Análisis Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom, Nobita vuelve a la granja (Switch, PS5, PC)
Doraemon Story of Seasons no era exactamente el juego de la famosa licencia que muchos esperaban –en este caso Shin chan: Mi verano con el profesor - La semana infinita – se acerca más al anime y manga original- pero resultó ser un simulador de granjas bastante competente gracias a aplicar la experiencia de la saga Harvest Moon/Story of Seasons, uno de los pioneros del género.
Por increíble que parezca –dada la fama y antigüedad del personaje-, fue el primer videojuego de Doraemon en lanzarse en Occidente, y la recepción no fue mala ni en críticas ni en ventas si tenemos en cuenta que ahora tenemos en nuestras manos Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom. La premisa es similar al original: introducir a los personajes conocidos por todos en un entretenido simulador de vida, sin necesidad de reinventar el género pero con ese punto a su favor que es el mundo creado por Fujiko F. Fujio.
Las desventuras de Nobita
Friends of the Great Kingdom lleva a los cuatro jóvenes –Nobita, Shizuka, Takeshi/Gigante, Suneo- a explorar el espacio y aterrizar en un planeta desconocido, bastante similar a la Tierra, todo sea dicho. Allí encontrarán a un chaval, Lumis, que explica cuál es su sueño: devolver el esplendor a la antigua granja de su familia; sin dudarlo mucho, el grupo decide hacer todo lo posible por aportar un granito de ayuda. Lo típico en Doraemon: por abandonar los deberes acaban metidos en un lío intergaláctico cuando una reina confisca los artilugios y la nave de Doraemon hasta que demuestren que no son una amenaza para su gente.
Nada excesivamente original pero vale como punto de partida para un juego de este tipo que no solo nos va marcando una serie de objetivos relacionados con las cosechas, obtención de recursos y el cuidado de los animales, sino que también aporta el componente de tranquilidad y "buen rollo" que suelen dar estos juegos –lo que marca distancias con el reciente Harvestella, más JRPG que simulador- con pequeñas dosis educativas y mensajes positivos para los más jóvenes. Y es que la población de este reino sufre problemas que debemos resolver, de manera que nuestro trabajo no se reduce a la granja.
La fórmula no se desvía mucho de un Story of Season o lo que podríamos esperar de estos simuladores salvo por la parte fantástica de Doraemon y los gadgets que iremos desbloqueando, que tan pronto nos pueden llevar al fondo del mar como a surcar los cielos con el gorrocópetero. Comenzamos plantando semillas en un pequeño huerto para ganar dinero y empezar un ciclo de expansión con nuevas tareas, animales y en definitiva, un flujo de producción que mantenga el negocio a flote. El tiempo juega en nuestra contra y limita lo que podemos hacer en una jornada, las estaciones nos obligan a cambiar el tipo de plantaciones gestionar todas esas tareas que necesitan un cuidado diario.
Entre las mejoras de la secuela encontramos la lógica ampliación de cultivos, el cuidado de alpacas, y mejoras en la comodidad, como un detallado registro de las misiones que nos será útil para tener siempre objetivos disponibles siempre que no quieras participar en alguno de los minijuegos. El juego también informa mejor de las horas de apertura de tiendas, lo que ayuda a organizarse y aprovechar mejor el tiempo. Sin embargo, no es un juego que nos presione con estrictos plazos o un "final malo", y puedes disfrutarlo con la tranquilidad que desees, a tu ritmo, algo que le sienta muy bien. Por cierto, el reloj avanza más lento que en su predecesor, podremos hacer más en cada día.
Arar la tierra y recoger huevos de gallinas no será lo único que hagamos en Friends of the Great Kingdom. Con el tiempo libre y el dinero suficiente podremos empezar a forjar relaciones con la población y participar en festivales, aunque por el uso de la licencia no llegará hasta el extremo de otros simuladores en el tema de romances y matrimonios. No obstante, esta vez podemos contar con un amigo controlado por IA para mejorar la eficiencia –útil cuando la granja demanda más atención-, e incluso jugar en cooperativo con otro usuario –a costa de compartir la barra de aguante-, lo que convierte a este Doraemon en un juego más familiar y hace más llevaderos algunos minijuegos como la pesca y la minería que de otra manera se harían más monótonos.
El mismo estilo de acuarelas del original
El aspecto gráfico de Friends of the Great Kingdom no evoluciona mucho lo visto en el primer Doraemon Story of Seasons –de hecho hay material reciclado en arboleda, edificios, etc.-, pero en este caso no es una mala noticia. De nuevo tenemos personajes tridimensionales sobre preciosos paisajes en acuarela, perfecto para un título inspirado en la serie de animación. Los bosques, el centro urbano, lagos y el interior de los locales podrían pertenecer al anime, y la opción de zoom con la cámara nos ayuda a disfrutar de los detalles o ver el escenario de un vistazo. Eso sí, el mapa no es muy intuitivo y al final acabaremos por memorizar las rutas y bifurcaciones, además de ser una extensión un tanto vacía en actividades; un viaje agradable sin apenas recursos para recoger pierde parte de su gracia al cabo de un tiempo.
Quizás en lugar de una vista isométrica –salvo alguna excepción- sería preferible una perspectiva más variada dependiendo del lugar, porque no es lo mismo explorar una tienda que el huerto, y se puede echar en falta un poco más de vidilla en cuanto a animaciones –tanto de personajes como de la naturaleza-, pero en este apartado, al igual que el musical con sus tranquilas melodías, Friends of the Great Kingdom cumple con lo exigible.
Las voces están disponibles únicamente en japonés y nos llega traducido al español, un aspecto importante porque hay bastantes diálogos, diríamos que incluso demasiados; no es que nos parezca mal que el juego trate de capturar la personalidad de los niños, pero a veces estas secuencias se extienden demasiado para lo que realmente se está contando.
Conclusiones
Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom es una secuela bastante conservadora, con ligeras mejoras en la gestión diaria y un sistema de compañeros bastante práctico para reducir la repetitividad, aunque hay margen de mejora y todavía veremos un montón de tareas superfluas,
Si no has jugado al primer Doraemon Story of Seasons y te interesa un simulador de granjas, seas o no fan de Doraemon –si bien se disfruta mucho con el factor nostalgia- esta es una buena opción bastante representativa del género que aprovecha con cierto la licencia, pese a no hacer nada más y nada menos que lo que esperaríamos de un Story of Seasons con los gadgets del gato cósmico.
Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código que nos ha proporcionado PR Garage.