Análisis de A Space for the Unbound, un mágico 'slice of life' indonesio (Switch, Xbox One, PS4, PS5, Xbox Series X/S, PC)

Una sola imagen de A Space for the Unbound consigue atrapar nuestra atención: el pixel art que se utiliza para representar lugares de la Indonesia de los años 90 es lo suficientemente potente como para cautivarnos en un solo frame. Escarbando un poco más nos encontramos con ideas igual de atractivas: un slice of life adolescente que combina magia y costumbrismo en una historia que habla sobre la ansiedad, la depresión y cómo la afrontan jóvenes a punto de convertirse en adultos. Todo esto imbuye al juego de Toge Productions y Mojiken Studio de un aura muy especial al mismo tiempo que lo convierte en una obra verdaderamente difícil de analizar.

Antes de empezar, un apunte: A Space for the Unbound es un juego muy personal, basado en la narrativa y enfocado a contar una historia cuyo autor, Dimas Novan D., extrajo de sus propias vivencias como adolescente en un instituto de Indonesia. Además, es un proyecto que no lo ha tenido fácil: comenzó su desarrollo en 2015 con un pequeño equipo que fue creciendo paulatinamente y ha acabado llegando ahora a PS5, Xbox Series X/S, PS4, Xbox One, PC y Switch después de haber tenido problemas con su anterior publisher que pusieron en peligro su estreno. Es un título muy particular que sigue la línea estilística de lo que hemos visto en anteriores juegos de Mojiken Studio, como A Raven Monologue o When The Past Was Around.

La historia de dos adolescentes con poderes

La historia de A Space for the Unbound nos lleva hasta los años 90 para contarnos la historia de dos adolescentes, Atma y Raya, a las puertas de tener que tomar una decisión sobre su futuro tras acabar el instituto. A priori puede parecer una propuesta casi costumbrista: la estructura de la trama se sustenta en una lista de objetivos que ambos quieren conseguir antes de pasar a la siguiente etapa de sus vidas, con cosas como ir a ver una película juntos, tener un gato como mascota o completar una colección de chapas de botellas. Pronto descubriremos que detrás de ello reposa un mundo mágico, sobrenatural, que será el que ayude a conducir la vertiente más reflexiva de este videojuego.

Nada más empezar a jugar se nos presenta la mecánica alrededor de la que girará prácticamente toda la trama: el space dive (en español sería algo así como "inmersión mental", aunque de momento el juego no está traducido a nuestro idioma y no podemos saber cómo se habría localizado este término oficialmente). Esto es una especie de superpoder al estilo Origen, la famosa película de Christopher Nolan, ya que nos permite adentrarnos en la mente de ciertos personajes para alterarlas y desencadenar ciertas reacciones beneficiosas para los protagonistas. Un ejemplo: tendremos que sumergirnos en la mente de un obrero para barrer sus preocupaciones, que se quede dormido y poder llevarnos su escalera de mano para colarnos en una casa.

Todo a disposición del relato

Este original sistema da pie a que el juego tenga un ritmo sorprendente y versátil, con situaciones inesperadas que rompen con la cotidianeidad del escenario realista: aunque recorremos las calles de una ciudad rural de Indonesia, al meternos en la psique de los personajes pasamos a un plano onírico, surrealista e infinito en el que todo es posible. Por supuesto, los superpoderes de los personajes (en los que no podemos adentrarnos más para no incurrir en spoilers) acaban teniendo consecuencias en la realidad, entrelazando ambos planos y dando lugar a escenas muy potentes que se ven reforzadas tanto por su magnífico pixel art como por el propio diseño de personajes y escenarios.

Al tratarse de un videojuego conducido por su relato, A Space for the Unbound pone todo el peso en la manera en la que cuenta la historia y nos hace involucrarnos en ella, sin temor a repetir escenarios o sprites de personajes porque siempre se saldan con un giro imaginativo que hace sentir estos elementos como algo nuevo. Tampoco busca sorprender con mecánicas inesperadas, aunque eventualmente introduce interacciones especiales que representan momentos más dinámicos, como enfrentamientos físicos entre los personajes o puzles algo más activos. Por todo lo demás, es prácticamente un point and click con unos controles muy bien adaptados al juego con mando.

Es en la historia, en el guión y su escritura, donde reside su magia y de donde se desprenden sus virtudes: este videojuego independiente de apenas unas 8 horas de duración nos invita a sumergirnos en un mundo que combina costumbrismo y magia con una soltura espectacular, dejándonos participar en unos diálogos espontáneos y naturales justo antes de sorprendernos con un radical cambio de tercio hacia lo sobrenatural, algo que a veces ocurre incluso al mismo tiempo. La emotividad de su trama permea en la calidad gráfica de su estilo artístico, que moldea el pixel art a su antojo basándose en las necesidades de cada momento. Todo ello acompañado de una banda sonora magnífica compuesta por Masdito 'Ittou' Bachtiar.

Conclusiones

A Space for the Unbound es uno de esos videojuegos que dejan poso tras acabarlo, con unos personajes que quedan para siempre en el recuerdo tras haber vivido junto a ellos una emotiva historia que habla con honestidad de temas muy delicados. La manera en la que mezcla costumbrismo y magia es sorprendente, valiéndose para ello no sólo de una carismática dirección artística sino también de un guión espontáneo que pone a su disposición todo lo necesario para que cale el relato. Puede que haya aspectos menos brillantes, como una gama de mecánicas poco variada, pero al fin y al cabo estamos ante un proyecto muy personal que sabe exactamente dónde poner el foco: aquí lo importante, la historia, lo que cuenta y cómo lo cuenta, está más que bien llevado.

Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por Stride PR.