidentemente tú. Así comienza Have a Nice Death, un juego indie de Magic Design Studios que publica Gearbox Publishing tras un periodo en Acceso anticipado, una fase que sirve para pulir el juego con los comentarios de jugadores, y bien aprovechado como ha sido el caso, siempre ayuda a mejorar el producto.
Caos en el más allá
Have a Nice Death es un juego de acción y plataformas por procedimientos con desarrollo roguelike. Esto ya debería dar una idea bastante general de lo que nos propone, y sí, cierto que se abusa demasiado de este tipo de mundos aleatorios –sobre todo en el panorama indie- pero también nos ha servido para ver algunos grandes juegos como Hades, Cult of the Lamb o Dead Cells. Por tanto, nuestro propósito será el de explorar una serie de pisos o fases hasta dar con algún jefe y cosechar todas las recompensas que se puedan por el camino. Sin la mano de un diseñador detrás este recorrido puede pecar de algo monótono –que nadie espere un Hollow Knights-, pero cumple y hay un buen número de plataformas o trampas para crear las variaciones.
Lógicamente no estamos ante un juego sencillo, y no porque los enemigos planteen un enorme desafío, sino porque muchas veces se trata de una carrera de fondo y una serie de errores te llevarán de vuelta a tu despacho más pronto que tarde. La muerte forma parte de su planteamiento, nunca mejor dicho, y la clave está en que cada derrota aporta alguna ayuda extra o progreso para que la siguiente partida que nos dé más oportunidades. Además existen varias armas secundarias –algunas absurdas- para complementar nuestra característica guadaña y sus variantes, lo que se traduce en abundantes combinaciones de combos y estrategias cuando se suman los tipos de maldiciones –por ejemplo provocar envenenamiento con cada ataque- o magias que consumen su barra de maná –de recarga muy rápida-. Claro que a veces las ayudas pasivas conllevan también una desventaja para equilibrar la balanza.
Tras superar un piso se toma el ascensor y eso nos da la posibilidad de elegir el tipo de siguiente fase, ya sea una que con mejoras en salud, más desafíos –y por tanto más recompensas- o más dinero. Es útil para dirigir la ruta según nos interese dentro de su aleatoriedad, aunque al final todo nos llevará a más combates, los temibles jefes y ese fracaso que nos lleva a la casilla de salida. El ciclo se completa con toda una serie de curiosos personajes y descripciones con un humor negro y satírico que no dudan en lanzar algunas pullas al mundo laboral, y la posibilidad de comprar nuevas armas para la siguiente partida, con unos precios que se reducen si cumplimos unos objetivos específicos, caso de derrotar una criatura con un arma concreta.
Sobre el papel, Have a Nice Death no hace nada realmente original respecto a lo que podríamos contar de multitud de roguelikes y las comparaciones con Dead Cells saltan a la vista. Sin embargo eso no le resta mérito: está bien ejecutado y el gameplay es muy sólido, algo necesario para mantener el interés en volver a jugar una y otra vez. Es un buen plataformas, adictivo y cómodo de jugar; el control responde a la perfección y ofrece ataques especiales, salto doble o el movimiento rápido para evadir un impacto grave con sus frames de invencibilidad. Desde muy temprano empezaremos a ver distintos tipos de enemigos, desde aquellos orientados al daño a corta distancia, los que lanzan proyectiles o los aéreos; ocasionalmente nos veremos en una encerrona luchando contra un puñado de criaturas de varios perfiles, y puesto que la mayoría de habilidades son ofensivas, será complicado salir sin un rasguño.
Eso sí, no todo es perfecto. Por una parte los enemigos básicos son un tanto simples en ataque y comportamiento, y en un juego repetitivo por naturaleza a veces el recorrido se vuelve algo mecánico. Esto se soluciona con los jefes, que sí despliegan más variedad de movimientos, especialmente cuando su salud peligra, y serán responsables de muchas derrotas. En algún momento se nos dará la posibilidad de atajar el camino con un ascensor directo al jefe, pero claro, eso supone no obtener los recursos del trayecto; tú decides si merece la pena intentarlo, aunque sea para aprender el patrón de ataques, o es preferible el camino largo. Aunque el juego se puede completar en menos de 10 horas hay mucho, mucho que ver si quieres exprimir todas sus posibilidades.
Hablando de la dificultad, Have a Nice Death hace algo que muchos otros roguelikes no: dar una opción de modo más asequible -nos resistimos a llamarlo fácil porque tampoco es un paseo-. Con la autorrealización se permite comenzar con tres orbes de ánima –para curación de heridas, que es la porción gris que todavía puedes recuperar- así como más puntos de salud máximos al derrotar a los Lamentos, reducción de daño de los esbirros y potenciación de esas ánimas. A medida que fallas, estas ayudas irán mejorando más y más, de manera que siempre hay un incentivo para seguir jugando y no abandonarlo al primer obstáculo. Y por supuesto, si lo prefieres también puedes subir la dificultad.
Una visión desolada del mundo empresarial
Have a Nice Death muestra un mundo casi monocromático que cambia la ambientación según la zona en la que nos encontremos, pero siempre con suficientes notas de color para que no se convierta en Limbo. Es un equilibrio entre pasillos tétricos y retorcidos con diseños cartoon, que va perfecto para ese mismo tono desenfadado de la historia sobre la muerte, una temática vista en un clasicazo como Grim Fandango o el más reciente Death's Door.
La animación es fluida y expresiva, algo imprescindible porque la cámara está alejada de la acción –puede que demasiado- y nuestro personaje es más bien pequeño. Una advertencia para jugadores que piensen disfrutarlo en portátil, ya sea Nintendo Switch o Steam Deck: el texto, sobre todo las descripciones, a veces es casi ilegible de lo pequeño que aparece; se echa en falta que la desarrolladora no tuviese esto en cuenta para adaptarlo a todo tipo de pantallas.
La música no suele cobrar protagonismo salvo en situaciones puntuales, pero se adapta al combate, la exploración y nuestro tiempo en las oficinas centrales. Durante los diálogos hay voces de un idioma ficticio que cumplen sobradamente para hacernos una idea de la personalidad y estado de los interlocutores.
Conclusiones
Have a Nice Death es un buen título y podríamos decir que uno de los mejores roguelikes de los últimos meses, y todo gracias al núcleo de su gameplay. Cuando destapa todo su potencial, que suele ser con los jefes y en los combates más complejos, tenemos un excelente plataformas de acción que invita a jugar una y otra vez, a probar distintas combinaciones de armas y técnicas. Quien no sea especialmente fan de este planteamiento aleatorio quizás vea más fácilmente algunas de sus costuras con el diseño de las plataformas –ordenadas sin demasiada gracia- o lo monótono que se puede hacer el viaje hasta el jefe, unas limitaciones que lo ponen un peldaño por detrás de los auténticos referentes. Más que los fallos, que los tiene, su principal enemigo es la dura competencia de roguelikes en el mercado.
Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código que nos ha proporcionado Diva Agency.